Boletín No 44

ICCI

Editorial

EL AREA DE LIBRE COMERCIO


El ALCA, que se halla liderado por los E.U y compuesto por los ministros de Economía de varios países de América Latina, supuestamente, tiene como objetivos generales elevar el nivel de vida y mejorar el empleo en nuestros países, pero en la práctica concreta esto es posible? Es viable una integración económica del continente? De aplicarse el ALCA, cuáles serían los impactos sociales y políticos en los países de nuestro continente?

Cómo se puede lograr la integración económica, la eliminación de barreras arancelarias y la creación de un mercado de libre comercio, si la práctica económica de los E.U. , en Comercio Exterior por medio de sus respectivas leyes, han desarrollado una permanente política de exclusión y de represalias comerciales contra los países en vías de desarrollo, han implementado una política de intercambio de productos desigual y proteccionista con respecto a los suyos. De otro lado, cómo se puede esperar que se logre una integración económica de nuestros países en el ALCA, si esta propuesta es controlada por las élites y los monopolios económicos internacionales y nacionales, es decir, cómo es posible controlar y eliminar las lacras sociales como la pobreza, si los responsables de la crisis mundial y social son los mismos que integran el ALCA.

Al contrario, no es que el ALCA va a lograr resolver gran parte de los problemas sociales y económicos, porque el ALCA, es una estrategia económica internacional, de los países dominantes que se halla muy ligada a la propuesta neoliberal de privatizar la economía de nuestros países, por ello, plantean el fomento de las inversiones extranjeras, la creación de un marco jurídico para proteger a los inversionista y a las inversiones, de modo que se garantice un nuevo proceso de acumulación de capital o de sus ganancias.

Por otro lado, hay que tener presente que no se puede hablar de una integración económica ni de la creación de una zona de libre comercio o de una competencia comercial equitativa entre los diversos países, cuando sus economías son desiguales con respecto a los países dominantes, porque soportan graves problemas como la dependencia económica, la deuda externa, porque sus economías son primarias, no industrializadas, además no existe una óptima diversificación de la producción, a esto se suman los problemas de desempleo que superan el 20%, la pobreza que rebasa el 75%, lo propio se puede decir de la educación, salud y vivienda. En cambio, los países capitalistas desarrollados, tienen una economía industrializada con alta tecnología, controlan los mercados e imponen los precios, imponen las normas y las leyes comerciales para defender sus intereses económicos y políticos.

Otro de los asuntos importantes del ALCA está relacionado con los efectos que pueden presentarse, si es que llegara a ejecutarse a partir del 2004 0 2005. En este sentido, un tema que se halla comprometido, es la soberanía económica y política de los países participantes, porque los tratados y acuerdos económicos tienden a proteger al inversionista e impiden expropiar cualquier bien o riqueza de los mismos. Otro punto comprometido es la seguridad ambiental y alimentaria, dado que la propuesta del ALCA tiende a realizar concesiones a los empresarios sin tomar en cuenta estudios de impacto ambiental o muchas veces se relativiza dichos impactos, esto ha pasado por ejemplo, con el tema petrolero y las madereras. En lo que respecta a la seguridad alimentaria, es conocido que con el ALCA, ingresarán varios productos transgénitos a los países participantes, es decir, vendrán alimentos alterados o manipulados genéticamente, listos para el consumo o para la producción, pero que no se ha profundizado en los efectos secundarios que esto causará en toda la población, pero que al ser terminados o elaborados con alta tecnología aumentarán su producción y se reducirán sus precios, por lo tanto, las empresas dueñas de estos productos, quebrarán a sus similares o empresas nacionales que no tienen una alta capacidad de producción y que no pueden competir en las mismas condiciones, dado que su producción parte de una tecnología doméstica o manufacturera y natural, es decir, los más afectados serán los pequeños y medianos productores porque sus productos no pueden competir en las mismas condiciones que los productos industrializados de las grandes empresas y de los monopolios, por tal razón, es probable o casi seguro que tales pequeñas empresas tiendan a desaparecer y por tanto a generar desempleo.

Por todos estos efectos directos e indirectos que trae consigo el ALCA es necesario seguir impulsando una serie de iniciativas continentales y nacionales para enfrentar este nuevo proceso de dominación. En el ámbito de la producción hay que garantizar la tierra, el agua y los créditos directos y blandos a los pequeños y medianos productores del campo y la ciudad, paralelamente, debemos fortalecer las iniciativas y proyectos de emergencia y urgencia nacional con programas de capacitación, asimilación de nuevas tecnologías en la producción, comercialización o búsqueda de mercados, recuperación de suelos y fortalecimiento de abonos naturales no contaminantes, etc.

En el ámbito político la tarea también es compleja, pero, como es de conocimiento general, ya se viene avanzando en varios procesos de resistencia social y organizativa, en este sentido, el encuentro de Quito, fue solamente un de los momentos más para seguir adelante en esta lucha, luego ha venido las duras y largas jornadas en la Habana en el II Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA (1), en donde se ha logrado consolidar algunas líneas de acción como seguir en impulsando la consulta popular sobre el ALCA en todos los países a más de Brasil, México y Québec, articular las campañas contra el ALCA y la OMC (Organización Mundial del Comercio), desarrollar campañas específicas de lucha contra el ALCA,. Etc.

Ojalá los nuevos gobiernos de corte popular de Brasil, Venezuela y Ecuador recojan las iniciativas de la sociedad civil, de las organizaciones y de los movimientos sociales a fin de que se puedan canalizar políticas de Estado que fortalezcan la autonomía productiva y política de nuestros países.

1. La Habana -Cuba 25 al 28 de Noviembre del 2002.


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Un proyecto de recolonización

Blanca Chancoso
coordinadora del Foro Social Mundial- Ecuador


El nuevo gobierno ecuatoriano antes de opinar si o no al ALCA, debiera primero escuchar al pueblo que opina sobre el tema

El proceso de colonización a que han estado sometidos nuestros pueblos del continente aún no ha terminado. Ahora, los colonizadores tienen nuevos mecanismos para saquear las riquezas de nuestros territorios, así como para someternos a sus intereses. El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es un proyecto que prolonga el colonialismo.

Debemos tomar en cuenta que el ALCA no es un acuerdo para que exista un área de libre comercio para todos, no es un espacio de interrelación entre gobiernos y pueblos -lo cual si es importante-, sino que más bien es un proyecto que busca afianzar la apertura de mercados para las empresas norteamericanas y para las grandes transnacionales.

El ALCA no ha entrado en vigencia, pero ya hay muestras del impacto que puede causar en las economías nacionales la implementación de un acuerdo de este tipo. Por ejemplo, desde 1995 se dio paso al Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Canadá, Estados Unidos y México, donde los pueblos indígenas mexicanos han sido los más afectados, sobre todo en la agricultura y en la cultura.

Con la entrada en vigencia del TLC el maíz con que se hacían las tortillas mexicanas dejó de ser sembrado y producido por los agricultores, ya que ahora desde los Estados Unidos entra importado a México un maíz que está altamente subsidiado, lo que ha llevado a que los indígenas mexicanos tengan que dejar el campo y emigrar a las grandes ciudades en busca de un trabajo que no hay. Aquí el impacto es doble: tanto en la alimentación como en la cultura, porque es hacerle negar su propia vocación de agricultor, además de pasar a engrosar las filas del desempleo.

En Ecuador también hemos tenido impactos en la agricultura sin que entremos al ALCA, quizá es más palpables en las frutas. Por ejemplo, en Tungurahua se producen manzanas, uvas, mandarinas, cultivadas con esfuerzo propio de cada uno de los agricultores, pero hay un tratado bilateral con gobiernos como el de Chile, para importar la manzana chilena que se vende a un precio más barato que la nacional; lo mismo sucede con las uvas y otras frutas que estarían más baratas.

Ante este hecho como consumidores podemos pensar que está bien porque hay competencia, y estamos siendo beneficiados, pero es un beneficio momentáneo y disfrazado, porque al comprar lo importado lo que se cultiva en el país no podrá venderse, y es así como quiebra la economía de los ciudadanos productores, en este caso de la provincia del Tungurahua. En este ejemplo se palpa la desigualdad en los acuerdos comerciales, porque no hay compensación, ni retribución, de Ecuador no exportamos frutas para Chile, en cambio de allá si vienen productos agrícolas que desplazan a los nuestros en el mercado local. Así no hay ningún tipo de incentivo para la producción nacional.

Ahora con la puesta en marcha del ALCA todos los ecuatorianos deberíamos estar preocupados, no solo los campesinos e indígenas, sino los pequeños y grandes empresarios, porque los efectos son para toda la economía nacional. Por eso, desde varios espacios organizativos de la sociedad civil a lo largo y ancho del continente hemos venido planteando un NO al ALCA, porque creemos que otra integración es posible, que otra América es posible. Creemos que la integración es necesaria pero dentro de un marco igualitario, que el Area de libre comercio sea un intercambio real y no la imposición de las economías más fuertes sobre las más débiles.

Entendemos que cuando se hacen acuerdos que buscan mejorar la situación de todos los países, se hacen tratados igualitarios que no perjudiquen la economía de las naciones. Por eso desde los pueblos del continente decimos NO al ALCA, pero SI a iniciativas que puedan fortalecer nuestras economías, como puede ser una integración andina y suramericana, en la que entremos en términos iguales de respeto mutuo, intercambio, solidaridad, y no de caridad –como lo han hecho países del norte- para después cobrarnos esa caridad con intereses.

En el marco de otra integración se puede ampliar la solidaridad y las relaciones entre estados sin que se venda la patria. Cada país necesita fortalecer sus relaciones comerciales, aumentar la producción interna, la calidad en servicios, tener seguridad alimentaria, sostener el derecho y el respeto a derechos colectivos, como personas y como pueblos.

Pero en el ALCA se esconden intereses particulares de beneficio para los EEUU, forma parte de un proyecto geopolítico, militar, y económico de control del territorio continental, para que no haya nada que le impida el paso de sus mercancías y negocios. Desde hace 8 años que se inició el proceso de discusión sobre el ALCA, pero solo ahora, en el último año, se hizo público el documento borrador y se conoció que habían estado trabajando los ministros de economía, comercio exterior y cancilleres de los 34 países del continente.

Una de las cosas que nos enteramos es que había una comisión de consulta a la sociedad civil, pero ha estado integrada por ONGs para-gubernamentales, financiadas por los mismos gobiernos, para que sin ninguna posición crítica den el visto bueno al ALCA. Con ese espacio pretenden confundir al pueblo, a la ciudadanía, a la sociedad civil en general. Los pueblos no nos sentimos representados en esos espacios. Desde la campaña continental contra el ALCA se ha decidido hacer consultas populares en cada país, ya Brasil lo hizo recientemente y en Ecuador se prepara para marzo del 2003. Esta podría ser una tarea del nuevo gobierno ecuatoriano, que antes de opinar si o no al ALCA, debiera primero escuchar al pueblo que opina sobre el tema. En la consulta popular se expresa la verdadera sociedad civil y no en comisiones secretas y selectivas, como la que ha venido reuniéndose junto a ministros y empresarios del continente.

Otro de los objetivos del ALCA es complementar su estrategia de hegemonía en el continente. Ya hay una avanzada con el Plan Colombia y con la Iniciativa Regional Andina (IRA), que son planes de militarización del continente para asegurar sus mercados, abriendo bases militares en Ecuador, con la base de Manta, de Alcántara en Brasil, Puerto Vieques, en Puerto Rico, y otras más en el cono sur y en la misma Colombia. Todos esos espacios son parte de lo mismo, es un brazo armado del ALCA. Así EEUU quiere asegurar que se cumplan sus propósitos, por las buenas o por las malas.

Pero la avanzada neoliberal norteamericana no solo ha sido con la militarización, hay otros frentes desde los cuales nos ha venido atacando: está el proyecto de dolarización aquí en Ecuador y Centroamérica, la convertibilidad en Argentina, el TLC, las imposiciones del FMI a los países, el pago de la deuda externa, el Plan Puebla-Panamá, en fin, son medidas que llevan a la pérdida de la soberanía nacional y que con la entrada en vigencia del ALCA en el 2005 se reafirma el nuevo colonialismo.

Sin embargo, el pueblo del continente no se ha quedado de brazos cruzados, sino que ha impulsado jornadas continentales de resistencia contra el ALCA, procesos de formación, movilización y elaboración de propuestas alternativas. En cada país se han constituido comités nacionales de campañas contra el ALCA, y se ha logrado aumentar la participación ciudadana más allá de los sectores sociales. También es significativo el avance que va teniendo sectores antineoliberales en los espacios electorales, como son los casos de Venezuela, Brasil, Bolivia y Ecuador, entre otros, porque va creando una correlación de fuerzas que puede hacer posible otra integración.

Este proceso fue el que se dio cita en Quito desde el 28 de octubre hasta el 1 de noviembre, en desarrollo del Encuentro Continental de reflexión e Intercambio “Otra América es Posible”, donde se congregaron representantes de 41 países y cerca de 10 mil personas, para hacer un intercambio de propuestas y estrategias alternativas al ALCA, en momentos que se daban cita los ministros de 34 países para discutir el segundo borrador del tratado que espera entrar en vigencia en el 2005. Luego de una movilización y toma pacífica de la ciudad de Quito, y pese a la represión policial, se logró hacernos oír por los ministros (ver recuadro 1) y se les entregó un documento que recoge el sentir de la oposición al ALCA en el continente. Este mismo sentimiento de lucha y resistencia es el que se vio expresado en el II Encuentro Hemisférico efectuado en La Habana, Cuba, del 25 al 28 de noviembre último (ver recuadro 2), donde se llamó a redoblar la Campaña contra el ALCA para detener este proyecto de recolonización.


Mensaje de la Movilización de los Pueblos de América a los Ministros de Economía y Comercio

Quito, 31 de octubre de 2002

Sres. Representantes de los Gobiernos que negocian la creación de un Área de Libre Comercio de las Américas

Los hombres y mujeres -indígenas, trabajadores, campesinos, estudiantes, pobladores, ciudadanos, niños, jóvenes, adultos y ancianos-, representantes de organizaciones populares de esta hermosa república del Ecuador y de todos los países de nuestra América que nos encontramos hoy en las calles de Quito, hemos llegado hasta aquí para manifestarles en voz alta, con la voz que es la voz de millones de habitantes de nuestro continente, nuestro más completo y decidido desacuerdo y oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que ustedes se encuentran negociando.

El ALCA no tiene legitimidad desde el momento en que ustedes lo están negociando de espaldas a la sociedad, de manera antidemocrática, en negociaciones casi secretas, resguardadas por ofensivos cercos policíacos y militares, a las que tienen acceso sólo un puñado de grandes empresarios, sin informar ni mucho menos consultar a la población y ni siquiera a los congresos nacionales.

El ALCA no puede sino reforzar la exclusión social y el deterioro ambiental desde el momento en que sólo toma en cuenta los intereses de las grandes corporaciones trasnacionales, particularmente norteamericanas, y sus socios locales, e ignora absoluta, explícita y formalmente las necesidades y reivindicaciones sociales y ambientales, bajo el argumento inaceptable de que las reglas del comercio y la inversión son cosa de hombres de negocios y no de los pueblos cuyos destinos van a estar en juego.

El ALCA no puede sino profundizar las desigualdades entre las naciones y la polarización social dentro de ellas desde el momento en que se basa en el modelo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que tras nueve años ha significado un verdadero desastre social y grave pérdida de soberanía para el país firmante menos desarrollado. En el texto del ALCA que con reticencias y a destiempo han dado ustedes a conocer, se repiten y profundizan los peores aspectos del TLCAN:

* Se pretende dar trato igual a países completamente desiguales, lo que sólo puede producir más desigualdad; se pretende dar trato igual al pequeño productor latinoamericano que a las grandes corporaciones norteamericanas; se pretende hacer competir al empobrecido agricultor latinoamericano con los agricultores altamente subsidiados del Norte; se nos hace así perder seguridad y soberanía alimentarias.

* Se le brindan todas las garantías a los grandes inversionistas mientras se le niega cualquier protección a los sectores vitales y estratégicos de las economías menos desarrolladas, y se les otorgan superderechos a las corporaciones al grado de que pueden incluso demandar a los estados ante cualquier medida que limite su insaciable sed de ganancias;

* Se abren a la privatización y desnacionalización áreas vitales para el desarrollo de una nación, como la energía, la educación, la salud y hasta el agua; los servicios públicos básicos pasan de ser un derecho a simples mercancías y se deja nuestro futuro a la suerte del mercado;

* Se legaliza hasta el robo del conocimiento tradicional y se da derecho a propiedad sobre la vida y su reproducción al hacerla susceptible de patentes; se tiende a destruir nuestra identidad y diversidad;

* Se pone en riego, en fin y en realidad, cualquier posibilidad de que los estados tengan la capacidad de conducir un proyecto nacional de desarrollo verdadero en las naciones de Latinoamérica y el Caribe.

El ALCA no sería otra cosa que una constitución económica supranacional en la que cederíamos la soberanía de nuestras naciones a la hegemonía de los intereses norteamericanos.

No estamos en contra del intercambio y los acuerdos entre países. Estamos por un modelo distinto al que se quiere imponer con el ALCA; estamos por acuerdos soberanos y democráticos que verdaderamente garanticen un desarrollo justo, equitativo y sustentable para cada una de nuestras naciones.

Es por todo eso, señores ministros, que hoy venimos hasta aquí no a «dialogar», porque sus gobiernos han estado cerrados a cualquier diálogo verdadero, y a escuchar y tomar en cuenta el sentir de la sociedad civil, y esto no cambiará con que se dignen hoy a recibirnos o con que se tomen la foto con los representantes populares; venimos hasta aquí para exigir que suspendan las negociaciones del ALCA y depositen finalmente en sus pueblos, en quienes radica la soberanía de cada nación, las decisiones que afectarán los destinos de nuestros países.

En la medida en que sus gobiernos se niegan a ir más allá de inaceptables simulaciones de consulta, hemos tomado en nuestras manos la realización de una Consulta Popular Continental para que millones de hombres y mujeres de todo el continente digan si quieren o no quieren el ALCA. Esperamos que las voces que traemos hoy aquí y las que surgirán de la consulta popular sean escuchadas. De no ser así, pondrán ustedes en serio riesgo el futuro de América.

¡Si a la Vida! ¡No al ALCA! ¡Otra América es Posible!


Llamamiento de La Habana

A todos los pueblos de América:
La vida de nuestros pueblos y la independencia de nuestras naciones está en juego: luchar contra el ALCA es luchar contra la anexión y la miseria

Nosotros y nosotras, indígenas, negros, sindicalistas, campesinos, jóvenes, pobladores, religiosos, ambientalistas, defensores de derechos humanos, creadores, comunicadores, parlamentarios, artistas e intelectuales, hombres y mujeres de todas las razas, representantes de organizaciones sociales y políticas provenientes de los (treinta y cinco países) de nuestro continente, hemos llegado hasta La Habana, Cuba, para realizar nuestro Segundo Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), pues Estados Unidos y sus gobiernos afines en el hemisferio, persisten en su objetivo de imponer a nuestras naciones este tratado supranacional que condena a la pobreza a sectores cada vez más amplios de la población tanto en el Sur como en el Norte, que otorga derechos a las corporaciones trasnacionales por sobre los estados y los pueblos, abre indiscriminadamente nuestros recursos naturales, productivos y humanos al saqueo sin medida y sacrifica, en fin, cualquier posibilidad de un desarrollo soberano de nuestras naciones, en lo que constituiría una nueva era de colonización y anexión de nuestra América por parte del poder político, económico y militar de los Estados Unidos.

En el año que ha transcurrido desde nuestro Primer Encuentro hemos visto, sin embargo, cómo se ha fortalecido de manera notable la resistencia contra la amenaza del ALCA y otras calamidades que el neoliberalismo ha dejado caer sobre nuestros pueblos. Se están cosechando las primeras victorias: lo mismo en Bolivia que en El Salvador, en el Ecuador que en Perú, en Paraguay y Uruguay, en Quebec, Canadá y Estados Unidos, en México y otros países, se viene resistiendo con éxito a las políticas que buscan privatizar la energía, la salud, el agua y hasta la vida. En Argentina, donde se ha puesto de manifiesto la amplitud de la debacle del modelo neoliberal, crece la movilización del pueblo contra las políticas de concentración de la riqueza responsables de un verdadero genocidio social; así también en Venezuela, donde se han logrado frustrar hasta el momento los intentos golpistas y de desestabilización contra un gobierno electo que no es del gusto del gobierno de Estados Unidos. Los ejemplos de resistencia y dignidad se multiplican en todas partes, sobre todo en aquellas luchas encabezadas por los pueblos indios y el movimiento negro, hasta ahora marginados entre los marginados. En todas partes, el individualismo, la competencia y la división fomentados por el neoliberalismo comienzan a ceder el paso a la unidad y la solidaridad entre los pueblos. En todas partes las mujeres vienen ocupando cada vez más su lugar y colocando sus reivindicaciones al frente de las luchas, lo que es un motivo de orgullo y dignidad para todo el movimiento.

En particular, en la lucha contra el ALCA, desde el último encuentro hemos visto desarrollarse comités de amplia convergencia de fuerzas sociales y políticas en los diversos países, lo cual se ha traducido en el despliegue de una campaña informativa y educativa, en acciones masivas y en la preparación y realización de la Consulta Popular Continental, que ha tenido un arranque formidable con el plebiscito celebrado en Brasil, durante la primera semana de septiembre del 2002 y en el que más de diez millones de brasileños y brasileñas dijeron No al ALCA. En Quito, con motivo de la Cumbre de Ministros de Comercio, nos movilizamos aún en medio de los gases lacrimógenos de la policía, e hicimos llegar claramente el rechazo de nuestros pueblos a los gobiernos que se empecinan en negociar el ALCA..

El avance en la resistencia, el fortalecimiento del movimiento social y su articulación cada vez mayor a nivel global, se están traduciendo también en conquistas políticas, como la alta votación obtenida por Evo Morales en Bolivia y, sobre todo, las victorias electorales de Lula en Brasil y Lucio Gutiérrez en Ecuador, candidatos apoyados y llevados al triunfo por fuerzas populares opuestas a la recolonización de nuestra América. Los nuevos escenarios que se abren con estas victorias constituyen sin lugar a dudas un golpe al modelo neoliberal, pues el voto de nuestros pueblos fueron votos contra ese modelo, contra el “libre comercio”, contra la dominación norteamericana.

Sin embargo, a pesar de estas claras muestras de la voluntad de nuestros pueblos, el imperio norteamericano y sus gobiernos subordinados en el hemisferio no quieren escuchar el clamor de justicia e independencia que crece desde abajo y se obstinan en continuar con sus planes colonialistas y antipopulares. El desempleo y la miseria no dejan de crecer a pesar de las promesas de desarrollo de los promotores del “libre comercio” y de las farsas de programas contra la pobreza y, por el contrario, la situación raya ya en el genocidio social y la degradación humana; nuestros países están perdiendo su soberanía y seguridad alimentaria, y servicios y bienes básicos, como la educación y la salud, se pretenden dejar al inhumano juego del mercado. En un país como Argentina, donde hasta hace poco hubiese sido impensable, los niños están muriendo de hambre. La deuda sigue siendo un flagelo y un instrumento de chantaje y control contra nuestras naciones. La militarización, con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y ahora el terrorismo, es la pareja indispensable del “libre comercio”. El Plan Colombia, el Comando Norte y la “cooperación” en general de nuestros gobiernos con los halcones del Pentágono son el otro lado de la pinza de la política de integración económica subordinada a los intereses norteamericanos.

No obstante las graves consecuencias sociales que ha tenido el TLCAN, especialmente en México, y la significativa oposición a lo que se está negociando, los ministros de comercio reafirmaron en Quito que piensan concluir las negociaciones del ALCA para el año 2004. Además, Washington y sus aliados, o mejor dicho subordinados, no están esperando la culminación de estas negociaciones y avanzan todos los días en planes y tratados de “libre comercio” binacionales o regionales, todos ellos piezas de la estrategia de reafirmación de la hegemonía norteamericana en el continente y que pavimentan la carretera del ALCA. Estos planes hemisféricos son parte de la estrategia más general de las corporaciones norteamericanas en el marco de la competencia con los otros bloques económicos en la Organización Mundial de Comercio (OMC), pues temas como el de agricultura y privatización de los servicios públicos y otros que apenas están siendo considerados para ser incluidos en la OMC están ya presentes en el proceso ALCA..

Las negociaciones del ALCA y de la OMC (y los procesos bilaterales y regionales dentro de ellas) han entrado a una fase decisiva. La crisis y desesperación de nuestros pueblos está llegando al límite. La amenaza de guerra está aquí. Pero nuestras posibilidades de resistir son mejores que antes y hay nuevas luces de esperanza. Nuestra lucha debe entrar también en una fase decisiva. Es por todo ello que desde aquí, desde la patria de Martí, que es un ejemplo de que se puede vencer y resistir a la dominación imperial, hacemos el presente

LLAMAMIENTO:

· A redoblar en cada uno de nuestros países, en el ámbito regional y a escala continental, la Campaña contra el Área de Libre Comercio de las Américas, reforzando las actividades de información, difusión y educación entre la población en general, así como las movilizaciones y toda clase de iniciativas y acciones a nuestro alcance para detener este proyecto de recolonización..

· A avanzar en la conformación de comités nacionales unitarios, intersectoriales, plurales y horizontales de lucha contra el ALCA.

· A dar un nuevo impulso a la organización y la realización de la Consulta Popular Continental sobre el ALCA que tendrá un nuevo plazo hasta el mes de octubre, previo a la Cumbre de Ministros de Comercio en Miami, para llegar ahí con la fuerza de la participación de millones y millones de hombres y mujeres de todo el continente.

· A desarrollar una estrategia hacia los congresos nacionales para que los parlamentarios opuestos al ALCA luchen junto con sus pueblos por recuperar la defensa de la soberanía y detener el ALCA.

· A dar simultáneamente la lucha contra los tratados, acuerdos y planes bilaterales y regionales de “libre comercio” que avanzan el modelo injusto y desigual del ALCA, así como a construir desde abajo una alternativa de integración de los pueblos justa equitativa y sustentable.

· A vincular la lucha contra el “libre comercio”en el hemisferio con la lucha contra la Organización Mundial de Comercio y, en particular, contra una nueva ronda y la inclusión de nuevos temas que sólo otorgarán más poderes a una institución dominada y al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales.

· A ligar cada vez más esta lucha con las luchas concretas y cotidianas que nuestros pueblos están librando en los diferentes frentes abiertos por el neoliberalismo, en particular en la defensa del carácter público de la educación, la salud, la seguridad social, los recursos energéticos y naturales de nuestros países.

· A hacer nuestra la lucha contra toda forma de exclusión y discriminación, y en particular la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

· En especial, convocamos a vincular la lucha contra el “libre comercio” a la lucha histórica contra la injusta e ilegítima deuda externa y contra el belicismo norteamericano que pone en peligro no sólo la soberanía sino a todo el planeta, así como a combatir las políticas de contrainsurgencia militar, paramilitar y civil que promueven los gobiernos latinoamericanos. Debemos ahora también encarar unitariamente la defensa común contra la criminalización que de los luchadores sociales se viene haciendo.

· Además de las luchas que libraremos en cada país y región, convocamos a encontrarnos y movilizarnos contra el ALCA y la OMC en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre en enero del 2003; a encontrarnos y movilizarnos junto con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo en Cancún, México, en septiembre del 2003 contra la OMC, desarrollando toda clase de movilizaciones y acciones simultáneas en todos nuestros países; a realizar una jornada continental de acción contra el ALCA cuando se reúnan los ministros de comercio del ALCA a fines del 2003 en Miami y a volvernos encontrar en La Habana en enero del 2004.

Concluimos nuestro Segundo Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA convencidos de que, así como hemos cumplido muchas de las metas que nos propusimos en el Primer Encuentro, este Segundo Encuentro abre el camino de una nueva etapa, de un salto en la lucha contra el nuevo intento de dominación colonial; convencidos de que siguiendo el camino del movimiento de resistencia global expresada en Chiapas, Seattle, Quebec y en tantas otras luchas populares libradas en Norte, Centro, Sudamérica y el Caribe, sabremos cambiar el destino de marginación, miseria y guerra que quieren deparar como futuro a nuestros pueblos, los grandes señores del poder y el dinero. Desde este territorio libre de América, con el cual nos solidarizamos y para el cual exigimos el cese al bloqueo y el respeto a su soberanía, decimos:

¡NUESTRA AMÉRICA NO ESTÁ EN VENTA!

¡SOBERANÍA POPULAR SÍ, ALCA NO!

HAGAMOS JUNTOS OTRA AMÉRICA POSIBLE!


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Mandato desde los Pueblos Indígenas de ABYA YALA

Conferencia Continental preparatoria de la
Segunda Cumbre de los Pueblos Indígenas de las Américas


“Rechacemos el ALCA, paremos el nuevo genocidio con la resistencia y afirmación cultural – territorial de los Pueblos Indígenas”

Desde Kito, el sitio del sol recto, nosotros los primeros habitantes de las naciones de Abya-Yala expresamos nuestro pensamiento frente al ALCA, nuevo instrumento con el que se consumará en nuestros territorios sagrados la expoliación, el genocidio y el etnocidio.

Representamos a nacionalidades y pueblos indígenas descendientes de quienes poblaron estas tierras hace más de cuarenta mil años, y somos hoy en día una reserva moral del continente.

Nos hemos enterado de que ustedes, representando a los diferentes estados, vienen con un llamado proyecto de integración para América Latina, pero nosotros, siendo los ANFITRIONES, los primeros habitantes de estas tierras no hemos sido ni notificados, menos consultados.

Por eso, su sola presencia nos parece no grata y sospechosa. Sabemos que desde los EE.UU, quienes se sienten dueños y amos del mundo están maquinando un plan concebido en secreto para favorecer a las corporaciones transnacionales norteamericanas y algunos socios locales.

Conocemos que este plan conllevará mayor destrucción del medio ambiente; como pueblos indígenas una vez más seremos desalojados de nuestros propios territorios, nos veremos abocados a someternos a la privatización del agua, al uso generalizado de transgénicos; se producirá la degradación de los derechos laborales y de las condiciones de trabajo; las condiciones de vida y salud de los pueblos se verán disminuidas porque se ratificarán y profundizarán las privatizaciones de los servicios sociales; muchas medianas y pequeñas empresas que aún sobreviven quebrarán; se limitarán aún más los derechos democráticos de la sociedad; se incrementará la pobreza crítica, la desigualdad, la inequidad; se producirá la destrucción de las culturas ancestrales y de los valores éticos que aún subsisten y; hasta terminarán por desmantelar los estados nacionales y los convertirán en colonias incorporadas.

De qué integración nos quieren hablar si con la ejecución de sus planes nos están desintegrando y eliminando. Qué integración proponen si en la base de la propuesta están la competencia, el afán de acumulación y conseguir ganancias a cualquier precio, la inequidad, el irrespeto de los pueblos y culturas y el afán de unificarnos a todos en el mercado y el consumismo. Qué integración pregonan si la primera y fundamental interrelación de todo ser humano es con la madre tierra y ustedes no la realizan.

Nosotros venimos a hablarles en nombre de todas las vidas, pero sobre todo de aquellas que no están más. Venimos a hablarles de los seres de las aguas, de los seres de la montaña y de la selva, de los seres de la fecundidad, de los seres de la siembra, de los seres de la cosecha, de los seres de la abundancia, de todos los seres que nos sentimos amenazados con su «plan integrador» y frente a la decisión de ustedes de crear el ALCA queremos expresarles los siguientes puntos que constituyen NUESTRO MANDATO:

1. Reafirmamos nuestra autonomía y libre determinación territorial, cultural, política y gubernativa, y en consecuencia reiteramos nuestra resistencia milenaria frente a la creación del ALCA. A los Jefes de Estado de nuestro continente les decimos que para nosotros, las primeras naciones de Abya-Yala ya son suficientes estos 510 años de saqueo y exclusión.

2. Rechazar el modelo que explota al hombre y a la naturaleza, irresponsable con las generaciones futuras. Como pueblos indígenas no admitimos las patentes y otros derechos de propiedad privada sobre la vida y los conocimientos tradicionales porque para nosotros son de carácter colectivo, inalienable e intergeneracional y se hallan vinculados a la noción de nuestros territorios ancestrales. Por lo tanto los Pueblos Indígenas hemos decidido no competir en el sistema de mercado globalizante.

3. Demandar el derecho a la titularidad y administración de los recursos naturales, la biodiversidad y los conocimientos ancestrales y, en el supuesto de una explotación de estos recursos, en consulta con los pueblos interesados, a la participación en la distribución equitativa de beneficios especialmente de aquellos recursos genéticos puros y derivados donde nuestros conocimientos, innovaciones y prácticas están involucrados.

4. Afirmar el amor, respeto y veneración por nuestra Pachamama, por nuestra Madre Tierra y desde ella, amor respeto y veneración por todos los seres vivos. «La tierra es nuestra madre, Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. En esto creemos: la Tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la Tierra»

5. Reclamar el derecho natural e inalienable a recuperar y conservar los territorios que poseemos y a reivindicar los territorios de los cuales hemos sido despojados, así como a determinar libremente su uso y aprovechamiento. Sin tierra no hay vida, sin territorio no hay integración.

6. Conservar nuestras formas de manejo de los recursos naturales y la vinculación cercana que mantenemos con nuestra Madre Tierra y con sus espíritus que son una garantía no sólo para nosotros, sino también para todos los seres vivos, para toda la sociedad occidental que ya se olvidó de donde provino.

7. Afirmar los valores que provienen de nuestra interrelación con la Madre Tierra: lazos de fraternidad -no de competencia- con todos los seres humanos, sentimientos de cuidado y relaciones de compasión con todos los seres vivos con la piedra y el cervatillo, con el viento y la flor.

8. Reafirmar y respetar nuestra tradición y cosmovisión aprendida de nuestros abuelos: el concepto de propiedad sobre la tierra no existe tal como se entiende en el lenguaje de los no indígenas; nosotros más bien hablamos de que la madre naturaleza nos provee de los frutos que provienen de la tierra, la montaña, los valles, la selva, los ríos, las vertientes, las cascadas, las lagunas. Este derecho se gana una comunidad frente a otra, o un pueblo frente a otro por el grado de conocimiento y familiaridad que tiene sobre los secretos de su territorio. Esto requiere primero entrar en armonía con las fuerzas y espíritus que lo animan.

9. Fortalecer alianzas de unidad y solidaridad entre nuestras organizaciones indígenas y con los diferentes sectores del mundo, e impedir al interior de cada uno de los estados nacionales que sus gobiernos se comprometan en la participación del ALCA.

10. Mantener las normas de comportamiento con la tierra, con la montaña con la selva que se aprenden a través de la observación, de la tradición oral, de los sueños y de los cantos sagrados… normas que nos han permitido sobrevivir con éxito a veces en un medio tan frágil como la selva, sin alterarlo negativamente. Esto requiere entrar en armonía con la naturaleza y la fuerza y espíritu que lo anima. Algunas de estas normas son:

Sentido comunitario:

El bienestar social de nuestras comunidades reposa sobre la reciprocidad, la complementariedad y la solidaridad. Con base en estos valores, cuando tenemos en posesión un territorio, éste pertenece a los pueblos, y las parcelas de cultivo al dominio de las familias extendidas. Cuán diferente sería la humanidad si pudiéramos integrarnos en una comunidad de comunidades.
Pensar en el largo plazo:

Medimos el bienestar de nuestro pueblo no únicamente por lo que podamos obtener hoy, sino también por lo que podrán disfrutar nuestros hijos, nietos y bisnietos y los hijos y nietos de nuestros bisnietos. Por eso hemos mantenido por ejemplo en la selva zonas de reserva que no son utilizadas intensivamente o que no son utilizadas en absoluto. Estas áreas de reserva sirven de refugio a la fauna silvestre, la que renueva nuestras zonas de cacería, recolección y pesca.

Adoptar Tecnologías apropiadas:

Hacemos y mantenemos terrazas, cultivamos sin químicos, enriquecemos los suelos al realizar cultivos asociados, con esto a la vez que garantizamos el mantenimiento de la diversidad genética; fortalecemos el sistema agrícola frente a las plagas y a los imponderables de la Naturaleza; adoptamos formas renovables y no contaminantes de generación de energía; exploramos la posibilidad de adoptar tecnologías energéticas renovables y no contaminantes, como el biogas, la energía solar. Estamos abiertos a introducir los aportes tecnológicos de otros pueblos del mundo si estos no alteran radicalmente nuestro medio ambiente. Y estamos abiertos a compartir la sabiduría que viene de nuestros abuelos.

Sentimiento de humanidad:

El mismo sentimiento comunitario que compartimos al interior de nuestros pueblos originarios quisiéramos extenderlo hacia toda la humanidad. El mismo sentimiento de pertenencia a la madre tierra quisiéramos que lo viviéramos todos los seres humanos. Que todos tomemos conciencia de que «El hombre no ha tejido la red de la vida, es sólo una hebra de ella. Todo lo que se haga con la red se lo hará a sí mismo». Clamamos por que se mantengan todos los ecosistemas libres de contaminación. Solamente quien no siente pertenencia, quien no se siente integrado a nuestra Madre Naturaleza, puede violentarla. Por esta razón nuestro mandato incluye un llamado a la unidad entre los pueblos.

En tal virtud establecemos las siguientes exigencias a los Estados y Gobiernos del Continente:

1. Cumplir la normativa internacional con la que se han comprometido los Estados en materia de Pueblos Indígenas, en particular el derecho a la consulta previa antes de tomar decisiones que puedan afectar a nuestros Pueblos, como por ejemplo las que tienen que ver con acuerdos comerciales.

2. No volver a cometer el error histórico de la invasión y la conquista europea, de llevar a la catástrofe y a la muerte a los pueblos originarios de América.

3. Establecer, mantener e implementar el reconocimiento jurídico – constitucional y la identidad étnica-cultural, social, económica y territorial de los Pueblos Indígenas.

4. La reparación e indemnización de daños por el genocidio, etnocidio y ecocidio de parte de los blancos europeos y norteamericanos a través de sus gobiernos, empresas, iglesias, y otras formas de explotación y dominio.

5. La desmilitarización de los territorios indígenas y la desocupación por parte de las fuerzas armadas, y el cese del desplazamiento de los Pueblos Indígenas de nuestros territorios, así como las fumigaciones y las amenazas de bombardeos.

6. El cumplimiento de nuestros derechos colectivos y humanos, constantes en constituciones, acuerdos, convenios y tratados nacionales e internacionales. Así como nuestras agendas y planes de desarrollo aprobadas en foros indígenas nacionales e internacionales, tales como el «Plan de Aplicación de los Pueblos Indígenas sobre Desarrollo Sostenible» aprobado en el marco de la Cumbre de Desarrollo Sostenible celebrada en Johannesburgo.
7. El compromiso en organismos internacionales como la ONU y la OEA para la expedición del Proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas y del Proyecto de Declaración Americana en base a la sustentación establecida por los propios Pueblos Indígenas.

8. La intangibilidad de nuestros territorios a todas aquellas actividades y empresas explotadoras de recursos que depreden el ambiente y atenten contra la integridad cultural y territorial de nuestros Pueblos.

Si desarrollamos nuestros principios de unidad, territorio, cultura y autonomía, podremos encarnar no sólo nuestros intereses como indígenas, sino la soberanía nacional, la dignidad de todos nuestros pueblos, la oposición a un Tratado de anexión colonial. Si resistimos, será posible impedir el etnocidio que nos tienen anunciado. Ahora más que nunca, la idea de la Resistencia indígena toma más valor. Resistir es construir gobiernos propios y comunitarios, contra el interés del ALCA de liquidar la soberanía de los pueblos; resistir es aplicar la justicia nuestra, abierta y transparente, contra los tribunales de expertos que se reúnen en secreto para condenar a los países; resistir es defender los territorios, los nombres que le han puesto cientos de generaciones y los recursos naturales, contra la política de expropiación y robo que promueve el ALCA.

La fuerza de nuestros antepasados están con nosotros. Rumiñahui, Túpak Katari, Camarao, Hatuey, Caupolican, Lempira, Túpak Amaru, Guaycaypuro, Atlacatl, Anacona, Carabito, Tehuelche, la Cacica Gaitana, Manuel Quintín Lame, Kimy Pernia, y todos los mártires de la tierra y por la tierra, por la dignidad y la soberanía de nuestros pueblos están delante de nosotros y constituyen nuestro referente y nuestra fuerza. Así mismo la vigencia de nuestras propias formas de vida y pensamiento demuestran que otra América si es posible.

Y, el día en que todos los seres humanos, la humanidad entera que habitamos nuestro planeta -incluido Bush – asumamos plenamente en nuestra conciencia este hecho, nacerá un gran sentimiento de pertenencia, de integración, de respeto universal y estaremos frente a una actitud de profunda veneración por todo lo que existe, por todo lo que nos rodea.

Kito, 28 de octubre del 2002

Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE
Consejo de Ayllus y Markas de Kollasuyo – CONAMAC de Bolivia
Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA
CSUTCB de Bolivia
Movimiento Juventud Kuna de Panamá
Organización Nacional de Indígenas de Colombia – ONIC
Organización Indígena de México
Organización Indígena de Chile


© Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente

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