Boletín No 73

ICCI

Editorial

Los forajidos y la caída de Gutiérrez


Toda forma de expresión sea esta económica, política, social o cualquier manifestación de la naturaleza están sujetas a las leyes de la dialéctica. Nada está dado por el cielo, ni nada está hecho por los dioses. Todo tiene su causa y en consecuencia su efecto.

El aparecimiento de “Los Forajidos y la caída de Gutiérrez” tiene como causa antecedentes y hechos políticos: el haber traicionado a una agenda de cambio, esperanza de millones de ecuatorianos; el servilismo de Gutiérrez a los EE.UU. al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial; el interés de firmar un TLC a espaldas del pueblo ecuatoriano; la participación directa en el Plan Colombia; la estrategia de Gutiérrez de dividir al movimiento indígena ecuatoriano a través de políticas asistencialistas y a costa de lo que sea; la falta de sensibilidad social al dejar morir a una veintena de jubilados en una lucha por la existencia; el invisibilizar la actitud digna del Pueblo de Sarayaku en su lucha contra las petroleras; la pobreza y la miseria en el país que supera el 80%; una Ley TOPO atentatoria a los derechos fundamentales del pueblo; el atraso y la dependencia se imponen como realidades resultantes de la aplicación de un modelo económico neoliberal que no es la panacea, más, es la muerte lenta de millones e ecuatorianos y latinoamericanos.

Gutiérrez deslegitimado por el pueblo ecuatoriano por sus traiciones y mentiras, por ser un gobierno incapaz, corrupto, nepotista y dictócrata fue preparando su caída cuando un 8 de diciembre del 2004 a pretexto de despolitizar la Corte de Justicia y los Tribunales electoral y Constitucional, en manos del PSC y la ID (partidos deslegitimados y oligárquicos), ayudó a conformar una mayoría parlamentaria gobiernista y nombró una Corte Suprema de Justicia respaldada por una fuerza de choque en las calles (Cero Corrupción). El Pichi Castro, Presidente de la Corte apoyado por jueces identificados con el PRE anularan los procesos judiciales seguidos a tres delincuentes de “cuello blanco” quienes malgastaron y se robaron los dineros del erario nacional, Dahik con los gastos reservados por 4 millones de dólares: el atraco de la mochila escolar y los 3,5 millones de dólares de gastos reservados que Abdalá Bucaram sacó en 11 costales cuando huía del palacio de Gobierno apoyado por su edecán (Lucio Gutiérrez); la nefasta negociación de la Deuda Externa para el país por parte de Gustavo Noboa.

La visita a Panamá por parte de Gutiérrez a pactar con Bucaram, su retorno fue la chispa que comenzó a incendiar la pradera. Por consiguiente el retorno de Dahik, Bucaram y Noboa, estremeció la conciencia de los ecuatorianos fundamentalmente de los quiteños y comenzaron las protestas en las calles. Ahí estaban importantes sectores sociales en pie de lucha, la misma que fue minimizada por el gobierno de Gutiérrez. En esta coyuntura abrileña contra Gutiérrez y ante el débil paro provincial convocado por la Asamblea de Quito y a partir de iniciativas ciudadanas que se expresan y autoconvocan a través de Radio La Luna que ya venía bregando contra el dictócrata; surge la propuesta de realizar el cacerolazo, idea que se extiende por todo Quito, se realizan marchas diurnas y nocturnas y nacen nuevas formas de expresión ante el descontento: el reventón, el tablazo, el rollazo, etc. Ante la debilidad del paro provincial dirigida por la Asamblea Provincial de Pichincha, se dio una actitud triunfalista por parte del régimen dictatorial; pero el llamado del periodista Paco Velasco a través de Radio La Luna de continuar las marchas hace que los manifestantes la noche del jueves 14 de abril fueran a pitar y gritar su descontento frente a la casa de Gutiérrez. El viernes 15 de abril Gutiérrez calificó de “FORAJIDOS” a los miles de manifestantes que se expresaron frente a su domicilio. A partir de ahí la población se adueña del adjetivo FORAJIDOS y con dos consignas centrales “Fuera Lucio” y “Que se vayan todos”, el movimiento cobra mas fuerza, esto le inquieta al presidente y redobla las medidas de seguridad del Palacio de Gobierno y comete la torpeza de lanzar el decreto de Estado de Emergencia “Estado de sitio”, y el montaje de un aparato de represión increíble, el resultado es la desobediencia civil al dictócrata acompañada de grandes marchas que son reprimidas por la policía, la rebelión de los FORAJIDOS crecía en coraje y dignidad; y como para paliar y detener la indignación del pueblo de Quito, Gutiérrez en su desesperación actúa torpemente y con poderes dictatoriales resuelve cesar a la Corte de Justicia que él mismo lo conformó y le conminaba a Bucaram en aras de la paz social que abandone el país inmediatamente. El ejército se niega a salir a las calles de Quito a reprimir a los alzados. Gutiérrez daba las últimas patadas de ahogado por la presión popular a que renuncie. En Cuenca, Riobamba, Ibarra, Loja, seguían el ejemplo de Quito y la lucha contra Gutiérrez crecía.

El 19 de Abril en Quito en una marcha multitudinaria que fue reprimida brutalmente por la policía murió Julio García, Fotógrafo Chileno y activista social, cientos de personas fueron heridas y asfixiadas. Al amanecer del 20 de abril el pueblo de Quito no permitió que gente contratada por Gutiérrez y traída de diferentes provincias cumpla el propósito de disolver las marchas y manifestaciones y sembrar el pánico y el caos en la capital.

La visita de la Embajadora de los EE.UU. Cristie Kenney al palacio de gobierno precipitó aún más la caída de Gutiérrez. Grandes manifestaciones de estudiantes, empleados, trabajadores y pueblo en general asediaban por tomarse la plaza grande, el palacio de gobierno era un fortín militar-policial. Los acontecimientos son vertiginosos: renuncia el Jefe de la Policía, Jorge Poveda, mientras que más tarde el Jefe del Comando Conjunto, Víctor Hugo Rosero anunciaba al país que los militares retiraban el apoyo a Gutiérrez; éste que no quiso morir en el intento huyó cual rata cuando el barco naufragaba. Por tercera ocasión el pueblo de Quito votaba a otro Presidente. El mismo día y en medio de la turbulencia social Alfredo Palacio asumía la Presidencia de la República y asegurando refundar la Patria.

¿QUIENES SON LOS FORAJIDOS?

Son miles de ecuatorianos que a través de Radio La Luna y su director Paco Velasco se aglutinaron en este escenario de confrontación social contra el gobierno traidor y corrupto de Gutiérrez. Emergen espontáneamente como un movimiento social llamado “Los Forajidos” que representadas en las capas medias y altas de la ciudadanía de Quito, asqueados por ver tanta corrupción en todos los poderes del Estado, asumiendo el adjetivo de Forajidos y con dos consignas de “Lucio Fuera” y “Que se vayan todos” expresaban también su total rechazo a los partidos políticos de la oligarquía ecuatoriana que han detentado el poder económico y político hasta nuestros días y que son los responsables de la actual crisis.

Con el grito “Que se vayan todos” los forajidos cuestionaron las conductas y políticas oportunistas de los movimientos y partidos de izquierda fundamentalmente en el gobierno de Gutiérrez.

Los Forajidos deslegitimaron a los tres poderes del Estado por sus prácticas mafiosas de reparto de la función judicial, organismos de control, rechazo a todo el congreso por el reparto de la troncha. Exige la restauración de los mismos a partir de asambleas populares, demanda al sistema una reforma sustancial y un cambio generacional. Los forajidos sociales es una respuesta de los ecuatorianos decepcionados de sus líderes, frustrados frente a imponentes realidades como la pobreza y miseria, la dependencia y destrucción de valores; es que los forajidos emergen por la defensa de una dignidad y rebeldía perdidas.

De todas maneras es muy temprano aún para desentrañar esta espontaneidad de los forajidos y sus verdaderos alcances en el tiempo. La espontaneidad así como surgió puede tender a desaparecer. La génesis del movimiento de los forajidos fue la espontaneidad en un momento coyuntural a partir de iniciativas ciudadanas.

Los forajidos carentes de una agenda política, de un programa nacional, sin líderes, sin una perspectiva de cambio a largo plazo pueden ser el caldo de cultivo de ciertos líderes oportunistas que pululan en la vida política nacional.

Reconocemos el reto valiente y digno de Radio La Luna y su director Paco Velasco y reconocemos a los miles de niños, jóvenes, hombres y mujeres que se adueñaron del adjetivo forajidos y que junto al pueblo emprendieron la lucha digna contra la corrupción y tiranía de Gutiérrez.

Ahora nos queda controlar y dar seguimiento a esta lucha, es necesario y urgente concretarla en una agenda nacional, cuyo contenido sea la transformación definitiva del país, la refundación de la patria, crear una nueva institucionalidad, pero que ésta emerja desde las bases sociales, desde los diferentes actores y sectores sociales y populares de la sociedad civil al margen de los partidos políticos tradicionales, responsables de la actual crisis profunda que atraviesa el país.


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Ecuador: ni EE.UU. ni la «oposición»
quieren que se vaya Lucio Gutiérrez

Diego Delgado Jara1

Cuando todos los manifestantes del 26 de enero del 2005 en Guayaquil, calculados en cien mil personas, gritaban «¡Fuera Lucio!» «¡Fuera Lucio!», el alcalde de esta ciudad y militante del Partido Social Cristiano, Jaime Nebot, exclamaba: «Esta es sólo una advertencia». «No queremos que se vaya sino sólo que rectifique», en clara alusión a que debía permitir el retorno de la antigua Corte Suprema de Justicia de control mayoritario del PSC y la DP, partidos vinculados a la banca de la costa y sierra en su orden.

Cuando todos los manifestantes del 16 de febrero del 2005 en Quito, estimados en otras cien mil personas, exclamaban lo mismo: «¡Fuera Lucio!» «¡Fuera Lucio!», el alcalde de esta ciudad, Paco Moncayo, auspiciado por la Izquierda Democrática, con connotados banqueros de la sierra en su dirección, manifestaba: «No queremos que se vaya. Sólo pedimos que rectifique». Rectificar, en forma similar, es devolver la Corte Suprema, entidad que siempre ha estado manejada en forma mayoritaria, a través de sus partidos, por los grupos financieros del país, que, a la vez, son los propietarios casi exclusivos del sistema nacional de televisión.

Resultó notorio que los mecanismos de la propaganda, para convocar a la gente, fueron unos, y, la conducta de quienes desempeñan las alcaldías, como representantes de los partidos que las controlan, fue otra, inscrita en el marco de la «oposición» concertada. Mientras en Guayas se convocó para exigir permitan que las policías privadas ayuden en el control ciudadano frente a la delincuencia, y para que entreguen rentas a esa jurisdicción (incluyendo la cesión inconstitucional de 98 millones de dólares del IESS al año), en Quito se propuso que la marcha sería política en contra del autócrata. Esas fueron las propuestas promocionadas en forma intensiva en todos los canales de televisión, que no pierden minuto añorando el control absoluto de las Cortes.

Pero si unas fueron las propuestas para reunir a la gente que fue enfervorizada a gritar «¡Fuera Lucio!», muy distintos fueron los planteamientos discursivos. Por ello cabe preguntarse: ¿Cuántos guayaquileños habrían ido a una marcha donde se propuso la autonomía y hasta independencia de la ciudad y la provincia, respecto al resto del Ecuador? ¿Y qué porcentaje de los asistentes a la marcha de Quito habrían apoyado que «se quede Lucio» y que una nueva Corte Suprema de Justicia sea designada por una previsible y repudiada «Comisión de Notables»? Por ello decimos que una cosa es la propaganda que se difundió a través de los canales de televisión (para poder concentrar a la gente), en tanto otras muy distintas fueron las propuestas de los partidos políticos y autoridades convocantes!

Y en forma parecida se procederá en provincias: Se propondrá la reivindicación de los anhelos provinciales, para que la gente asista, pero el verdadero interés y objetivo es exigir que devuelvan el control total de las Cortes a los grupos financieros más poderosos por intermedio de varios de sus instrumentos: los partidos políticos, organismos gremiales o entidades de una difusa «Sociedad Civil», que dicen representar a la ciudadanía aunque nadie los ha elegido, y de quienes lo único que se ha verificado es que muchas de ellas reciben financiamiento del gobierno de los EE.UU. a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID.

¿PARA QUÉ DESEAN QUE SE QUEDE LUCIO GUTIÉRREZ?

¿Qué explicación habría para que los partidos defensores del sistema capitalista y que ya han sido gobierno en las últimas décadas dispongan de esta conducta de proponer sostenerle a Gutiérrez aunque la masa grite a pulmón lleno «¡Fuera Lucio!» «¡Fuera Lucio!»? La explicación es muy sencilla:

I

La mayoría de partidos políticos conservacionistas del sistema capitalista son fervorosos allegados a los EE.UU. y a sus regímenes de turno, porque según su experiencia y entender están convencidos que nadie puede gobernar si no es con su venia y respaldo. Recordemos que en una ocasión anterior, cuando Gutiérrez estaba en la cuerda floja, vino como delegado de George W. Bush, Otto Reich, y luego de conversar con distintas planas mayores de la política nacional (Izquierda Democrática, Partido Socialcristiano, Alto Mando Militar, Cámaras de la Producción, Medios Masivos y el Presidente) regresó a Washington apaciguando de manera fulminante las aguas tormentosas de la política ecuatoriana. Era notoria su llamada de atención para que los agachados de siempre se pongan en orden.

EE.UU. defiende a Gutiérrez porque él es, entre otros aspectos, el sinónimo de la participación de nuestro país en el Plan Colombia de manera costeada; es la garantía de los pagos religiosos de deuda externa a los acreedores en condiciones de absoluta sumisión al FMI y Banco Mundial; encarna, además, la suscripción inconsciente del Tratado de Libre Comercio. Si alguna vez le retiraran su apoyo, sólo sería para garantizar la continuidad de la dominación sin sobresaltos, como cuando relevaron en forma planificada a Jamil Mahauad y a Gonzalo Sánchez de Lozada, a quienes los llevaron a refugiarse dentro de los EE.UU. cuando deberían responder ante los Tribunales de sus respectivos países, si acaso además hubiese justicia.

Recordemos que diario Expreso de Guayaquil, edición del martes 27 de abril del 2004, Pág. 2A, informaba que el Ecuador disponía en la frontera norte de 24.000 elementos de los aparatos de seguridad del país, y que rotaban por turnos las 24 horas del día. El mismo diario publicó en su primera página, del viernes 13 de febrero del 2004, que en el 2003, en el primer año de gestión gutierrista, que el país obtuvo 645 millones de dólares adicionales por concepto de doce nuevos créditos, los que incrementan la impagable deuda externa ecuatoriana, monto del cual la mitad se fue en implementos bélicos en tanto la otra mitad sirvió para recomprar bonos de la misma deuda externa, incrementándose en varias veces los valores de los bonos Brady!.

El Ecuador debe reparar que mientras se anuncian los envíos a sus casas a miles de servidores públicos, por imposición del FMI, para incrementar con el monto de los sueldos de los despedidos, el pago de deuda externa. El citado diario Expreso, en publicación de 1ra. página del sábado 28 de agosto del 2004, reconocía que hasta esa fecha, sólo en este último gobierno, la nómina de policías había crecido en 10.899 efectivos y «una cifra similar para los militares». ¿Para qué más militares luego de la firma del Tratado Mahauad-Fujimori, cuando se supone que «llegó la paz»? Para participar en el Plan Colombia en función de los intereses de las petroleras norteamericanas, y más específicamente de la Occidental Petroleum Company, que anhela extraer el petróleo en la parte sur de Colombia, en los departamentos amazónicos colindantes con nuestro país. ¿Cómo «colabora» EE.UU.? ¡Donando 17.000 uniformes usados como lo recoge el mismo diario, edición del viernes 26 de marzo del 2004,Pág. 1!

Tan incondicional es al Plan Colombia, que Gutiérrez no sólo entregó al régimen paramilitar de Álvaro Uribe al dirigente insurgente colombiano Simón Trinidad, que no tenía acusación alguna en el país (y que solicitó asilo en el Ecuador!!!), el 3 de enero del 2004, permitiendo el accionar de agentes militares extranjeros en el Ecuador, sobre todo de EE.UU. y Colombia, como se lo admitió públicamente, sino que en estos días acaba de entregar a las Fuerzas Armadas de Colombia a siete ciudadanos de este país, acusados de ser subversivos, y que fueron capturados mientras estaban heridos!!! y se curaban en una casa particular de Quito, y sin tampoco tener acusación alguna, ni requerimiento internacional debido.

¡Es decir que, de ser ciertas las informaciones oficiales (publicadas con estrépito en todos los medios de comunicación), y no existe motivo para dudar de las mismas, se deposita en manos de sus enemigos mortales a personas que podrían ser ejecutadas por éstos!

¡Esta conducta es una gravísima violación del derecho internacional! ¡El canciller Zuquilanda, sin duda alguna, parece cuando menos subalterno de la Army, o el más sumiso lacayo de Uribe, antes que ministro de Relaciones Exteriores de un país soberano!

Ya Zuquilanda justificó, con el mayor cinismo, el hundimiento de 16 buques de pesca de bandera ecuatoriana, en aguas territoriales e internacionales, por parte de naves guardacostas de los EE.UU. acoderados en el puerto de Manta, cifra que recogió en primera página el diario La Hora, del lunes 28 de junio del 2004.

II

Recordemos por otra parte que casi todos los partidos políticos son conducidos con decisiva influencia de los grupos financieros, y la presencia de los banqueros en sus espacios de decisión es una realidad tan notoria que ya ni siquiera lo niegan, sino que ahora hasta se jactan! ¿A quién de ellos puede interesarle que le cambien al mejor pagador de papeles de la deuda externa que ha tenido el Ecuador, y más aún cuando existe dinero contante y sonante de los precios excepcionalmente altos del petróleo?

¡Los acreedores del país y tenedores de los papeles de la deuda, con este régimen, están de fiesta continua!

¿Acaso no se ha denunciado en reiteradas veces, que grandes banqueros, ex altos funcionarios y renegociadores de nuestra deuda, son poseedores de una jugosa parte de dichos títulos y documentos? ¿Quién no sabe que dos bancos, uno de la sierra y otro de la costa, son los intermediarios de estos cobros en el 85% de su monto, y que es de presumir que cobran sus jugosas tajadas? ¿Cómo se liberan los partidos de la injerencia de los grupos financieros si éstos los auspician, promueven, financian, propagandizan, dirigen y orientan en función de sus intereses, y les facilitan los canales de televisión, de su propiedad exclusiva, como parte de su inversión más rentable como es la política?

¿Acaso no se han producido reformas constitucionales para su escandaloso beneficio (caso del Art. 42 de las transitorias de la Constitución vigente, que la Asamblea Nacional de 1998 no la aprobó), y confeccionado varias leyes a favor y gusto de la banca, como la que creó la AGD («Agencia de garantía de depósitos» para que el Estado asuma la devolución del dinero saqueado por los banqueros que salieron sin problema alguno del país), o la Ley General de Instituciones Financieras que eliminó cualquier control de los intereses y permitía los créditos vinculados para sus accionistas hasta en el 60% de su capital?

¡Sólo el afán del control directo de la Corte Suprema es lo que les diferencia a las dos fracciones oligárquicas! ¡En casi todo lo demás coinciden y por eso callan y nadie abre la boca sobre estos otros aspectos!

¿Acaso alguno de los gobiernos precedentes se opuso a las políticas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial? ¡Ninguno! Cuando dejan de gobernar todos dicen que han estado en su contra, pero todos ellos, sin excepción alguna, han suscrito, de rodillas, las Cartas de Intención con el FMI y el Banco Mundial! (Y hasta le encuentran «el rostro humano» a estos monstruos, como dijo un militante de Pachakutik cuando pertenecía al gobierno del Coronel) ¡Todo seguirá igual hasta que el pueblo disponga de partidos no dependientes con las distintas fracciones de la burguesía (expresiones consumadas de la simulación), y se levante para construir otro sistema socioeconómico!

III

La mayoría de los partidos políticos están de acuerdo con suscribir ese infame dogal de los EE.UU. que se llama Tratado de Libre Comercio, TLC, pero qué mejor hacerlo con la mano del coronel Lucio Gutiérrez y guardando la propia!

¡De esa manera hasta pueden decir que ellos, como han pretextado siempre, estaban en contra pero que el «presidente inepto» lo ha firmado y que a ellos no les queda más que, «por seriedad de la República», «respetar los compromisos adquiridos por el país»!

¡Ya veremos su ratificación en el Congreso Nacional, no resultando ninguna crónica anunciada que algún partido de los banqueros se abstenga, en función consentida y autorizada de cuidar la imagen pero siempre que, en forma previa, se aseguren que sus votos no son indispensables para su ratificación!

Sólo necesitamos un poco de tiempo para apreciar el proceder sometido de algunos de estos partidos políticos «antagónicos» respecto a la solicitud de EE.UU. en relación a que los soldados norteamericanos gocen de impunidad absoluta aunque cometan genocidio o cualquier crimen de guerra o lesa humanidad dentro del país.

De este modo quedan bien con las peticiones canalizadas a través de la Embajada y, a la vez, asoman como «opositores» de Lucio y su política para, como fichas del recambio planificado, volver a pedir a los ciudadanos desinformados el voto a favor de los socios de este tongo!

¡Gane quien gane los grupos financieros y los intereses consentidores de la Embajada serán salvaguardados!

Este proceder no tiene nada de nuevo. Antes del cambio de la Corte Suprema, y de que se apoderen de una parte de ella el PRIAN y el PRE (que también disponen de sus propios alfiles bancarios), el dirigente mayor del PSC, León Febres Cordero, en octubre del 2004, exclamaba (en concordancia con lo pedido por Otto Reich), en plena campaña para las alcaldías: «¡Tenemos que aguantarle dos años más a este cojudo; hasta que acabe su período!»

Y el vocero favorito de los medios de comunicación, para que hable a nombre de Pachakutik, Augusto Barrera, ahora Concejal de Quito, en amplia entrevista de Expreso, del lunes 10 de mayo del 2004, a todo ancho de la Pág. 2A respondía: «Si se va o no Gutiérrez es un tema secundario»! ¡A buen entendedor pocas palabras!

LA POLÍTICA DEL «LIMÓN EXPRIMIDO»

¿Eso significa que, con esta concertación evidente, acabará el mandato? Depende. A cada presidente le asignan tareas a cumplir, sobre todo del Imperio. Antes de sacarle del poder a Jamil Mahauad de la Presidencia, primero le exprimieron como limón, y le dieron cinco labores pendientes. Sólo después de usarlo a saciedad lo relevaron. Estos fueron los encargos que cumplió Mahauad:

1.Firmar el tratado de paz con el Perú (perdiendo nuestro país los 180.000 Kms. cuadrados del írrito Protocolo de Río de Janeiro, impuesto con ocupación militar el 29 de enero de 1942), para que las tropas del Ecuador ubicadas al sur y oriente, en la frontera colindante con el Perú, puedan desplazarse a la frontera norte para contribuir en el Plan Colombia, que no es otro operativo que el de «limpiar» los departamentos fronterizos del Putumayo y el Caquetá con la colaboración de las fuerzas de seguridad de los dos países (Ecuador y Colombia) bajo la coordinación del Comando Sur de los EE.UU. con sede en Miami, para que de este modo pueda explotar las gigantescas reservas de crudo la Occidental Petroleum Company, OXY, que son comunes a las existentes en las provincias petroleras y fronterizas del Ecuador: Sucumbíos, Napo y Orellana. En esos departamentos colombianos los grupos alzados en armas les han impedido hasta el moment o la explotación hidrocarburífera; para desalojarlos, con el pretexto de fumigar cultivos ilegales, les han lanzado en forma diaria el venenoso «glifosato mejorado» (La formula utilizada es Roundup Ultra, la misma que contiene (glifosato+POEA) + Cosmo Flux 411F, de altísima toxicidad comprobada) durante años, empleando 22 aviones con tripulación norteamericana. Y a pesar de todos los esfuerzos, armas y dinero invertido, esos insurgentes no le han permitido a la transnacional referida llevarse el crudo que pertenece a todo el pueblo de Antonio Nariño.

  1. La entrega inaudita de los 14.300 Kms. cuadrados de todo el valle del Cenepa, uno de los centros auríferos más importantes del mundo, como complemento a lo anterior y en base a la misma suscripción del Acuerdo Mahauad-Fujimori del 26 de octubre de 1998. Una parte de cuyas reservas, en forma inmediata, fueron entregadas por Fujimori a las multinacionales.

De acuerdo al acta reservada del Congreso Nacional del jueves 15 de octubre de 1998 los partidos que dieron luz verde a estos dos puntos fueron: Partido Social Cristiano, PSC; Democracia Popular, DP-UDC; Izquierda Democrática, ID; Pachakutik; Conservador, CFP; FRA y PS-FA. Sólo votaron en contra el MPD y una parte del PRE. Nadie más. Me remito a las actas y a la publicación del diario Hoy, del viernes 16 de octubre de 1998, pág. 3A, y sábado 17 de octubre de 1998, Pág. 6A.

  1. La concesión colonial de la Base de Manta, en cuyo Acuerdo, publicado en el Registro Oficial 340, del jueves 16 de diciembre de 1999, en su Art. XVI, el Ecuador facilita todos los puertos navales del país a las embarcaciones de los EE.UU.; es decir Esmeraldas, Manta, Guayaquil, Puerto Bolívar, Puerto Baquerizo Moreno en Galápagos y Nuevo Rocafuerte en la Amazonía. También el Ecuador renuncia a cualquier reclamo por daños materiales, heridos, mutilados o muertos, conforme lo consagra el Art. XIX de este mismo Acuerdo inconstitucional.
  2. El reconocimiento de que las empresas petroleras de los EE.UU. han solucionado los problemas ambientales y de contaminación en la Amazonía norte del país, en función de protegerlas ante futuras demandas de indemnización.
  3. La dolarización, aprovechando el precedente del atraco bancario pero como parte de la experimentación de «país-laboratorio» en que han convertido EE.UU., el FMI y el Banco Mundial al Ecuador.

Una vez que, con estas políticas, quemaron a este régimen fusible permitieron su recambio por una figura menos gastada pero también dócil a ellos: Gustavo Noboa Bejarano. Este mismo método utilizaron en Bolivia con Sánchez de Lozada, a quien relevaron con Carlos Mesa.

Por lo que se aprecia Lucio Gutiérrez estaría en la fila. Su próxima tarea es hacer aprobar la oprobiosa «Ley Orgánica de Racionalización Económica del Estado» (Ley Combo o Topo) para facilitar la entrega de los recursos naturales y tomar los fondos y reservas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS -dinero que podrían servir para cambiar por bonos de deuda-, entre otros graves aspectos, y donde se apreciará el proceder de los partidos de la «oposición» concertada!

¿POR QUÉ SE FINANCIA DESDE EE. UU. A LA LLAMADA «SOCIEDAD CIVIL»?

No obstante alguien puede suponer que EE. UU. estaría contra Gutiérrez toda vez que muchas de las entidades llamadas de la Sociedad Civil, y financiadas en forma directa o indirecta por su gobierno y sus círculos financieros (USAID, Fundación Rockefeller, entre otros) han recibido 38,9 millones de dólares «para la defensa de la democracia», entre cuyos favorecidos están Participación Ciudadana (con 2,4 millones de dólares), Ruptura de los 25, Fundación Esquel y otras. (Ver diario Expreso del 20, 21 y 22 de febrero del 2005).

Nada de ello. Este financiamiento, encaminado al control ideológico de la población, con la colaboración de los más importantes medios de comunicación y programas de opinión, sirve para decirle a Gutiérrez en buen romance: «Mira, estás en nuestras manos, si no nos obedeces rápido y bien te podemos tumbar cuando queramos». El régimen, sintiéndose siempre al filo de la navaja y asustado por la red de convencimiento constituido por los canales de televisión y periódicos convertidos en cajas de resonancia de estas entidades financiadas en millones de dólares por los EE.UU. se mira debilitado, y, en su desesperación por quedarse con un poder lucrativo a cualquier costa, para agradar a su amo y sostenedor, hará lo que le digan a través de la Embajada que está tras estos dos sectores en aparente pugna! ¡Pero tampoco nada raro sería que, si existe fastidio basado en intereses desatendidos con prontitud o en letargo, luego de tirarle s de las orejas a estas dos fracciones, la Embajada los siente a conversar y, con o sin consulta, les obligue a concertar y repartirse una nueva Corte. Desean profundizar el proceso colonizador sin sobresaltos.

Una vez más se evidencia que EE.UU. juega al ajedrez en los dos lados. Mueve las fichas a gusto. Sabe que incluso en caso de recambio en el poder, los sucesores serán elementos de su confianza y financiamiento en el accionar político.

El gran ausente resulta una dirección política consecuente, leal al pueblo a morir, que oriente a los oprimidos y marginados en forma honesta y consecuente, para que no sean manipulados ni sirvan de fuerza de choque o caballos de batalla, para que su presencia no sea manoseada ni se la maneje como cuota de negociaciones políticas interoligárquicas!

¿POR QUÉ PELEAN TANTO POR LA CORTE SUPREMA?

Entonces ¿por qué pelean tanto por la Corte Suprema? Porque la Corte Suprema, como las demás instituciones del Estado, pueden resultar la mayor mina de oro de tajo abierto del país.

¿Dónde se decide la inocencia de banqueros corruptos o la culpabilidad de ciudadanos inocentes? ¿Dónde se resuelve si los banqueros que se llevaron miles de millones de dólares merecen recibir los «vueltos» y que, encima de ello, les devuelvan las entidades bancarias? ¿Dónde se ventilan los reclamos tributarios y cuantiosas demandas de las petroleras, multinacionales y grandes empresas del país? ¿Dónde se absuelven los litigios de todo monto de grandes comerciantes, industriales, terratenientes, herencias, compra-ventas, e incluso de la legalidad del saqueo de las privatizaciones? ¿Dónde deben ser juzgados los mandatarios, ministros, alcaldes, prefectos, concejales, consejeros y todo tipo de funcionarios? ¡En las Cortes!

Eso explica que todos los gobiernos, y éste no es una excepción, buscan en forma frenética su control, no sólo para garantizarse inocencias, merecidas o no, sino porque esta nueva«industria sin chimeneas» permite acaparar inmensas riquezas e incrementar fortunas ya cuantiosas a costa del Estado! ¡Lo que ahora los ha distanciado es determinar quien maneja este colosal trapiche con el que le sacan el jugo al pueblo y al país, al que no se contentan en haberlo hecho bajazo por casi dos siglos de «vida republicana» y «régimen de derecho»!

¿Alguien ha sabido que uno solo de los banqueros hubiese respondido por el dinero de los ahorristas y cuentacorrentistas evaporado, hubiese sido detenido o extraditado por este motivo, o devuelto un sólo dólar? Se perdieron y robaron más de cinco mil millones de dólares, sin contar los intereses, durante 1998 y 1999, y nunca se ha visto que una Corte contemporánea a ello (la de 1997-2004) hubiese tenido tan grandes y fervorosos partidarios como se han manifestado en los más importantes medios de comunicación sus públicos defensores, y quizá partícipes del botín! Por ello mientras el pueblo no deja de gritar «¡Fuera Lucio!», los partidos de la banca se llenan la boca exclamando «No queremos que se vaya». «Sólo le pedimos que nos devuelva nuestra Cortesita y que siga nomás con el resto, que en eso no hay diferencias, y por eso no decimos nada»!

Frente a este panorama desolador no debemos ni guardar silencio ni quedarnos quietos. Debemos salirles al paso con toda energía a las dos fracciones de los opresores, e incluso para evidenciar sus acuerdos y desnudar sus coincidencias, debemos encararlos y presentar los puntos de vista alternativos que le convienen e interesan históricamente al pueblo Ecuatoriano, al que pretenden colonizarlo más todavía mientras en el escenario preparado por los dueños del circo, los todopoderosos banqueros, muestran en los medios de comunicación de su propiedad la escena «única» de la pelea por las Cortes, en tanto tras bastidores el proceso de subyugación nacional sigue imparable, con la descarada complicidad de todos los dominadores locales, apátridas por naturaleza!

 

Notas

[1] Ecuatoriano, doctor en jurisprudencia y profesor de Derecho Económico de la Universidad de Cuenca. Ex-legislador, autor de varios libros sobre deuda externa, Plan Colombia, el asalto bancario en Ecuador.

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Potencialidades y límites de “la rebelión de los forajidos” en el derrocamiento del presidente Gutiérrez1

Francisco Hidalgo Flor2

A Julio García
fotógrafo chileno, amigo de los movimientos populares,
asesinado en las marchas de oposición a Lucio Gutiérrez

En una rueda de prensa de Gutiérrez, cuando la movilización social empezaba a crecer inesperadamente la noche del 13 de Abril, lanzó con desprecio el epíteto de “forajidos” para referirse a aquellos que realizaron un mitin frente a su domicilio, mas su desprestigio ya era tal que al difundirse por la prensa el calificativo se trastocó hacia un sentido positivo para generar una identidad común entre la oposición civil no partidaria, entonces empezaron a decir: “todos somos forajidos”. De allí en adelante, entre el 14 y el 21 de Abril se desenvuelve “la rebelión de los forajidos”.

Esta movilización social precipitó el derrocamiento del gobierno de Lucio Gutiérrez, en cuyo desenlace final intervino el Congreso Nacional que declaró vacante la primera magistratura y la decisión de las Fuerzas Armadas de retirarle el apoyo.

Esta agitación social tuvo como escenario principal, a la capital de la República, la composición social estuvo dada mayoritariamente por la presencia de clases y capas medias, los motivadores de agitación fueron la salida del Presidente de la República, “Lucio fuera”, las reivindicaciones desde la ciudadanía, y sus mecanismos de acción bajo el precepto de la “auto – convocatoria”.

Es un movimiento bastante amorfo cuya presencia tiene apenas unos diez días, pero echa raíces en los sucesivos procesos de movilización por una revocatoria del mandato de hecho sobre los primeros mandatarios aplicando golpes de estado parlamentarios como había acontecido con los casos de Abdalá Bucaram y Jamil Mahuad.

Su punto de fortaleza está en la participación abierta de sectores sociales diversos que se rebelan contra el deterioro del sistema político ecuatoriano, principalmente la corrupción, y todos los partidos políticos, ello le permite convocar a un amplio espectro de pobladores que consideran que de esta manera evitan la manipulación de las cúpulas partidarias, pues la experiencia de los casos precedentes, la sucesión a favor de Fabián Alarcón y Gustavo Noboa, es que ellos terminan negociando cargos, puestos, contrataciones y ministerios.

Más ese mismo espectro amplio, que permite que a su interior se movilicen una gama enorme de nucleamientos: barras bravas de grupos deportivos, núcleos de masones, congregaciones religiosas, asociaciones estudiantiles, clubes juveniles, gremios profesionales, comités barriales, etc., pero donde casi no aparecen sindicatos ni comunidades indígenas, peor partidos políticos, no representan en sí un proyecto histórico consolidado, mas proponen una “refundación del país”.

El denominador común constituyó el rechazo a la corrupción que se mostró cínicamente durante la última etapa del gobierno de Gutiérrez; un sentimiento de repugnancia y de necesidad moral de actuar frente al espectáculo grotesco de un sistema político envilecido, aquello que el escritor Moreano denominó “la escena obscena”.

El derrocamiento del gobierno de Lucio Gutiérrez implica un revés a las cada vez mayores determinaciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos en la política interna del Ecuador, especialmente despliegue del Plan Colombia, consolidación de su base militar en Manta, negociaciones sobre Tratado de Libre Comercio.

Gutiérrez armó la base política de su régimen sobre la base de un alineamiento absoluto con la administración Bush, en su primer viaje a Washington, en el 2003, se auto – proclamó como “el mejor aliado de los Estados Unidos”, en la reunión de presidentes de Guadalajara, en el 2004, se refirió a dicho potencia como “nuestro hermano mayor”. Educado en las escuelas de entrenamiento del Pentágono, se convirtió en una pieza incondicional a la estrategia del Comando Sur del Ejercitó de los Estados Unidos para la región andina.

A continuación desarrollo un análisis preliminar del proceso político vivido en los últimos días.

CONTEXTO GENERAL

El escenario mas amplio se ubica en los últimos diez años (1995 – 2005) recrudecimiento de la aplicación del modelo neoliberal y deterioro del sistema de partidos; se caracteriza por el desprestigio a la política desde el discurso que se pretende único, la quiebra del sistema político ecuatoriano con el predominio del corporativismo, la consolidación de prácticas mafiosas en el quehacer de partidos, la implantación de mecanismos económicos pauperizantes como la dolarización, la presencia de nuevas generaciones que cuestionan lo existente y demandan ser actores.

Veinte y tres años de pago de deuda externa, esto es que entre el 40 y 50% del presupuesto va hacia la banca internacional y los tenedores de papeles de la deuda, añadido a ello la multiplicación de las prácticas de corrupción empezando por las altas esferas oficiales y privadas, que dejan en soletas a aquello que está destinado a la reproducción social del conjunto. El pastel se lo llevan ellos (la banca internacional y los círculos oligárquicos criollos) apenas quedan las migajas para la población.

En un escenario ideológico sobre la comprensión de la política y la economía: a la primera apenas le corresponde desbrozar el camino para el desenvolvimiento de la segunda. “mientras mejor se garanticen los intereses privados, mayor posibilidad de la realización del interés general” reza el dogma, que empata con el ideal de las burguesías.

El caso ecuatoriano aporta dinámicas que son peculiares. Desde fines de 1995, hace diez años atrás, con motivo de las denuncias de corrupción contra el ex – Vicepresidente Dahik, cuando además de los ajetreos parlamentarias se protagonizan acciones sociales directas en contra de la corrupción, se desenvuelven movilizaciones, importantes y masivas, que reclaman cambios en el sistema político y económico; pero el sistema se las arregla para que tras cada una de estas revueltas, al final de cuentas nada cambie, y lo que es peor, se expandan y perfeccionen los mecanismos de corrupción, mediante el reparto de “espacios de poder”.

Las oleadas sociales fueron en 1997 en torno al derrocamiento de Bucaram, en 1999 como rechazo a la quiebra del sistema bancario, en el 2000 por el derrocamiento de Mahuad, en la conciencia de los pobladores iba quedando la percepción de que en condiciones de activación social, protestando, saliendo a las calles, expresándose públicamente “era posible botar un presidente”, es decir el ejercicio de la revocatoria de mandato por la vía de la acción directa, desde los altos funcionarios de gobierno.

Pero tras la caída de Bucaram le sucedió uno de los expertos en la triquiñuela y la zapada, Fabián Alarcón. Algo similar acontece tras el derrocamiento de Mahuad con una nueva repartija en beneficio de cúpulas partidarias a espaldas del pueblo.

Es decir no solo el sistema económico es explotador y opresor, sino que el sistema político encuentra en la expansión de mecanismos clientelares y corporativos el mecanismo de cooptación de fuerzas que emergen como alternativas.

El ejemplo de esa construcción corporativista y clientelar, está en los mecanismos de elección y funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia. Los ministros jueces designados corresponden a cuotas de los partidos políticos, administradas por la vía de los parlamentarios; por eso siempre el Congreso Nacional se reservó la atribución de nombrar la Corte de Justicia, y a su vez cada Ministro tenía una cuota que se reproducía a nivel provincial y local. Así las cúpulas se garantizan poder, impunidad, mecanismos de retaliación. Igual se procede con los organismos de control del Estado: el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo Electoral. Los social cristianos fueron los maestros en esas componendas y luego sus rivales los superaron.

Es muy sintomático que el punto de quiebre de la crisis política que estamos analizando haya sido precisamente el tema del reparto como cuotas de partidos dentro de estos Tribunales y Cortes, así como decisiones escandalosas de anular los juicios contra ex – presidentes fugados.

CONTEXTO PARTICULAR

El contexto particular (2003 – 2005) está marcado por los derroteros del gobierno de Lucio Gutiérrez, que asciende a la presidencia con el apoyo del movimiento indígena y partidos de izquierda, para inmediatamente deshacerse de ellos, entonces pacta con el Partido Social Cristiano y mas tarde se pasa al otro bando oligárquico con Bucaram y Noboa.

Un gobierno débil que intenta sustentarse, como he dicho al inicio del artículo, sobre la base de sujeción a los dictados de las estrategias de Washington para la región andina, especialmente desenvolvimiento del Plan Colombia, y a la par ganar sustento político sobre la base de recurrir a los mecanismos mas bajos desplegados por el sistema político. Un régimen corrupto y corruptor.

Como parte de esa estrategia armó una mayoría parlamentaria a su favor, sobre la base de repartir en noviembre del 2004 lo que el mismo ya había repartido en Abril del 2003, si antes entregó el Tribunal Constitucional y el Tribunal Electoral al Partido Social Cristiano ahora deshizo lo actuado y lo puso en manos de sus rivales el PRE y el PRIAN, en actos carentes de toda legalidad y legitimidad.

Sin embargo el detonante, la “gota que derramó el vaso”, fue el regreso del ex – presidente Bucaram a inicios de Abril, como efecto de las resoluciones del Presidente de la Corte Suprema puesta por la mayoría gobiernista, que declaró la nulidad de todos los procesos contra él levantados.

De nada habían valido las movilizaciones sociales desarrolladas desde Enero del 2005, especialmente la realizada en Quito a mediados de Febrero y que reunió a mas de cien mil personas. Un juego macabro de demagogia, cinismo, doble discurso, se desarrollaba entre el Ejecutivo y el Congreso Nacional.

Es más ni siquiera los sectores de la socialdemocracia y aquellos que se designaban a sí mismos “participación ciudadana” entendieron el mensaje, pues su horizonte estaba atrapado dentro de los estrechos límites del sistema político. La autodenominada “Asamblea de Quito”, una veintena de organizaciones (entre ellas partidos como la Izquierda Democrática y Ong´s como Participación Ciudadana) presuntuosamente se asumieron la representación del conjunto de la población y lo peor fue que entraron a negociaciones con el propio Ejecutivo y los bloques parlamentarios para “recobrar la institucionalidad”. Las demandas de la población “Lucio fuera” para ellos era mero radicalismo verbal, algo así como un “exabrupto de la masa”.

PERVERSIDAD DE LA COYUNTURA

Lo “nuevo” no está en la crisis de los partidos de derecha y centro, está en la crisis de los partidos de izquierda y movimientos populares, incluido el indígena. Sin entender eso, la incapacidad de la socialdemocracia de entender las demandas de la población movilizada, resulta imposible comprender la emergencia del “movimiento de los forajidos”.

Una de las particularidades del gobierno Gutiérrez fue descalabrar los esfuerzos por un bloque popular, que de alguna manera había estado presente desde hace diez años atrás; pero que inmersos en las dinámicas de la institucionalidad ecuatoriana, no han logrado escapar a sus vicios, al contrario, se embarraron en ella.

Atrajo hacia su entorno a los partidos y movimientos de izquierda, en uno u otro momento, pero todos al menos una ocasión. Los uso para subir y luego también para mantenerse; pactó con ellos no como fruto de acuerdos sociales o nacionales amplios, sino reproduciendo las viejas formas relatadas.

Hacia el movimiento indígena oriento especiales esfuerzos para dividirlos y debilitarlos, atacando a su núcleo fundamental: las comunidades rurales. Su instrumento fue un ex presidente de la CONAIE, convertido en Ministro de Bienestar Social, desde allí se han gastado millones de dólares en cuotas para “fortalecimiento organizacional”.

Se fue constituyendo un escenario perverso, donde las salidas estaban bloqueadas y aparentemente todo quedaba retenido a los juegos entre el Ejecutivo y Legislativo, con los organismos de control como rehenes.

LA REVUELTA DE LOS FORAJIDOS

El miércoles 16 de Abril el paro convocado por la llamada “Asamblea de Quito” resultó débil, parecía que todo estaba controlado, por un lado en el Congreso se reproducían las negociaciones tramposas, por otro lado, aquellos que en el pasado reciente habían activado la movilización, las organizaciones indígenas, los gremios de trabajadores, demostraban incapacidad de movilización.

Pero “saltó la liebre” desde donde menos se esperaba: la conciencia de dignidad, de participación de las clases y capas medias de las ciudades, con poca trayectoria en partidos o sindicatos. Profesores no agremiados, militares retirados, abogados en “libre ejercicio de la profesión”, madres de familia, jubilados con pensiones de miseria, abuelitas, jóvenes de universidades particulares, desempleados y también sectores económicamente acomodados. No cabe descartar sectores de profesionales a quienes una economía dolarizada lleva a bordear situaciones de pobreza.

El llamamiento provino desde una radiodifusora verdaderamente alternativa “Radio La Luna”, con una trayectoria a favor de la comunicación popular y participativa; convertida en caja de resonancia y coordinación de la indignación social. Desde esta radioemisora se empezó a llamar a la gente a movilizarse ese mismo miércoles a las 21h00 a un “cacerolazo”: miles concurrieron y luego marcharon hacia la sede de la Corte Suprema de Justicia. Así se quebró la trampa del control social sobre la base de dividir y envilecer.

Los une la identificación de “ciudadanos”, se proclaman como “autoconvocados”, demandan cambios profundos en la sociedad ecuatoriana y para ello adoptan la consigna de: “Que se vayan todos”, se sienten partidarios de mecanismos no violentos y creativos para la protesta. Con energía repiten “Fuera Lucio”, aspiran a que su movilización pacífica y persistente sea suficiente para derrocar el gobierno.

Transformaron en positivo el calificativo que despectivamente Gutiérrez les arrojó: “forajidos”. Desde la noche que inútilmente pretendió establecer el Estado de Emergencia todos proclamaron: “yo también soy un forajido/a”.

En este punto lo mejor es reproducir aquello que he registrado de las manifestaciones, e intervenciones radiales.

En telas y pancartas:
– Yo también soy un forajido,
– Todos somos forajidos,
– No a la dictadura,
– Viva Quito, luz de América.

En las marchas, gritos y consignas:
– Vamos a ver quien lleva la batuta / el pueblo ecuatoriano o Lucio hijo de puta”,
– Vamos ecuatoriano que esta noche / lo vamos a botar,
– No queremos y no nos da la gana / de ser una colonia norteamericana,
– Lucio te jodiste / con Quito te metiste,
– Que se vayan todos / primero el dictador.

En las intervenciones radiales:
– La violencia no viene de nuestro lado, la violencia viene del gobierno,
– Esta es mi palabra: ¿me oyen?, carajo,
– Lo que no defendemos ahora, merecemos perderlo,
– La democracia no es de espectadores, es de actores,
– Ninguno de los que venga debe pertenecer a un partido político, porque eso pervierte todo,
– Cada uno se autoriza a decir, a pensar, a poner en acto sus ideas.

Es un movimiento novedoso, algunos lo califican “anárquico”, “pequeño burgués”, “sin dirección”, “apolítico”, “ingenuo”. Algo de eso hay, mas también son vientos frescos en un mar de compra de conciencias, divisiones, pragmatismos donde los “orgánicos”, los “verdaderos proletarios”, los “dirigentes” y “maduros”, apoyaron la candidatura de Gutiérrez, lo encumbraron en la presidencia y mas tarde aportaron a sostenerlo.

También se desarrolla como una respuesta a la miopía de la propia socialdemocracia orgánica y las ong´s por menospreciar la radicalidad de la propuesta. El movimiento de los forajidos intenta, aspira desde lo no – partidario, a superar las lacras de la institucionalidad del sistema político, precisamente porque lo partidario terminó por contagiarse de la podredumbre.

Elementos interesantes son el rol de la radiodifusora alternativa como mecanismo de aglutinamiento, la gente día tras día va hacia los locales para protegerlos de agresiones, su sintonía se amplia a nuevos sectores. Aparatos tecnológicos como los celulares o moviles, que mediante “mensajes” ajustan y precisan las convocatorias, o listas de correos electrónicos que difunden consignas, lemas, sitios de encuentro o difunden las orientaciones.

No se trata tampoco de provocar nuevos deslumbramientos, y pasar de la adoración al indigenismo hacia la adoración de la ciudadanía. Hay temas más de fondo, que la izquierda tradicional no ha resuelto: la construcción de la politicidad popular y alternativa en el mundo actual, la democracia dentro de movimientos y partidos, y la democracia hacia el conjunto de la sociedad.

Cabe detenerse en algunas de las reflexiones que están presentes en los/as forajidos/as: “Hemos descubierto que hay chance (oportunidad) de opinar, de incidir en la vida del país”; “Hemos estado fuera de nuestra condición de ciudadanos, de sujetos”. En El Comercio se reproduce este diálogo en Radio La Luna: “Velasco preguntó: ¿Esto (la movilización en Quito) es la obra de…?, y del otro lado de la línea el oyente terminó la frase “…de la ciudadanía” .

Estas reflexiones nos demuestran que por un lado se ha abierto la puerta para que otros sectores accedan al debate de lo político y la política en un escenario que condena el quehacer político, privilegia solo lo administrativo; por otro constatar que es el sentido de repugnancia, de asco ante el espectáculo que día a día dieron los mandatarios de los poderes Ejecutivo(Lucio Gutiérrez), Legislativo (Omar Quintana) y Judicial (el “pichi” Castro) unos auténtico mafiosos de lo mas grotesco. También se abren a partir de la miopía de la propia socialdemocracia orgánica y las ong´s por menospreciar la radicalidad de la propuesta. El movimiento de los forajidos intenta, aspira desde lo no – partidario, a superar las lacras de la institucionalidad del sistema político, precisamente porque lo partidario terminó por contagiarse de la podredumbre.

Finalmente quiero decir que no se trata de enterrar a los partidos, ni a lo orgánico, sería un craso error, pero si de transformarlo completamente. Es un nuevo momento de los reiterados intentos del pueblo ecuatoriano, en unas etapas históricas con el movimiento obrero como protagonista, en otros ganando centralidad el movimiento indígena, y hoy, ante la crisis de ambos, emerge con expectativas y dudas este movimiento ciudadano.

Notas

[1] Tomado de la circulación por internet realizado por el Equipo Colombia, Venezuela, Ecuador.

[2] Francisco Hidalgo Flor es un sociólogo marxista ecuatoriano, director de la revista Espacios, miembro de la Red Internacional Espacios Marx, que ha seguido analíticamente la cambiante situación de Ecuador de los últimos años. Es un representante del pensamiento gramsciano en América Latina

© Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente

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