Boletín No 53

ICCI

Editorial

La visita del presidente de Colombia Alvaro Uribe


Las relaciones entre Ecuador y Colombia, históricamente han sido cordiales, no han existido problemas de envergadura, más bien se han construído bajo una línea de consenso donde ha primado el diálogo, la negociación oportuna y la flexibilidad diplomática.

Entonces, el caminar de los dos países ha sido sobre la base de acuerdos, y los conceptos de paz han movilizado las relaciones bilaterales, las relaciones comerciales por tradición han tenido mucho significado para los pueblos fronterizos, como para los pueblos del interior en los dos países, las dos naciones hemos sacado provecho de estas relaciones y eso ha significado generar espacios de equidad y desarrollo.

Bajo estas premisas la llegada de Ciudadanos colombianos por oleadas a nuestro territorio tiempos atrás y actualmente, han sido bien recibidas por nuestros compatriotas y les han brindado espacios para la producción y la convivencia; de la misma manera los ecuatorianos nos hemos beneficiado de su aporte productivo, en las localidades y regiones donde se han instalado.

Es precisamente sobre esas consideraciones, que se han efectuado visitas de los primeros mandatarios de los dos países, ahora existen condiciones diferentes que hace necesario explicitar y que nos ubica en un escenario diferente de las que cotidianamente se han venido manejando.

El mes de agosto se encuentra marcado por acontecimientos que definen el quehacer político de la Nación-Estado, a los pocos días de la consabida ruptura de la alianza Pachakutik-Sociedad Patriótica, nos (léase también les) visita el mandatario colombiano Alvaro Uribe, Presidente de un país vecino, nación que se encuentra envuelta política, militarmente y socialmente en un conflicto armado que les dura cincuenta años, conflicto que acarrea problemas para las naciones vecinas y en este caso particular, para el Ecuador.

La guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico son problemas para el Estado colombiano, -también para los Estados Unidos- debe quedar en claro que no es únicamente para la administración del Presidente Uribe, sino para toda la estructura socio-política colombiana, para el propio sistema democrático como también para el sistema productivo y comercial; así que las soluciones pasan necesariamente por una regionalización del conflicto y eso es lo que se está buscando desde la perspectiva de juntar a un aliado estratégico como es el Ecuador.

¿Cuál es el propósito o los propósitos de la visita a nuestro país por parte del Presidente Uribe? Además de recibir los homenajes que por costumbre se suelen realizar como: a) La condecoración en el grado de “Gran Collar” otorgado por el Presidente Lucio Gutiérrez; b) las llaves de la ciudad de Quito, entregado por el Alcalde Paco Moncayo; y, c) el homenaje en el Congreso Nacional, ¿cuáles fueron los objetivos de tan ilustre visitante?.

Orador de palabra fácil, con una personalidad que no pasa desapercibida en ningún espacio, ni en ningún momento, acarreando operativos de seguridad nunca antes vistos por el común de los ecuatorianos y que nos dejan perplejos y desorientados ante un despliegue impresionante de militares y policías.

Son los discursos de rigor tanto en el Palacio de Gobierno, Salón de la Ciudad y Congreso Nacional, donde debemos buscar las razones de la visita, son de estas expresiones emitidas de las que habría que ir desentrañando la verdadera agenda presidencial o por lo menos aproximaciones a la intencionalidad de la presencia del Mandatario colombiano.

En el Salón de la Ciudad agradeció a “Quito por recibir a los colombianos con los brazos abiertos”, lo que demuestra la sensibilidad y gratitud de parte del pueblo de Colombia al pueblo del Ecuador; pero al mismo tiempo evidencia una falta de propuesta alrededor de los refugiados colombianos en el Ecuador, a aquellos desplazados por la violencia que se encuentran en las pequeñas y grandes ciudades, en el sector urbano o rural. Los gobernantes están en el deber de buscar el bienestar de sus connacionales estén en su país o en otros países, sea que hayan salido por voluntad propia o por circunstancias adversas que encontraron en sus pueblos.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), manifiesta que en el Ecuador se encuentran “cerca de 8.500 refugiados colombianos y solicitantes de asilo”, -exceptuando los que se encuentran legalmente- sólo en Cuenca viven 4.000 colombianos, hay que señalar que cada mes arriban al Ecuador 600 nuevos refugiados de la hermana República de Colombia, este “problema” debe tener una respuesta planificada de los dos países y para esto precisamente es que deben servir las visitas que efectúan nuestros primeros Mandatarios, esperemos que colateralmente al conflicto armado se haya tocado este tema y pronto hagan un pronunciamiento oficial.

“El terrorismo no paga con buena moneda a los partidos y gobiernos que los pastorean”, frase que resume EL PLAN COLOMBIA, que deja en claro la postura del Gobierno de Alvaro Uribe, postura que tiene su base en los conceptos manejados por Estados Unidos “hay que exterminar al terrorismo mundial”, que pone en un sólo costal a diversos actores y que por lo mismo principalizan la guerra como la solución a los conflictos, y no es que estemos haciendo votos porque la actual situación de Colombia no encuentre solución, sino que necesitamos ir encontrando caminos propios para la solución de nuestras contradicciones, para luego apoyar las iniciativas que nos vienen de afuera.

Entre líneas podemos leer que lo que se quiere es ampliar los niveles de aceptación al Plan Colombia, nos induce a apoyarlo, nos dice que la única salida a la confrontación bélica pasa por declarar la guerra e intervenir violentamente, de no hacerlo se corre el riesgo de que nos paguen “mal”; a propósito no va a las causas que produce esa situación, que son siempre: injusticia, desempleo, pobreza, marginalidad,

Va mucho más allá al señalar que Gutiérrez “ha sido de gran ayuda para nosotros, pues no ha mostrado una posición cómoda”, tremenda insinuación a comprometernos en la lucha armada, ¿qué entiende el Presidente Uribe por posición incómoda?, acaso la posibilidad de mantenernos neutrales frente a una guerra que no lo hemos buscado, peor aún promovido, debemos aclarar que como país hermano debemos agotar las propuestas de una salida pacífica al conflicto, lo otro sería involucrarse en la guerra.

No quiso o por lo menos evitó tocar el tema de las fumigaciones de las plantaciones de coca en la frontera común, esto trajo aparejado la negativa a la propuesta ecuatoriana de considerar las fumigaciones de las plantaciones de coca a una distancia de 10 km. de la línea de la frontera –acuerdo que fuera impulsado por Nina Pacari- solamente se sujetó a señalar que “esa propuesta no existe”, dándonos a entender que no le interesaba lo que estaba pasando en los pueblos fronterizos del Ecuador, que estaban siendo afectados por las fumigaciones tanto en sus cultivos como en su propia salud, pues los pobladores presentan enfermedades a la piel, a las vías respiratorias, entre otras.

En forma liviana señaló que las fumigaciones no han acabado con la riqueza de “peces en el río Putumayo, sino la droga y sus precursores químicos”, más allá de creernos ingenuos, el Presidente Uribe asume una actitud condescendiente frente a un hecho que afecta el ambiente y la biodiversidad de la cuenca hidrográfica del Putumayo, entendiendo la cuenca como el conjunto de seres animales, vegetales y el ser humano; y básicamente las relaciones de equilibrio que deben mantenerse entre estos, para el convivir armónico entre el hombre y la naturaleza.

¿Las Agendas públicas son unas y las privadas son otras? Es la pregunta a resolver, nos queda como recurso metodológico la inducción desde las declaraciones públicas, que aunque parezca no del todo honesto, es una forma de acercarnos a realidades que intencionadas o no, son ocultadas para el común de los mortales.

Esperemos que la visita del Presidente colombiano Alvaro Uribe, haya rebasado las ceremonias y homenajes, y que sea una respuesta efectiva a los problemas que estamos atravesando los dos países.


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La encrucijada del país
El país está ante una encrucijada política, social y económica

Kintto Lucas


En el ámbito político tenemos la marcada derechización del régimen de Lucio Gutiérrez, lo que llevó a la ruptura con el Movimiento Pachakutik.

La derechización y la ruptura con Pachakutik ha dejado más debilitado al gobierno porque la sola alianza con el Partido Social Cristiano no le da la mayoría para votar en el Congreso las leyes que se comprometió cuando firmó la carta de Intenciones con el FMI.

Para lograr esa mayoría necesita los votos del PRE y del PRIAN, los que está tratando de conseguir mediante diversos ofrecimientos. Pero aunque consiga esa mayoría en el Congreso, el gobierno no dejará de ser débil porque está a merced de lo que impongan esos sectores sobre todo el Partido Social Cristiano. El gobierno se arriesga a que le ocurra lo que a Jamil Mahuad y Gustavo Noboa, apoyados en determinado momento por el Partido Social Cristiano y después cuando a éste partido le vino bien les dio una patada y dejó de apoyarlos.

Ese es el costo que pagará este gobierno al apoyarse en la derecha en lugar de haberse apoyado desde un comienzo en los sectores progresistas, en el movimiento indígena, los movimientos sociales y los sectores empresariales que defienden la soberanía. O sea que en lugar de haberse apoyado en el pueblo, se apoyo en los sectores de poder que han gobernado siempre.

Por su parte el Movimiento Indígena y los movimientos sociales, de a poco van a ir reconstituyendo su unidad para oponerse de forma efectiva al gobierno. Para eso es necesario un redireccionamiento de Pachakutik pero también una apertura en los diferentes movimientos sociales para buscar una unidad de los sectores que defienden a los sectores populares teniendo en cuenta que la principal fuerza sigue siendo el movimiento indígena.

Esa unidad y esa oposición al gobierno y a las medidas que quiere tomar el gobierno, como las privatizaciones y concesiones, la participación de Ecuador en el Plan Colombia, delimita claramente posiciones y desenmascara al gobierno que solo puede seguir su camino de la mano de los sectores de derecha.

En lo económico está otra debilidad del gobierno. La dolarización hace agua. Los productores ecuatorianos cada vez más ven que no pueden competir con los productos extranjeros que invaden el país porque esos productos son más baratos. De igual forma no pueden competir con los productos de otros países a la hora de vender los productos hacia afuera.

¿Qué pasa con las flores por ejemplo? Son más baratas las de Colombia y Costa Rica que las ecuatorianas porque los costos en Ecuador debido a la dolarización son muy altos.

Esta imposibilidad de competir está provocando la caída de las exportaciones al exterior. Por lo tanto disminuye la entrada de dólares necesarios para mantener la dolarización.

Muchos exportadores se están transformando en importadores y el aumento de la importación de productos extranjeros provoca más salidas de dólares, fundamentales para la dolarización.

La imposibilidad de competir también provoca el cierre de fábricas, empresas agrarias y por lo tanto provoca el desempleo.

Hasta el momento, al gobierno le ha salvado el hecho de que se mantenga un precio alto del petróleo y las remesas de los emigrantes.

La salida de los emigrantes le sirve porque se va mucha gente que aquí estaría desempleada y sería un foco de presión social. Y además, esos emigrantes envían los dólares que sostienen en parte la dolarización.

El problema es que el envío de dineros de los emigrantes puede empezar a bajar. Las trabas de los países a donde se emigra provoca disminución de la salida de gente. También el hecho de que muchos emigrantes ya empiezan a quedarse en los países a los que fueron y empiezan a dejar de enviar dinero.

El precio del petróleo puede mantenerse durante un determinado tiempo pero no toda la vida y además sólo con el nivel actual de exportación no se puede mantener a futuro la dolarización.

Entonces, la salida (como ocurrió en la Argentina cuando existía la Convertibilidad que es un sistema parecido a la dolarización porque se mantienen las dos monedas al mismo valor), para conseguir dólares es conseguirlo mediante préstamos del FMI que es más deuda externa o a través de la privatización de las empresas del Estado, que son empresas de todo el pueblo.

Pero eso provoca que el país se endeude más y se quede sin la reserva que son las empresas del Estado, además de que los servicios públicos suben como ocurrió en Argentina.

Esas medidas retrasan la caída de la dolarización, pero cuando ésta caiga el estruendo es peor porque el Estado ya no tiene ni siquiera sus empresas.

La entrada del dinero prestado por el FMI genera más deuda externa. Ese dinero que entra es mucho menos de lo que nosotros pagamos por intereses de la deuda que en este año serán como 3.000 millones, lo que corresponde al 40 por ciento del presupuesto.

Por otra parte, el FMI para prestarnos unos pocos millones exige privatizaciones, exige ajustes, eliminación del subsidio al gas, etc. Al final por darnos unos pocos millones nos impone una receta que no sólo liquida más a nuestra economía sino que provoca peores consecuencias sociales.

Sería mejor bajar el porcentaje de pago d la deuda externa y quedaría más dinero para inversión social y productiva, y sin firmar compromisos nefastos.

Si el gobierno no logra pasar las leyes de Carrera Administrativa y Tributaria que impone el FMI y no recibe el desembolso de ese organismo, es casi seguro que en enero terminará subiendo el precio de los combustibles vía decreto.

Entonces tanto por el lado político como por el lado económico el gobierno es un gobierno débil. Si a eso sumamos la falta de base social y la falta de apoyo social que se demuestra no sólo en la oposición del movimiento indígena sino en el bajo índice de popularidad que tiene el gobierno, vemos un escenario muy complejo hacia el que se estaría caminando.

Esa debilidad del gobierno podría llevarlo a la tentación de tornarse autoritario. También está la tentación de involucrarse en el Plan Colombia, a partir de la propuesta de Alvaro Uribe y respondiendo a presiones de Estados Unidos, lo que significaría involucrar a Ecuador en una guerra e ir contra el espíritu de soberanía que siempre defendieron ciertos sectores de las fuerzas armadas. Eso separaría mucho más a las fuerzas armadas de las fuerzas populares.

Y hablando de inversión social y productiva, hay información de los distintos ministerios que muestra que en estos seis meses el gobierno invertido en eso. No hay ningún gasto de inversión, solo gastos corrientes. Eso le ha servido para tener un poco de dinero en caja, pero hasta cuando puede vivir un gobierno y un país que no tiene inversión.

El movimiento indígena debería jugarse a fortalecer sus bases, sus organizaciones, su trabajo comunitario y colectivo y su unidad ante los intentos de dividirlo por parte del gobierno.

Es necesario consolidar el Movimiento Pachakutik redireccionando su accionar. Es necesario consolidar una unidad más amplia con todos los sectores sociales, pequeños empresarios, sectores políticos progresistas, etc., que buscan mejores condiciones de vida para los ecuatorianos y ecuatorianas que tienen una mirada progresista junto a los sectores populares.

La idea no es tumbar a ningún gobierno, pero sí es necesario presionar para que el gobierno rectifique, para que no lleve a Ecuador a involucrarse en el Plan Colombia, para que haya inversión social, para parar el desempleo, etc.

Nadie intenta botar a ningún gobierno, pero los errores del gobierno y el camino que ha elegido puede llevarlo a un callejón sin salida. Por otro lado, la realidad también está demostrando que más tarde o más temprano vamos hacia el descalabro de la dolarización.

Ante esta realidad que se presenta es importante delinear claramente cómo será la actuación del movimiento social y del movimiento político en el futuro.

LOS RETOS DE PACHAKUTIK

La participación del Movimiento Pachakutik (MP) en el gobierno del coronel Lucio Gutiérrez fue débil, sin una conducción política que lograra hacer confluir la actuación de los ministros, subsecretarios, etc., en un programa de actuación común que marcara la diferencia con los funcionarios y la actuación del partido de gobierno.

La falta de conducción política llevó a que los intentos de diferenciación fuesen individuales y sin la fuerza necesaria para trascender a la sociedad.

Aunque ciertos ministros de Pachakutik de destacaron, no fue suficiente y dependió solamente de su trabajo, no del apoyo desde el movimiento político.

Esa debilidad de Pachakutik en el gobierno, fue una consecuencia de la debilidad mostrada primero entre la primera y segunda vuelta electorales, cuando no tuvo fuerza para enderezar el camino que ya empezaba a transitar Gutiérrez. Y después al negociar los puestos en el gobierno electo.

Entonces no se hizo fuerte para imponer su visión y terminó aceptando los ministerios que le dieron. Ni siquiera hizo valer su poder de veto en el caso de Mauricio Pozo (Ministro de Finanzas)o Ivonne Baki (Ministra de Comercio Exterior), y no tuvo valentía y voluntad, por falta de conducción política, para decir «si esto no se cumple no participamos en el gobierno».

Terminó negociando puestos y no la estructura del gobierno. Eso condujo a que las negociaciones no se realizaran como colectivo.

Tampoco supo, por falta de conducción política, mantener una independencia del movimiento social, para encaminar al gobierno en una articulación de la actuación desde el interior con la movilización social desde afuera.

Ya dentro del gobierno algunos dirigentes de Pachakutik asumieron como propia la Carta de Intenciones con el FMI, y llegaron a decretar y reivindicar una sensibilidad de ese organismo. Incluso quisieron convencer a la gente que la posibilidad de focalizar el subsidio al gas hacia arriba era una gran idea, creando confusión en las propias bases del movimiento político y del movimiento social.

La etapa actual abre la perspectiva a Pachakutik de tornarse un partido más con una estructura cada vez más cerrada y sin base social integrada por dirigentes del movimiento indígena como eje, dirigentes de un sector del campesinado y dirigentes de pequeños sectores urbanos respetables pero con muy poca representatividad social porque son una parte muy pequeña del conjunto de movimientos sociales. Eso podría llevar a Pachakutik a ser pura cáscara sin contenido.

Peor aún sería la posibilidad de tornarse un partido político sin la participación del movimiento indígena, como ha dejado entrever Miguel Lluco, coordinador del MP y fideicomisario del ex banquero detenido Fernando Aspiazu, en sus declaraciones a la prensa. Posición que ha sido apoyada por otros dirigentes de su mismo sector político dentro de Pachakutik.

Una posibilidad para ampliar esa mirada, también promovida por quienes conducen al movimiento, podría ser aplicar la lógica de la política tradicional de priorizar la actuación electoral e ir hacia alianzas con sectores empresariales y políticos de derecha que laven la imagen de Pachakutik y lo lleven hacia el centro de la realidad política. Entonces, de la misma forma que el MP se perdió en este gobierno, podría perderse en las redes de esos sectores a través de la participación de personajes de esos sectores en el Partido Pachakutik (PP) o en alianza con el Partido Pachakutik. Así, el movimiento social se perdería en un partido más. ¿En qué se diferenciaría este partido de la Izquierda Democrática, por ejemplo? En nada. Incluso es posible que la propia ID termine teniendo posiciones más a la izquierda que el PP de Lluco y los dirigentes de su sector.

La otra posibilidad es construir una amplia alianza social y política, para llevar adelante la lucha social que se viene y la futura lucha electoral.

En lo social debería tener como eje al movimiento indígena pero con una participación equitativa de todo el movimiento social, sindicatos, pequeños y medianos productores, empresarios que defienden la soberanía como los del Foro Ecuador Alternativo y otros, artesanos, organizaciones ambientalistas, organizaciones defensoras de derechos humanos, gremios profesionales, informales, organizaciones no gubernamentales progresistas, sectores de intelectuales, grupos culturales, sectores religiosos progresistas, etc., etc., y todos aquellos movimientos o sectores con una visión productiva del país. En esto no se podría tener en cuenta nunca a sectores que tienen una visión parasitaria de la reactivación económica, como el que representa Joyce de Ginata, con quien Lluco se ha mostrado interesado en comer un cebiche para conversar.

En lo político debería tener como eje un Movimiento Pachakutik que sea la expresión verdadera de la alianza social que proponemos, sin sectarismos, sin intentos de hegemonizar el movimiento por algún sector que logra poner a varios de sus integrantes en la dirección y desde ahí hace y deshace. Se necesita un Movimiento Pachakutik que sea la expresión verdadera de todos los movimientos sociales del país, no sólo del Movimiento Indígena y los poquitos sectores urbanos que hoy están dentro. Hay que abrir Pachakutik a todo el movimiento social. Hay que hacer un Pachakutik más plurinacional de lo que es hoy. Y en el Movimiento Social es claro que hay empresarios, pero empresarios que apuestan al país y a su soberanía, no parásitos. Es necesario que no existan exclusiones hacia la izquierda y tener muy claro quién es quién en Pachakutik. Para eso es fundamental que las estructuras organizadas actúen en forma transparente.

Con un Movimiento Pachakutik fortalecido de esa forma, es posible aspirar a construir una gran alianza programática que se refleje posteriormente en la actuación política frente al gobierno, en la actuación electoral, y en la construcción de la unidad en la diversidad. El reto sería construir un gran Frente Plurinacional que articule la actuación social y la actuación política sin que el movimiento social pierda su independencia.

Así las cosas, Pachakutik se encuentra ante la encrucijada de ampliar su proyección social o perderse en el limbo de los partidos existentes transformándose en una especie de ONG electoral.


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Ya volvimos y somos millones
La construcción identitaria del ser andino
Primera parte

Pedro Mamani Choque


Al iniciar esta reflexión desde nuestro ser interior, desde la raíz de nuestro origen, procurando aprender de la memoria histórica de nuestros antepasados, se hace fundamental recordar aquella frase que Tupac Katari gritó a viva voz: “UN DÍA VOLVERE Y SEREMOS MILLONES”, una frase que para cada uno de nosotros, se ha convertido en la luz y la meta a la que tenemos que llegar. El gran caudillo indígena, mártir de la codicia blanca, a pesar de sentirse vencido, con la frente en alto y con el orgullo de ser hombre de esta tierra, no dio fin a su misión, sino por el contrario inició una nueva etapa de lucha, que por cierto no concluyó con su muerte, fue el comienzo de una nueva.

Ya volvimos, estamos aquí, somos millones y dispuestos a continuar nuestra lucha, es verdad que han transcurrido muchos años, en la que hemos tenido que vivir en oscuridad y silencio, confundidos en nuestra propia tierra, atrapados por el dolor y la humillación. El silencio y la oscuridad, el miedo a gritar la verdad, ha sido el motivo para que tengamos que pagar un precio muy alto, sumiéndonos en el olvido de nuestro ser, convencidos por la dominación, hemos cerrado nuestros ojos, apretando los dientes para no ser pisoteados en nuestro ser.

Ya el tiempo ha pasado, hemos despertado del silencio y de la oscuridad, nuevamente estamos de pie, listos para continuar; es hora de dejar las lamentaciones (el estar sujetos a los mismos pensamientos de dominación colonial), de seguir cerrando los ojos, de callar nuestra verdad. El momento ha llegado, es tiempo de decir quienes somos, es el momento de recordar nuestra memoria histórica, de saber el principio de nuestra raíz de ser y existir.

La memoria de nuestra historia, el construir nuestro ser andino, que nos permitirá mostrar a los otros, lo que somos nosotros; de alguna manera somos distintos, no somos iguales a los otros y esa diferencia nos permite ser lo que somos. Del ayer, al ahora, estamos reconstruyendo el gran ayllu, nuestro propio territorio, nuestro ser en sí mismo.

Finalmente, somos la esperanza de nuestro pueblo, ya volvimos y somos millones, pero ¿qué estamos haciendo para construir nuestra identidad andina?, ¿cuál será nuestro compromiso para construir nuevamente nuestra identidad?, porque el tiempo ya ha llegado y estamos aquí.

1. ¿QUIÉNES SOMOS?

En el mundo existimos una gran diversidad de seres humanos, tan distintos unos de otros, que muchas veces nos confundimos en medio de tanta diversidad, en este sentido se hace importante y necesario, reconocernos e identificarnos en lo que somos y sobre todo quienes somos. En medio de tanta diferencia, ha sido fácil olvidar nuestro ser verdadero, puesto que con frecuencia corremos el riesgo de confundirnos y olvidar nuestro ser en sí.

La experiencia de vida que nos ha tocado vivir, tras la invasión colonial, ha significado sin lugar a dudas, un motivo para no ser lo que somos; es así que ser indio o indígena, se ha convertido en motivo de vergüenza y rechazo a nuestro ser andino, procurando ignorarlo y olvidarlo, para refugiarse y encubrirse en el ser del otro dominante, es por eso que el indígena prefiere ser reconocido como ciudadano o mestizo, pero no indio. Esta actitud de no querer ser indio, de ninguna manera se puede condenar ni criticar; puesto que ser indio, por lo general ha tenido y tiene una connotación de ignorante, inculto, retrasado, marginado y sobre todo destinado a la servidumbre, a no tener la oportunidad de ser, a no ser aceptado en la estructura social, ser indio en sí mismo refleja una condición de exclusión, omisión y sobre todo de opresión.

La experiencia histórica de dominación, ha sido en todo sentido, motivo de no querer ser nosotros mismo, de reconocernos en nuestro ser interior; mas por el contrario nos ha llevado a refugiarnos en el ser del otro y así olvidar nuestra identidad. Es así que nos hemos olvidado quienes somos, qué somos y qué queremos ser; el olvido se ha convertido en un cascarón duro, provocando en nosotros un sueño perdido en la oscuridad.

En este juego del tiempo y el espacio, de la memoria y la historia, ha llegado el momento de decir, ¿quienes somos?; somos millones, pero ¿quiénes somos?, dónde estamos. Aquí estamos nuevamente, aymaras, quechuas, urus, chipayas, mapuches, y otros, que en cierta forma nos permite conocernos y mostrarnos como andinos.

2. NUESTRA MEMORIA

Ante todo el indio o el andino, tiene una historia, un pasado que se ha mantenido en la memoria de nuestros antepasados, a la que de una u otra forma debemos recurrir para conocer nuestro origen cultural; es en cierta forma el indagar en la visión de todas las dimensiones del cosmos; el explorar en su organización cósmica y su relación con ese cosmos; se constituye en el fundamento de nuestro ser andino y de nuestro existir como tal.

Nuestra memoria andina, aquello que nuestros antepasados nos han dejado como testimonio, es para nosotros el cimiento de nuestro ser; siendo que desde ella, hoy en día podemos conocer nuestra identidad, nuestros valores, nuestra historia y sobre todo nuestro ser andino. El pasado histórico, no es un tiempo perdido, sino que es un tiempo presente, es el punto de encuentro con nosotros mismos, es aquello que no permite ser lo que somos.

Del ayer, al hoy, estamos aprendiendo a reconstruir nuestra historia; conscientes de que el hoy significa un espacio distinto, con todos los cambios vividos, es verdad que nuestros ojos ya no son los mismos, sino diferentes, en la que nuestro corazón nos lleva a ser, otro nuevo; es en este sentimiento que nos volvemos a encontrar con nuestra memoria histórica. Un nuevo espacio histórico, con ojos cambiados, hacemos un silencio profundo para encontrarnos a nosotros mismos, sumergiéndonos en el encuentro con la memoria de nuestra historia.

La memoria y el despertar, se están convirtiendo de alguna forma en el principio de nuestro ser, es así que desde nuestros ojos, desde nuestro vivir, el tiempo pasado se hace presente. Pero el tiempo presente sin la memoria de nuestra historia pasada, carece de sentido, carece de fundamento y de su esencia de ser; como hijos de esta tierra nos vemos en la necesidad de conocer nuestra historia, nuestra lengua, nuestros principios, nuestros valores y nuestro ser en sí mismo y desde ella comenzar a caminar hacia un futuro distinto, con el firme sentimiento de encontrarnos y reconocernos como andinos.


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