Boletín No 56

ICCI

Editorial

BOLIVIA:
ENTRE CERTEZAS REALES E INCERTIDUMBRES
DEL IMAGINARIO COLECTIVO


Actualmente Bolivia es un Estado Unitario Democrático, gobernado por tres poderes: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. El periodo presidencial es de 4 años. El idioma oficial es el español (castellano), pero se reconoce también como tales al Aymara, el Quechua, el Guaraní. Existen también grupos étnicos que hablan diferentes dialectos en los departamentos del Beni, Pando y Santa Cruz parte de Tarija y Chuquisaca. Bolivia posee una gran riqueza mineral, destacándose el plomo, estaño, oro, plata, cinc y tungsteno.

El manejo inadecuado y deshonesto de los contratos con que se entrega el gas natural a las transnacionales, es lo que provoca el levantamiento del mes de octubre en nuestro hermano país de Bolivia, sumado a las condiciones de pobreza de la población, que afecta “al 51,1% en las áreas urbanas y 93,5% en las áreas rurales (más de la mitad de la población rural se encuentra en la indigencia).”

Para el dirigente “cocalero” Evo Morales, “este levantamiento del pueblo boliviano se ha producido no solamente por el tema del gas, de los hidrocarburos, sino por el conjunto de tantos temas: por la discriminación y el marginamiento, pero fundamentalmente por el agotamiento del neoliberalismo. El responsable de tantos hechos de sangre y también responsable del levantamiento del pueblo boliviano tiene un nombre: se llama neoliberalismo.”

Es precisamente la corriente neoliberal la que impone comportamientos ajenos a los intereses de los sectores empobrecidos de América Latina y en este caso particular de Bolivia, el propio Sánchez de Lozada en el año de 1997, pocos días antes de terminar su mandato firma un decreto anticonstitucional regalando las reservas de gas natural a empresas multinacionales, dando fiel cumplimiento con los mandatos del imperio.

En el presente período de Sánchez de Lozada se firma un contrato gubernamental con el consorcio Pacific LNG, para la exportación de gas natural a los EE.UU. a través de Chile y México, consorcio que se compone de corporaciones de Gran Bretaña, España y Argentina. Mientras que una compañía de EE.UU. tiene el contrato para transportar el gas boliviano de Chile a México.“

El contrato legaliza el saqueo por extranjeros, del recurso natural más importante del país. Según sus disposiciones, Bolivia se quedaría solamente con el 18 por ciento de los $1.5 mil millones de ingresos anuales que se proyectan por la exportación del gas a EE.UU.–muy lejos del 50 por ciento que es típico en estas transacciones, de acuerdo a economistas bolivianos. El gas a ser vendido a la LNG, además, fue fijado a precios que son más bajos que los del mercado mundial. La diferencia significa la pérdida de miles de millones de dólares adicionales para Bolivia, durante el período del contrato.” (Tom Lewis: Rebelión en Bolivia. 31 de octubre de 2003. Página 3).

En el artículo “Bolivia: las razones de un levantamiento” cuya fuente es el Equipo Nizcor donde en forma detallada se nos informa que: según informes del gobierno, este proyecto busca «exportar 7 trillones de pies cúbicos de gas en 20 años, a un precio aproximado de $US. 0,70 por millar de pies cúbicos en boca de pozo, desde el sur de Bolivia: Tarija (campo privado Margarita) hacia Estados Unidos (vía Chile- transporte marítimo- México)», dejando «400 millones de dólares anuales para Bolivia». Pero el pueblo de Bolivia repudia el proyecto, porque sabe que en las condiciones actuales de negociación – EN QUE BOLIVIA YA NO ES DUEÑO DE SU GAS – este megaproyecto significará una pérdida, o mejor dicho ROBO, de más de 3660 millones de dólares para Bolivia.

Ahora son: la empresa norteamericana transportadora de gas, la norteamericana Sempra Energy y el Consorcio Pacific LNG, conformado por los dueños del campo Margarita (las transnacionales inglesas British Petroleum y British GAS y la empresa española REPSOL), quienes buscan exportar el gas boliviano a Chile en las condiciones más favorables para sus empresas. Estas empresas ya tienen sus negocios en la industrialización y distribución de gas en Chile y Perú y con este proyecto generarían ganancias de 1000 millones de dólares por año, mientras a Bolivia sólo le tocará 50 millones. Antes de la nueva Ley de Hidrocarburos y la privatización (mal llamada «capitalización») el sector hidrocarburífero aportaba anualmente con un promedio de 350 millones de dólares. En los últimos años las 26 empresas petroleras transnacionales que operan en el país sólo han dejado un promedio de 120 millones de dólares por año (incluyendo las exportaciones de gas a Brasil desde 1999).

El saqueo legalizado del gas natural provoca en la población una respuesta organizativa que se concreta en la Coordinadora para la Defensa y la Recuperación del Gas, organización que cataliza el descontento general y que con el apoyo del MAS, de la COB, del MIP; aglutinan a sectores de la población boliviana descontenta con las decisiones tomadas por el Gobierno de Sánchez de Lozada y plantean una lucha frontal y abierta al Gobierno.

Gustavo Soto, en su artículo “El octubre boliviano del 2003”, publicado el 3 de diciembre del 2003 señala que el: “Protagonista principal de esta movilización ha sido la población de la ciudad de El Alto, la mayor parte de los 80 muertos y más de 500 heridos de bala provienen de esos 700.000 habitantes, en su mayoría emigrantes rurales, mineros relocalizados en 1985, subempleados, autoempleados, microempresarios de cueros y textiles, desempleados, organizados en sus sindicatos, centros de estudiantes, gremios y sobre todo en sus Juntas Vecinales.”

Se puede decir con absoluta certeza que este es un levantamiento Aymara, si se toma en cuenta que a partir del 3 de octubre, miles de campesinos de las Yungas bloquearon todas las carreteras principales que conducen a La Paz, es aquí donde se producen las primeras muertes y luego los organismos de poder deciden que las guarniciones del ejército en La Paz fueron movilizadas y trasladadas a El Alto. Nos encontramos con una particularidad importante, los vínculos entre la población aymara-urbana de El Alto con la población aymara-rural de las yungas, son parte de una expresión identitaria que se refleja en los lazos familiares de las dos localidades, las relaciones económicas, las propuestas de reciprocidad entre los aymaras urbano-rurales, así como las cadenas de comercialización que se han generado entre estos dos pueblos, los imaginarios con los que se construyen una forma de ver y entender la realidad boliviana, pero básicamente como se va legitimando en la sociedad occidental una identidad cultural que se reconoce en el mundo urbano y que se legitima en lo rural, con el re-conocimiento del otro como hermano, como idéntico y como aliado político cultural para enfrentar la sociedad globalizante.

Este es un proceso que no se resuelve únicamente en la confrontación física, entre las fuerzas del orden y las organizaciones sociales de Bolivia, sino que va mucho más allá porque está cruzado por un proceso de descolonización epistémica que muy acertadamente se encuentra expresada por Silvia Rivera Cusicanqui -socióloga, videoasta, integrante del Taller de Historia Oral Andina, Docente emérita de la Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia- Bolivia: metáforas y retóricas en el levantamiento de octubre Crucial el papel de las mujeres. A la hora de las soluciones vuelve la política de los caballeros al manifestar:

“El paro total de actividades, el vaciamiento de los mercados, la negativa de los gremios de abastecer a la “hoyada» paceña, se realiza precisamente en el momento en que la sociedad dominante toma más distancia con respecto a la sociedad aymara de El Alto y las laderas de La Paz. En octubre entramos en lo que se conoce como el awti pacha: tiempo de hambre, tiempo de aguantar la aridez de la atmósfera y la falta de lluvias, momento del ciclo anual cuando la gente se ajusta los cinturones y se repliega a una fase de no-consumo, recurriendo a las reservas de chuño, granos, carne seca, que permiten asegurar una austera sobrevivencia hasta que llegue de nuevo la abundancia.

Y así se quebró de pronto el sentido común dominante, que opone lo privado a lo público, la emocionalidad al raciocinio, la ética a la política, pues aquí todas y todos hemos pensado con el corazón y amado y odiado –amado a esos 85 muertos, a esos 500 heridos, odiado a sus victimarios y al sistema que representan– con toda la fuerza de nuestra lucidez y de nuestro pensamiento. Entre tanto, esa sociedad y esa democracia de las y los de abajo, la que convocó minuciosamente a organizar la rabia y a romper el silencio, se sumerge de nuevo en el manqhapacha, retorna a los lenguajes del símbolo y a los idiomas ancestrales, pero se mantiene vigilante y alerta ante estos mecanismos de escamoteo que son tan sólo la otra cara de la masacre: un maquillaje engañoso con el que las élites patriarcales y coloniales, pretenden nuevamente encubrir su dominio arbitrario y disfrazar su incapacidad de ejercer soberanía a nombre de todas y de todos”.

Buena parte de este artículo recoge en forma textual los discursos de los actores del levantamiento, esto obedece principalmente al respeto que nos merecen los compañeros y compañeras que han estado mucho más cerca del conflicto, también al compromiso institucional de respetar la palabra de nuestras hermanas y hermanos; es por este mismo motivo que no hemos querido ser los intérpretes de esa realidad vivida sino más bien mediadores entre nuestros lectores y los protagonistas sociales.

Para finalizar siempre existe la posibilidad de que alguien que está en la orilla del frente nos muestre el camino a seguir para evitar caídas, pero para la actual situación, resulta comprometedor y es que las miradas no son las mismas por más que se intente evitar las distancias sobre la base de nuestro pasado y presente común, por más que tengamos un mismo compromiso y nuestras luchas recorran un camino parecido, nos sentimos persuadidos a manifestar que su historia es nuestra historia y viceversa.


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LOS MOTIVOS DE FELIPILLO VARGAS LL.

Patricio Palacios


Llegados los tiempos del fin de la invasión de los Moros en España, los españoles gritaron ¡No pasarán!. De algún lado dentro de las fronteras de aquel conjunto disparatado de reinos, susurraban voces sobre unos mapas mal concebidos y mal alimentados, como correspondía a las técnicas de la época.

Entre vinos, asechanzas y sabias discusiones de cómo quemar a los científicos, la santa iglesia se unía a la farra programática que permitiría expandir el mundo, aquel mundillo tan reducido de los santurrones e hipócritas burócratas investidos medio de sotana, medio de soldados. Dos instituciones nacidas para crear la muerte atrás de las amenazas de muerte y con un futuro mortal, espiritual y físico, no solo de los feligreses de las cofradías que asolaron Europa bajo el mando papal, sino de quienes se negaban a ser parte de su juego, a quienes tenían otros juegos y a quienes asesinaron el nombre de otras creencias, amén de todas las muertes que más tarde dejaron a su paso en el Nuevo mundo, en nombre de Dios; porque en su nombre asesinaron más seres humanos que en nombre del demonio.

Los europeos, crearon o dejaron crecer la creencia de la necesidad de unificar las imágenes de los dioses, como un objetivo político para acrecentar el poder y el control sobre las masas, que sin un Dios, podían haber creado algo menos dañino, en contra de sus asesinos. Desde el inicio de la historia podemos contar unas atrás de otras, las guerras, los atracos, las imposiciones ideológicas, política, económicas, religiosas y como que todo esto no es más que un solo paquete de intervención, le adornaron con un laso de color vistoso y estúpido al que llamaron raza.

Entonces ya tuvieron su superioridad racial, ellos los europeos, volvieron con adarga en ristre; mozos heroicos y bien armados a los caminos, sonrientes frente a las mozas que sonrosadas miraron a sus amantes partir a matar. Matar para tener oro, único objetivo digno de ser bien visto por reyes, clérigos y más convencidos de ser superiores; vivir matando para quedar en las páginas de la historia como lo que son ahora: una sociedad prostituída, drogada, vieja senil y pintarrajeada, ya no para maquillar sus maltrechas caderas de abuela emputecida, arrepentida de haber parido al gringo heredero del crimen, cretino rollizo y sediento de sangre como buen licántropo perseguidor del hombre, sino para arrear a una caterva de blanquecinas degeneraciones genética, estúpidos y babeantes, de poco cerebro pero efectivos perseguidores de las culturas nuevas, sanas y sin deformaciones para chantarles todos sus males como una forma de reivindicar sus falencias.

Recordemos, cuando sentados a una mesa en el corredor de las enormes casas de hacienda, con una botella de buen licor, un revólver y rodeados de servidumbre hasta para sonarles los llantos de niños mentalmente enredados en el látigo de la cruz. Entonces, al corto y rápido paso con que pasa en su trabajo embrutecedor, el indio recibe el latigazo o un disparo (dependiendo del estado de ánimo del señor), el vejamen con el típico insulto ¡Indio vago, verdugo!. Es que Dios en su omnipotencia, creó solamente al indio verdugo y vago, el patrón jamás lo será por más vago y verdugo que fuera. Son los privilegios de ser hijos de un Dios racista y maniqueo.

Al poner en tierra sus botas, los primeros ladronzuelos, encontraron sanidad mental y física, bondad y generosidad rayana en la estupidez, una entrega de seres creyentes en la igualdad y una falta de malicia cual ritual de amor al ser humano, cosas desgastadas por las guerras asoladoras y sanguinarias que propiciaran los papas y demás reyes y mandatarios en la Europa que dejaron, para encontrar a quien más asesinar.

Hombres, mujeres y niños que amaban, odiaban, reían y lloraban casi igual a los seres que llegaron a poner fin a la felicidad indiana. Como respuesta a la naturaleza que esta América, llámese Anáhuac, Abya Yala, Tahuantinsuyu o Amárraca, sus hijos eran parte de ella, más morenos y pequeños, de ojos pequeños por sus lagrimales obstruidos por el sol y los vientos, más anchos de espaldas y de narices más chicas por la poca necesidad de aire en las partes más altas, etc. Más, quienes llegaron eran hombres de mar, en unos casos y en otros, sacados de las cárceles por rateros y asesinos, la mayoría de seres que debían a su sociedad una o más pendientes, mestizos y moros con sus pieles morenas, de desierto y mar, adaptados a la naturaleza de esos trabajos, que los hacía tan iguales a los que encontraron acá, con la diferencia de que los de aquí, eran de aquí y no venían a invadir nada.

Pero llegaron en nombre de Dios y del rey, eso les hacía mejores. Más seres humanos, más santos, más dignos de subir al cielo a pesar de ser ladrones y asesinos. En nombre de Dios y del rey se volvieron más blancos y mejoraron en segundos su raza y la de los bastardos que hicieron aquí. Si algo faltara se sumaba la estupidez creada en los arreglos maritales entre familias, precisamente encaminados a “preservar la pureza sanguínea, lo único que consiguieron con ello fueron degeneraciones genéticas, que con el paso del tiempo, la llegada de los emisarios reales, los buscadores de tesoros, minas de oro, prostíbulos donde explotar a las futuras madres de los actuales racistas y más, esa degeneración genética se afincó en nuestras tierras, solo hace falta mirar los ojos de los estupidecidos nobles (¿?) de estas parcelas sin nobleza sanguínea, que no sea aquella que se pueda encontrar aún en algún indígena sin mezcla (¿?).

Las viejas siúticas luego de santiguarse cada mañana, rezarán para que en el cielo no les corresponda un sitio vecino al de un indio, Árabe, musulmán, chino o un negro, querrán que alguien les garantice un sitio en donde la tontería teórica dice que van todos los buenos (¿?), es decir, donde en poco tiempo estarán como los españoles que se asesinaron entre ellos por la posesión de botines, persiguiéndose, delatándose, mintiendo y negándose tres veces y una más: en los altares.

En las festividades que propician las ociosidades de estas viejecitas, seguramente para recordar el lugar que les corresponde en el cielo, realizan competencias en las que ellas no tienen nada que hacer, desarrollar esfuerzo alguno ni gastar nada que les haya costado trabajo: “GRANDES COMPETENCIAS DE RAZAS CANINAS”. Allí son felices y sonrientes porque no verán las muelas de sus maridos ni de sus hijos, ocupados mientras tanto en arrinconar a la servidumbre necesitada de trabajo para vivir; en argüir, planificar y mentir, falsear, mandar a matar en silencio y borrar con el codo lo que hicieron ayer con las manos sucias y ensangrentadas, pero que con la anuencia de jueces, magistrados, abogados, policías, políticos y más basura propia de éste sistema serán santificados la próxima Semana Santa.

Hace poco, al pie del convencimiento de nobleza, a la sombra de la pureza sanguínea, los hijos de los primeros asesinos quisieron deshacerse de la estorbosa tutela de sus padres, quisieron quedarse con todo el botín de sus manos sin tener que participarlo con nadie y decidieron organizar las “LIBERTARIAS LUCHAS DE LA INDEPENDENCIA”. Para ello, lo primero que encontraron fue la herencia de propiedad sobre los indios que sus padres dejaron vivir para que les sirvieran. Ellos sobre el recuerdo de los abuelos asesinados, cargaron la historia sobre sus espaldas nuevamente y llevaron, trajeron pasaron, volvieron y lustraron las botas y prestigios de los nobles vagos y verdugos, que no hicieron otra cosa que esconder sus cobardías atrás de la realeza sanguínea. Se arrastraron por debajo de los cadáveres de los indios que murieron por razones ajenas y se hicieron nombrar héroes, padres de la patria, dueños y señores de la dignidad y valentía para que los cobardes hijos de esos que se jugaron la vida, vitoreen cada lunes antes de entrar a adormecer por hambre, sus espíritus al pie de las bancas de dopaje.

Criollos o mestizos de primera maldición. Maldición para quienes tienen que soportarlos como dueños de los saqueos, maldición para quienes tenemos que soportarlos prepotentes matones desde sus casas de gobierno, pero miserables mendigos frente a sus iguales, aunque sea de aquí al lado.

Y en esas luchas libertarias, quienes más muertos pusieron. ¿Qué ganaron?. Ser más esclavos, o ser esclavos de más vagos y verdugos, harapientos mendigos de esquina, casi cadáveres bajo el sol y el viento de los páramos, desterrados sin tierras en su propia patria, en su única patria. Mientras que los mestizos adueñados de su suelo, dicen y decimos ser hijos, los dueños, los YO de toda oración, representantes de Dios en la tierra, poseedores de sus vidas y pertenencias. Hacemos leyes en su contra, porque las que hacen los burgueses jamás la cumplen, dejamos espacios sin valor para ellos, porque los espacios productivos están ocupados por los hijos y nietos de los ladrones, con títulos de pertenencia, nobleza y santidad otorgados por los santificadores locales y refrendados por los arrepentimientos papales incapaces de devolver los espacios y tiempos a sus verdaderos dueños.

Ahora, quinientos once años después, se elevan voces de deshombres, mendicantes sin sueños, literales desplantes de sus soledades, pobres seres dueños de su sola pobreza, sirvientes de servil servicio a los que esclavizan no solo a sus casi hermanos, casi porque ellos no pueden tener hermanos en madres incapaces de parir iguales. Porque el racismo sin raza que defender, ni raza que negar, de desrazados faltos de clase, historia y piso, se quedan solos en la acera que lleva a la Wall Street, donde se sentarán a afinar sus violines hijos de los Bush del mundo.

Quien sin estos racistas han de servir mejor al bobo de las malas notas en la escuela y el colegio, al tonto de la familia, pero que por resultar mejor asesino que su padre, es el mejor encargado de los trabajos sucios del Pentágono y las transnacionales. Quien sino los más tontos y sin alma (calificativo dado a los indios por los hispanos) para entregarse como los encomenderos de la miseria. Veamos pues, si carece de alma, como dijeron de los indios de antaño, si está al servicio de los que invaden y someten a su país, si resulta ahora racista, quien puede ser sino el hijo de Felipillo. Su padre sirvió a los hispanos que mataron a su madre y hermanos, él a las transnacionales que asolan y matan de hambre a sus compatriotas, entonces no será que la historia se repite, unas veces de manera dramática y otras de forma crónica; no es ésta es la manera cómica de ver la historia a lo Vargas Llosa.

Cómo no ser racista a estas alturas, si la garantía de ser bien visto por el imperio es precisamente serlo, cómo no ser racista escribiendo, cantando, pintando o realizando cualquier otra actividad, si la única forma de ser considerado como tal es precisamente poniéndose bajo la protección del mal olor yanqui, difamando a Cuba o a los indios del mundo, por más que esto suene a cliché. No es cierto acaso, que cualquier mediocre parte hacia las calles del imperio donde venderá a cualquier precio sus bondades a cambio de ser reconocido, aunque fuera por un segundo, servirá de espía, de enlace, de mensajero, de cubierta para cualquier pillo traficante o ratero de los bienes de su país, porque de otra manera será mal recibido por los encargados de revisar papeles, destinos procedencias y fines de las visitas.

En esta época, hay que ser un poco Vargas Llosa para ser reconocido como algo, de otra manera, podría llegar a ser un buen escritor, poeta, músico, pintor, patriota o simplemente un buen hombre.


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PERÚ: PUEBLOS INDÍGENAS VOLUNTARIAMENTE AISLADOS
Fugitivos del desarrollo

Mailer Mattié*


«Salvajes» y «caníbales»

En la región del Choco paraguayo y las selvas amazónicas de Brasil, Ecuador y Perú sobreviven varios pueblos indígenas, decididos a permanecer aislados de la civilización. Entre otros, los Korubo en Brasil, los Tagaeri en Ecuador, los Ayoreo en Paraguay y los Mashco-Piros, Ashaninkas y Yaminahuas en Perú. En conjunto suman aproximadamente unas 5 mil personas. (1)

La vida de muchas de estas comunidades ha transcurrido, sin embargo, particularmente marcada por la violencia. En sus territorios existen valiosos recursos naturales, causa fundamental de atropellos y crímenes a lo largo del siglo XX. En la actualidad, no obstante, esa situación se ha agudizado debido a la intervención de intereses transnacionales petroleros. No extraña, por tanto, que estos pueblos hayan sido calificados continuamente como «salvajes», «violentos» y «caníbales»; leyenda a la que tanto han sabido contribuir determinados grupos religiosos.

Primero fueron las empresas dedicadas a la explotación del caucho, quienes obligaron a varios de estos pueblos a internarse aún más en la selva, huyendo de la enfermedad, el hambre y la muerte. (2) Sus responsables fomentaban las llamadas «correrías», las cuales consistían en entregar armas de fuego a grupos de indígenas para que capturaran a otros. El objetivo era conseguir mano de obra y utilizarla, prácticamente en condiciones de esclavitud, en los trabajos de extracción del caucho. Ahora la amenaza proviene principalmente de compañías asociadas a la explotación maderera, de petróleo, gas, oro y recursos genéticos. Estas actividades, normalmente desarrolladas de forma insostenible, destruyen las fuentes de subsistencia al talar la selva y contaminar suelos y aguas. Con ellas, además, llegan todo tipo de enfermedades, ante las cuales los indígenas se encuentran doblemente indefensos: no tienen inmunidad, ni atención sanitaria al contraerlas.

Así, en mayo de 2003, por ejemplo, en la amazonía ecuatoriana 30 miembros del pueblo Tagaeri, integrado por sólo 300 personas, fueron asesinados supuestamente por indígenas Huaoranis. Se sospecha, sin embargo, que tras la masacre podrían estar empresas madereras con intereses en sus territorios. (3) Por esta razón, la Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica (COICA) y los mismos dirigentes de la Organización de la Nacionalidad Huaorani (ONAHE), han solicitado al gobierno de Lucio Gutiérrez una exhaustiva investigación.

De igual modo, el pueblo Ayoreo en Paraguay continúa defendiendo con lanzas sus tierras, ocupadas por empresas de explotación maderera y ganadería. A mediados del siglo pasado, incluso, se les cazaba para exhibirlos al resto del país. Como prueba, muchos paraguayos recuerdan el lamentable caso de un niño de 12 años, capturado por trabajadores de una compañía instalada en la selva. (4) Según informes de la organización Survival, (5) los ayoreo, junto a los bosquimanos de Botswana y los Jarawa de las islas Andamán en el Índico, son los pueblos con mayor riesgo de extinción en el Planeta.

En Brasil, las comunidades aisladas enfrentan una situación semejante. Allí, el pueblo Korubo, integrado por unas 300 personas, es considerado, no obstante, como el más numeroso. La extinción es, sin duda, la grave amenaza. Hay noticias, por ejemplo, acerca de un sobreviviente de un antiguo pueblo aislado, quien vive solo en la selva y rechaza cualquier contacto con extraños. (6)

¿Qué sucede en Perú?

En este país viven en condición de aislamiento diez grupos étnicos. La mayor parte habita el sureste de la selva amazónica, generalmente en la cabecera de los ríos. (7) Los territorios que ocupan están en gran medida integrados en la Reserva del Estado Nahua-Kugapakori, creada en 1990. Allí se encuentran, pues, los pueblos Yora y Chitonahua, pertenecientes a la familia lingüística pano. Igualmente los Nanti y Matsigenka, del grupo lingüístico arawak. (8) Se localizan también las comunidades Mashco-Piro o Iñarapi, en la zona del río Las Piedras, cuya población se ha calculado en unas 1100 personas que subsisten de la caza, pesca y recolección. (9) Los Ashaninkas (familia grande) y Yaminaguas habitan de igual modo en la Reserva, sumando un número semejante a los Mashco-Piro. Comparten el territorio, además, otros grupos apenas identificados desde el punto de vista etnográfico.

A finales de los años noventa, no obstante, el gobierno otorgó en estas tierras concesiones a compañías madereras, cuyas actividades afectaron de manera directa principalmente a los Mashco-Piro, Yoras y Yaminahuas. En 1999, incluso, comenzó la construcción de una carretera de 180 Km. Poco tiempo después se dieron otros derechos de explotación de recursos, esta vez por un plazo de hasta 40 años, en el denominado Lote 88. Las compañías beneficiarias fueron Pluspetrol Perú Corporation S.A, Hunt Oil Company of Perú, SK Corporation y Tecpetrol del Perú S.A.C. (10)

El objetivo de estas empresas es el desarrollo de un gigantesco proyecto de explotación de gas natural, en la región de los ríos Camisea y Urubamba. Se han calculado allí 13 mil billones de pies cúbicos en reservas. (11) El Proyecto Camisea, como se le conoce, comprende además la construcción de dos gasoductos de 1150 Km. y 520 Km., respectivamente. El gas deberá ser transportado desde la selva hasta los puertos, en la costa del Oceáno Pacífico. Justamente, uno de los terminales estará situado en la Reserva Marina de Paracas, hábitat de leones y tortugas marinas, delfines y 216 especies de aves locales y migratorias. (12)

De hecho, la mayor parte de este recurso energético será exportado para abastecer, a partir del 2004, la costa oeste de los Estados Unidos, principalmente la región de California. (13) Allí se comercializará, por supuesto, como «energía limpia», ocultando que su extracción destruye la amazonía y afecta gravemente la vida de sus pueblos indígenas. Un ejemplo más de la incoherencia del desarrollo económico, en la etapa actual del capitalismo mundial.

No sorprende saber, por tanto, que las compañías Hunt Oil de Texas y Pluspetrol de Argentina han sido denunciadas por organismos indígenas y ambientales, dado el enorme impacto negativo de la construcción del proyecto. Hunt Oil, por lo demás, es una empresa estrechamente vinculada a los intereses personales del Presidente Bush y el Vice-Presidente Cheney. Ha sido, de hecho, importante contribuyente de sus campañas electorales.(14)

La inversión total requerida se ha estimado en 1.6 billones de dólares. La lista de inversores y beneficiarios incluye, además, a las compañías Kellog Brown and Root, subsidiaria de Halliburton, una de las principales empresas que participa en la reconstrucción de la industria petrolera en Irak; Citigroup y Overseas Private Investment Corporation. (15)

El Proyecto, en efecto, infringe no sólo principios básicos establecidos internacionalmente sobre protección a la biodiversidad; (16) también normas que garantizan los derechos de los pueblos que viven voluntariamente aislados. Se ha producido la contaminación de los ríos, lo cual, unido a la pérdida de fauna y vegetación, se traduce en escasez de alimentos y medicinas naturales, vulnerando de manera importante sus bases de subsistencia. (17)

Para las comunidades indígenas, el Proyecto implica, de igual modo, aparición de enfermedades y violencia creciente. Existen antecedentes en una comunidad Nahua, la cual perdió hace algunos años decenas de sus integrantes en enfrentamientos con trabajadores de compañías madereras. En la década de los ochenta, además, casi la mitad de este pueblo murió a causa del contagio de enfermedades como gripe y neumonía, transmitidas por el contacto con empleados de la Shell Oil que realizaban exploraciones petroleras. La misma suerte corrió el pueblo Yora, quedando prácticamente al borde de la extinción. (18) Actualmente se ha denunciado la presencia de epidemias que estarían afectando a la población Nanti. (19) El Ministerio de Salud peruano, por su parte, informó en julio de 2003 sobre el aumento de infecciones respiratorias agudas entre las comunidades Montetoni y Malanksiari, en la Reserva Nahua. Al parecer, enfermó toda la población, verificándose la muerte de 17 personas, la mayoría niños. Las organizaciones indígenas han denunciado también que en zonas próximas a los yacimientos de gas, los pobladores han presentado fiebre, vómitos, mareos y dolor de cabeza. (20)

Se conoce, por lo demás, que responsables de las operaciones del Proyecto facilitan igualmente la presencia en la región de grupos religiosos, con el objeto de debilitar la resistencia de las comunidades. La apertura de la selva trae consigo adicionalmente economía de mercado, prostitución y alcoholismo. La extinción física y sociocultural de los pueblos de la Reserva Nahua avanza, pues, a pasos agigantados.

Nada parece hasta ahora capaz de detener la culminación del Proyecto Camisea. Hasta mediados del 2003, su construcción se había completado en un 60%. Las organizaciones indígenas peruanas y en general de la cuenca amazónica, no obstante, continúan exigiendo al gobierno su paralización. La respuesta oficial ha sido, sin embargo, contraria al interés de las comunidades afectadas. Así, en agosto de 2003, de manera insólita, las autoridades peruanas concedieron mediante Decreto la tutela de los pueblos aislados a la estatal Comisión Nacional de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (CONAPA). (21) La implementación de la figura del tutelaje, desde luego, se considera un retroceso jurídico sin precedentes, puesto que inhabilita en la práctica los derechos de las comunidades, en relación a los territorios que habitan y la defensa de sus formas de vida y subsistencia. Más aún cuando el Proyecto de Declaración Americana Sobre los Pueblos Indígenas de la OEA plantea, en efecto, reconocer en su Artículo XXVI el pleno derecho a vivir en aislamiento a aquellas poblaciones que así lo decidan.

Ciertos problemas de financiamiento, por otra parte, tampoco parecen decisivos para impedir la marcha del Proyecto. En los Estados Unidos, por ejemplo, existe desacuerdo en determinados sectores políticos, argumentando el beneficio que obtendrían empresas vinculadas al entorno del gobierno de Bush. Así, el Export-Import Bank se ha negado a suministrar cerca de 250 millones de dólares solicitados, apoyándose en la cuestión medioambiental. Probablemente, sin embargo, se está a la espera de que la administración de Alejandro Toledo elimine los factores de inseguridad que pudieran afectar estas inversiones. El propio gobierno peruano requiere endeudamiento público por 600 millones de dólares y, efectivamente, medidas como el Decreto de Tutelaje pudieran tener claramente ese objetivo. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que había estado retrasando continuamente un crédito, dos meses después de la aparición de dicho Decreto, aprobó un financiamiento por 135 millones de dólares. (22) Sorprendentemente, el Presidente Toledo anunció casi al mismo tiempo la creación de la Comisión Para el Desarrollo Sostenible y la Preservación Ambiental en la Reserva de Paracas. Según ha dicho, la terminación del Proyecto Camisea convertirá a Perú en país exportador de hidrocarburos, ofreciendo «un recurso absolutamente limpio que podrá sustituir los combustibles sucios y contaminantes, lo que redundará en favor del medio ambiente». (23)

El PIB de la economía peruana, sin duda, crecerá y habrá mayor cantidad de divisas para pagar la deuda externa. El costo: la biodiversidad amazónica, el bienestar, los derechos y la vida misma de los pueblos indígenas.

Notas

(*) Economista. Especialista en Antropología Económica y Cooperación Internacional al Desarrollo Sostenible.

1. Diego Ceballos: «Los nativos de América del Sur que no desean tener contacto con la civilización, enfrentan un genocidio cultural, advierte un alto funcionario de la ONU». Inter Press Service. México, julio de 2003.

2. «Pueblos indígenas aislados de manera voluntaria en peligro de desaparecer» en: El Peruano. Lima, 10. 12. 2001.

3. Ceballos; Art. cit.

4. Ibíd.

5. Canal Solidario. org (agosto, 2003).

6. Ceballos; >Art. cit.

7. El Peruano; Art. cit.

8. www.amazonwatch.org

9. El Peruano; Art. cit.

10. Asociación Interétnica del Desarrollo de la Selva Amazónica (AIDESEP); COICA; et. al.: «Declaración de los pueblos indígenas en defensa de la vida, el territorio y el ambiente». Lima, 25 de agosto de 2003.

11. www.amazonwatch.org

12. Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU): «Continúan cuestionamientos a gasoducto peruano Camisea». Agencia de Noticias Amazonía. 26 de agosto de 2003.

13. Ibíd.

14. www.amazonwatch.org

15. Ibíd.

16. Afecta la Reserva del Apurimac y el Parque Nacional del Manú, conjuntamente con las áreas marinas antes citadas.

17. AIDESEP; et.al.: >Art. cit.

18. Ibíd.

19. www.amazonwatch.org

20. AIDESEP; et. al.: >Art. cit.

21. Ibíd.

22. Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU): «Aprobado crédito para gasoducto peruano Camisea». Agencia de Noticias Amazónica. Septiembre de 2003.

23. Ibíd.


© Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente

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