Boletín No 62

ICCI

Editorial

APORTES PARA ENTENDER EL PROGRAMA
DE GOBIERNO PARA UN NUEVO ECUADOR


Es posible escribir bien sobre un hecho humano o social sin despertar sospechas mal intencionadas, o juicios perversos que explican de lo que se está haciendo es pagando favores recibidos o que somos parte de una misma postura ideológica política y que por lo tanto somos incondicionales a nuestros pares por el trabajo realizado, sea este teórico o en su defecto una actividad práctica.

La sumisión conceptual requiere de una pérdida de dignidad o por lo menos de una negociación mercantilizada, relación que se establecen entre dominantes y dominados, relación que perpetua las asimetrías y la inequidades, que no deja espacio para el propio pensar y que desde un principio malogran las ideas que nos hacemos acerca de nuestra propia realidad, o que por ser conocimientos subalternos no les hemos dado la importancia requerida y hemos terminado siendo cómplices de los sepultureros de nuestros conocimientos.

Es mucho más cómodo encontrar en cada uno de los hechos sociales y humanos algún resquicio de incorrección para atacarlo y devastarlo, sin mediar ningún tipo de contemplaciones y esto lo hemos convertido en una costumbre, el discurso desarrollado ha sido el de la intolerancia, como que hemos dejado poco espacio a la relacionalidad como principio guía de nuestro actuar y pensar y hemos priorizado en forma “ingenua” el análisis de causa y efecto, por lo tanto hemos terminado dándonos guerra entre nosotros y poniendo los muertos teóricos y conceptuales únicamente de nuestro lado (espero no suene a un reto ni a ser víctima o victimarios).

Entonces estamos más cerca de lo ajeno que de lo propio y nuestras propuestas no son más que réplicas de lo asumido en otras latitudes, sin embargo existen esfuerzos por construir desde otros espacios territoriales y desde otras concepciones que rompen con lo habitual y que podemos considerar “nuevas” formas de ver y entender los hechos sociales y humanos.

Este discurso lo hacemos a propósito del Programa de Gobierno Para un Nuevo Ecuador –Propuesta Borrador-, desarrollado por LA ASAMBLEA DE LOS TRABAJADORES Y LOS PUEBLOS DEL ECUADOR, fechado el 14 de enero del 2004, esta propuesta borrador se había elaborado con el objetivo de tener un marco orientador para la instauración de un Gobierno Popular (categoría con la que no compartimos conceptualmente, por tratarse de una reducción y de una homogenización de la diversidad étnica-cultural que existe en nuestro país) el cual pondría en ejecución la propuesta para la construcción de un nuevo Ecuador.

El documento es un esfuerzo por recoger las iniciativas de un proceso de unidad entre las organizaciones indígenas, partidos políticos, movimientos sociales, con el propósito de encontrar caminos para la instauración de un Ecuador posible, donde las vivencias democráticas sean parte del convivir diario, donde la participación sea el fundamento para la toma de decisiones y no únicamente una forma de justificación que solo sirve en la medida que nos traen beneficios personales, dejando de lado la búsqueda del bien común.

En lo que respecta a la caracterización del Estado y la política nacional se sigue insistiendo en señalar al Ecuador como “unitario, soberano, independiente, democrático, plurinacional e intercultural”, si se sigue pensando como unitario “la nación es una realidad-ya-dada y una premisa histórica y ontológica de la sociedad, frente a la cual su diversidad aparece como un elemento perturbador” (SILVA, Erika. Identidad nacional y poder. Ed. Abya-Yala. Quito-Ecuador. Año 2004. Pág. 71). Entonces evidenciamos contradicciones profundas desde el inicio, que son la expresión de una ausencia de análisis “desde lo intercultural” entendido esta categoría como una propuesta epistémica y política que cuestiona el orden establecido y que genera cambios profundos en la concepción y práctica democrática.

La diversidad trae aparejado nuevas formas de pensar y actuar, el espectro ideológico conceptual con el cual definimos la diversidad es mucho más complejo y requiere de nuevas propuestas teóricas para comprender y explicar, no son suficientes las premisas lógicas de la modernidad y posmodernidad, ni los conceptos de las ciencias sociales de los siglos XIX y XX para llegar al pleno entendimiento, de una realidad “super” diferente y diferenciada a la de Occidente.

La construcción de un Estado Plurinacional es una declaración que rebasa lo popular, porque el reconocimiento de la presencia de varias nacionalidades impone el respeto a las particularidades, pero básicamente a su forma de entender la realidad, desde su propia cosmovisión, así como las particulares formas de organización y gobierno, maneras de aprehender, normas de administrar justicia y hasta las maneras de concebir el desarrollo.

Nos encontramos frente a un Programa de Gobierno que recoge las inquietudes de la mayor parte de actores locales y que intenta responder a las expectativas del conjunto de la sociedad nacional, en lo que tiene que ver con el componente Áreas y recursos estratégicos: Defensa y fortalecimiento, la propuesta considera que en definitiva es el “El Estado (¿Plurinacional?) quien controlará e invertirá en grandes complejos industriales: Sistemas agropecuarios, petroquímica, hidroeléctricas, telecomunicaciones, gas, refinerías, ductos, puertos y flota petrolera, investigación y producción científica-biotecnológica para aprovechar adecuada y soberanamente los recursos naturales y materias primas nacionales”. (Programa de Gobierno para un Nuevo Ecuador) Dentro de estas consideraciones entendemos o damos por cierto que las nacionalidades y los pueblos que conforman el Ecuador, ejercerán control administrativo y financiero de las principales áreas estratégicas y definirán las políticas de intervención.

Los valores de “no robar, no mentir y no ser ocioso”, son preceptos ancestrales que cubren un espectro amplio del quehacer de los pueblos originarios, su aplicabilidad pasa por una concepción mucho más compleja, y son concebidos dentro de un proceso integral e integrador, no son únicamente consignas, son conceptos elaborados sobre pre-supuestos “filosóficos” que tienen un recorrido histórico-político de siglos, que no es la casualidad, ni la causalidad lo que ha determinado su consolidación práctica, sino los referentes de la cotidianidad los que han tejido una trama de comportamientos, capaces de configurar esquemas de un actuar responsable frente a la sociedad, es por ello necesario que estos valores sean los pilares éticos en la construcción del Estado Plurinacional.

La propuesta de fortalecimiento de los Gobiernos Locales, es uno de los aspectos que tienen fundamental importancia en el Programa de Gobierno, lo que nos parece un punto acertado porque son los espacios donde mayor participación ciudadana se puede lograr tanto en la planificación, ejecución y control social de las gestiones en las juntas parroquiales, municipalidades y consejos provinciales.

Nos preguntamos que significa: “Impulsar una política internacional con identidad pluricultural, que desde la cohesión interna lo proyecte al país hacia un desarrollo integral con inserción universal, promoviendo el multilateralismo”. Como lograr la cohesión interna en un país diverso, cuando lo lógico es partir de esta riqueza cultural y teniendo como base lo pluricultural construir una política internacional que permita el reconocimiento de los diversos pueblos y nacionalidades y sobre estas particularidades promocionar el país contrarrestando las ideas de un país único.

En la parte económica se puntualiza en los que y se deja de lado los cómo, que en estos momentos son de suma importancia, sin embargo, existe un esfuerzo significativo por incorporar al lenguaje económico dominante posibilidades de construcción de nuevas relaciones económicas “a través de la dinámica entre los actores de la economía social y solidaria, economía pública y privada, con responsabilidad social y ecológica, que genere condiciones para la equidad social, intercultural, de género, generacional y regional”. Esta declaración nos abre muchas posibilidades de ir teorizando sobre la necesidad de diseñar un constructo económico diferente al de “acumulación”, que tanto daño ha producido en los pueblos de Abya-Yala y que ha sido la causa para que en nuestro país el 80% de la población se encuentre bajo la línea de la pobreza.

Frente a la deuda externa tendemos a sobredimensionar lo imaginario aunque es cierto que sobre los imaginarios se producen las movilizaciones en contra de esta perversidad del imperio, pero muchas veces el tratamiento de lo real carece de un pragmatismo muchas veces necesario para enfrentar este problema eterno y para cumplir con la propuesta de gobierno en el sentido que “la deuda externa se pagará sólo en la medida en que no afecte las necesidades, los derechos sociales y económicos de la población y el desarrollo del país”. Lo anteriormente señalado únicamente es factible de cumplir cuando se logre en un proceso unitario implantar un “Gobierno Plurinacional”.

Nos parece interesante la iniciativa (que no es nueva) de establecer una moneda regional que se constituya en una respuesta a la hegemonización del capital externo, pero mucho más provechoso hubiese significado el de empezar con la construcción teórica de una política monetaria del País y de la Región.

Uno de los aspectos menos atendidos por este Estado unitario y soberano es el área social, los grupos más vulnerables de la población ecuatoriana no reciben casi ninguna atención del Estado, del presupuesto general se destina alrededor del 48% para el pago de la deuda externa, esta política quita posibilidades de la población de acceder a necesidades básicas como son: la salud, la educación, la alimentación necesaria para vivir dignamente, los déficit de vivienda son altos, el desempleo crece vertiginosamente, esto profundiza las inequidades y aumenta la pobreza y la miseria.

Propugnar una política social para el desarrollo humano integral que garantice la seguridad ciudadana, considerar las necesidades del progreso de los pueblos, las nacionalidades, las regiones y las provincias; que privilegie a los sectores menos atendidos históricamente; que mejore la calidad de vida, que promueva la equidad, la interculturalidad, la relación en armonía del ser humano con la naturaleza, el cumplimiento de los derechos humanos, civiles, económicos, sociales, culturales y colectivos consagrados en la Constitución; que responda a un plan real e integral de desarrollo social y productivo y priorice a los sectores más vulnerables de la sociedad ecuatoriana, contribuyendo así a la redistribución de la riqueza y a un desarrollo equitativo. La política social incorporará la participación popular en la definición, ejecución y control.

La política social establecerá la interculturalidad como principio básico, eje transversal en las políticas de desarrollo del Estado y de sus instituciones.

Buena parte del documento está dedicado al desarrollo de objetivos a cumplir, y esto hace que el documento muchas de las veces se convierta en una declaración de buenas intenciones, esperamos que el proceso de unidad se sostenga sobre la base de acuerdos pensados en el interés del bien común, de lo contrario no será sino un intento fallido, uno más de los que esta cubierto la historia del País.


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EL CERTAMEN MISS UNIVERSO EN ECUADOR:
EL CONSTRUCTO GLOBAL DEL IMAGINARIO DE LA FEMINIDAD,
CUERPO, SEXO Y PODER

César Ruiz


INTRODUCCIÓN

La designación del Ecuador para organizar el certamen de belleza “Miss Universo 2004”, abarca imaginarios y realidades confrontadas que van desde el sueño de princesas para convertirse en reinas, hasta el acomodo del cuerpo mediante cirugías plásticas que busca la reconstrucción de la figura a parámetros que son aceptadas por el libre mercado, que son vendibles y que pueden convertirse en un producto estrella para la sociedad de consumo propensa a las trivialidades.

Es el cuerpo de la mujer en el certamen de belleza el meta símbolo de la modernidad, reproduce estereotipos a seguir por las demás mujeres, impone desde la imagen propagandística un universo de ritualidad que trasciende lo eminentemente establecido. La liviandad con la que se trabaja los símbolos en los certámenes de belleza, son el resultado de una sociedad que vive “en” y “por” la superficialidad, la pregunta que requiere ser contestada es si los certámenes que convocan la presencia de la mujer, instrumentalizan y manipulan de manera descarada y descarnada el cuerpo, el sexo y el poder.

Los certámenes de belleza, pero básicamente el Miss Universo, constituyen una propuesta simbólica que va más allá de la simple elección de una mujer “bonita”, “bella”, que nos representa en este mundo globalizado, es una construcción de carácter cultural que topa a decir de Guerrero “el mundo de las representaciones” a través de la utilización “del mundo de las manifestaciones” (Guerrero, Patricio; 2002), es una problemática reductora de los valores de la mujer, solamente aquellas mujeres que cumplen con los requisitos físicos e “intelectuales” están dentro de las posibilidades de ser candidatas a este certamen, es una práctica excluyente y discriminadora.

Nos interesa ir desentrañando como se construyen los imaginarios simbólicos en la actualidad, si estos imaginarios simbólicos forman parte de una propuesta desde la posmodernidad, desde la globalidad, así como también nos interesa ir descubriendo como se produce la hegemonización de las propuestas sobre el sentido y el concepto de mujer que es inherente a nuestras sociedades.

La colonialidad desde el mundo de las manifestaciones propone en forma abierta la manipulación premeditada del conocimiento, nuestra relación con la realidad y por añadidura la formación de juicios y conceptos pasa necesariamente por la imagen visual sonora en esta época y por lo tanto se asume como dominante todo constructo socio-aprendizaje que viene desde la imagen difundida por la televisión; a esto se suma la construcción que se hace a través de los diarios, que dedican buena parte de sus ediciones a mostrarnos la trivialidad como trascendente.

EL IMAGINARIO DE LA BELLEZA: CUERPO, SEXO Y PODER

Los imaginarios colectivos e individuales muestran facetas distintas para una misma idea, porque de hecho estos imaginarios se construyen desde sus propias especificidades, desde sus particularísimas relaciones establecidas con la naturaleza y sus congeneres; entonces las construcciones mentales sobre cuerpo, sexo y poder en las comunidades sociales están asistidas por los conceptos elaborados desde su propia cosmovisión, desde su propia forma de ver la realidad, por lo tanto lo bello es un constructo histórico, social e ideológico que está atravesado por lo cultural.

Cuando arbitrariamente desde la colonialidad se introduce sutilmente nuevas formas de mirar los co-constructos conceptuales que nos relacionan, entonces estamos frente a un hecho de hegemonización simbólica, que está en la facultad de revertir nuestra propuesta simbólica y de usurparnos en forma soterrada nuestra simbología, para hacernos aparecer como individuos incapaces de construir significados y significantes frente a hechos nuevos que nos presenta la sociedad.

La permisibilidad que acarrea la realización de los certámenes de belleza trae aparejado la propuesta de un imaginario hegemónico que se confronta con el imaginario subalternizado, lo bello es concebido desde estereotipos de occidente, entonces los procesos de construcción de subjetividades son orientadas a una manera de pensar homogenizante, donde los recursos pragmáticos son los generadores de conocimiento de lo bello.

El cuerpo, de por si muestra la diversidad, la diferencia, no es algo neutro, a pesar de las concepciones civilizatorias que proponen la igualdad del cuerpo sobre medidas específicas, no es posible porque el cuerpo se construye sobre la base de una propuesta biológica, fisiológica y cultural; no es fácil uniformizar la figura humana, porque la diferencia permite el reconocimiento de nuestro propio cuerpo, a pesar de la propuesta uniformizadora de la globalización.

El sexo no es únicamente su exterioridad sino “el que confiere identidad a un cuerpo y establece su semejanza o su diferencia con los demás”(1), el sexo por lo tanto son los procesos identitarios del cuerpo no son únicamente ojos, medidas antropométricas, cabello, pestañas, boca, nariz, cadera, muslos, el sexo es también, esperma, sangre menstrual, leche. En definitiva no es el sexo el que habla, sino que se habla a través de el sexo. (GODELIER: Pp. 147).

El poder es una construcción dinámica, histórica, se construye sobre procesos de dominación, explotación y conflicto, pero no únicamente son estos los precursores conceptuales del poder, son también las subjetividades y las intersubjetividades, los imaginarios que formulamos como colectivo social y como ente individual, pero básicamente la forma de construir conocimiento.

Entonces los certámenes de belleza son constructos sociales en los que están expresados la hegemonía simbólica, donde también se encuentran expresados las disimetrías del poder, entonces como instituciones de la modernidad van construyendo diferencias epistémicas mediante la aplicación de la violencia simbólica.

Violencia simbólica que trae paralelamente una propuesta desde lo subalterno, es decir, una respuesta simbólica desde los colectivos epistémicos que se van configurando alrededor del pensamiento simbólico de lo subalterno.

DIMENSIONES DE SENTIDO

“Cuando era pequeña y veía a las princesas de Walt Disney siempre soñaba en ser una de ellas y tú me diste la oportunidad (en referencia al certamen de belleza) de vivir ese sueño lleno de glamour y elegancia”
Mónica Cárdenas Rochin, Srta. Ahome 2003

La modernidad nos plantea desde su superficialidad eventos y certámenes en los que se magnifica lo intrascendente, se pone sello a lo moderno desde concepciones de fatuidad y vaciedad y desde esta perspectiva se va construyendo un imaginario que aparentemente es el ideal de mujer de y desde la modernidad, esto incluye aspectos inherentes a la belleza del cuerpo, a la sexualidad y al poder.

Establece la estética del cuerpo porque se presupone que para “competir” en este certamen las medidas aceptadas son las 90-60-90, el acercamiento a estos parámetros se constituye en el objetivo del imaginario colectivo de la mujer y sobre estos números mágicos se trabaja para alcanzarlos, aunque para esto tengan que pasar por el quirófano, como lo han hecho las candidatas a Miss Ecuador que participarán en el concurso de Miss Universo: “De las 14 candidatas al certamen de este año, seis se operarán la nariz, dos se realizarán una corrección de mentón, nueve se someterán a aumento de busto, dos se corregirán las orejas y todas pasarán por una sesión de liposucción en la región abdominal y en las caderas, y recibirán tratamientos dentales.” (Martes, 13 enero 2004 IBLNEWS, AGENCIAS).

Estas mujeres de por sí bellas, hermosas se someterán a la cultura del plástico para poder ser consideradas dentro de las posibles finalistas del certamen de Miss Universo, nosotros contemplaremos maravillados el desfile sobre la pasarela de una cultura que somete al ser humano a un proceso de perfeccionamiento de libre mercado, entonces la cultura del cuerpo es reemplazado por la cultura del plástico, lo que podremos admirar son senos y caderas perfectos rellenados con silicona, lo que ya de hecho invalidará la sexualidad, porque muy en el fondo comprenderemos que lo que el cuerpo manifiesta es el producto de la cultura de la liviandad.

Es precisamente la figura de los cuentos de hadas los que se sugieren en los concursos de belleza, el símbolo de la feminidad queda reducido a una imponente estructura física (que por cierto es hermoso) que se descarna para encarnarse en el mundo global, la aceptación de la mujer en el mundo globalizado pasa por la figura y no por el intelecto, muchas de las reinas de belleza son contratadas luego de su reinado para comerciales, para desnudos, películas y novelas, que reproducen el estereotipo femenino de la cultura hegemónica.

La cultura del consumismo se legitima en los certámenes de belleza, únicamente la organización del certamen en el Ecuador cuesta alrededor de 11 millones de dólares, de los cuales 6 millones han sido destinados para adquirir la licencia para la realización del evento, este valor ha sido asumido por el Gobierno Nacional y hoy por hoy constituye uno de los objetivos fundamentales a cumplir, se encuentra dentro del programa de gobierno.

El certamen nos trae la construcción de escenarios que representan a la cultura hegemónica, toda la fastuosidad, elegancia y la utilización de la luz como elemento ordenador del mundo es otro de los factores a los que se da fundamental importancia, de ahí que en el escenario donde se desarrollará la elección, se instalará “150 mil kilos de luces, sonido y motores, las sillas, los camerinos, entre otros trabajos, la construcción de Cemexpo(2) es de 13 mil 500 metros cuadrados y el terreno comprende 86 mil metros”.

La trivialidad se convierte por obra y gracia de la mercadotecnia en un elemento importante y sobre esta trivialidad se construye delante de las bambalinas instaladas, la epistemología de la modernidad, se cautiva y se embauca al subalterno mediante una simbología de luces y pasarelas como los nuevos escenarios para el aprendizaje de la cultura dominante.

El desmontaje simbólico de lo subalterno y su usurpación se produce al interno y externo del certamen, son los trajes denominados típicos y usados extrañamente por aquellas mujeres que están lejos de esas vivencias, las que representan la diversidad cultural y que reflejan un modo de apropiación perversa.

Notas

1. GODELIR, Maurice. CUERPO, PARENTESCO Y PODER. Ed. Abya Yala. Quito-Ecuador. Pp. 147.

2. CEMEXPO: Es la empresa que se contratará para el montaje del escenario donde se realizará la elección.


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MOSOJ P’UNCHAYMAN PURISPA
AMANECER ANDINO
PARTE II

Pedro Mamani Choque


3. Wayrajina muyusanchis (Como el viento estamos dando vueltas)

Ante un tiempo y espacio de confusión, el ser humano va dando vueltas como el viento, sin rumbo ni destino, es como si de pronto la luz dejó de brillar y reina una profunda oscuridad, o por el contrario en pleno día radiante nuestros ojos no logran distinguir nada; oscuridad y silencio, como si de pronto se habrían borrado nuestros conocimientos y nuestras mentes quedaron en blanco. Así como el viento sopla en las montañas, recorriendo distintos caminos, sin lograr detenerse en algún espacio; es de esta manera que los seres humanos nos encontramos, perdidos en un horizonte sin sentido.

Caminar sin rumbo ni sentido, dando vueltas por todas partes, intentando encontrar un camino, por muy pequeño que sea, pero que signifique un horizonte hacia el cual seguir; así el ser humano gira en sus mismos pasos, con la mirada perdida, como atrapado en un sueño profundo. Se apagó la luz, el ser humano quedó en una profunda oscuridad, producto del egoísmo, del deseo de poder que se apodera de unos cuantos y que esos cuantos se olvidaron de la existencia de los demás, provocando este sin sentido en la vida.

La Ch’ampa como resultado de la modernización, se ha transformado en un instrumento desorientador, fragmentador, individualizante y como consecuencia se convierte en un tiempo y espacio sin sentido; la Ch’ampa provoca el viento que nos hace dar vueltas y vueltas, encaminándonos en un camino sin sentido, incierto, perdido y confuso. Este desorden de una u otra manera ha significado la caída del ser humano, que al no contar con un horizonte se ha sumergido en unos espacios de desencuentros y desequilibrios.

4. Sayarinanchistian (Tenemos que levantarnos)

Cuántas caídas habremos experimentado en nuestro caminar, especialmente las culturas o pueblos indígenas hemos estado sometidos a diversas caídas, producto del peso de la colonización y dominación; es así que nos han obligado a perder nuestro verdadero horizonte y hemos negado o escondido lo nuestro para seguir otros horizontes distintos y ajenos. Estamos conscientes y nos damos cuenta que estos otros horizontes no significan caminos con cimientos fuertes para nuestras vidas, pero que tenemos que seguirla por sentido de sobrevivencia, para no seguir postrados y humillados, encubiertos con un falso sentido de vivir.

El peso de la colonización y la opresión continuamente nos ha llevado a vivir en constantes caídas, a tal punto que nuestros rostros se han acostumbrado a estar pegados al suelo, con la mirada perdida en la humillación y con el corazón partido por el dolor. Nuestros rostros aún siguen por los suelos, nos encontramos atados de pies y manos, sin poder levantarnos, tal es así que para nosotros se ha convertido en nuestra forma de vivir y creemos ciegamente que así fue y así deberá de ser.

El tiempo y el espacio sigue su curso, gira y cambia continuamente, no por siempre nos tendrán atados de pies y manos, tendidos en el suelo, como si nuestro destino terminara ahí; no es así, poco a poco hemos aprendido a ponernos de pie y levantar nuestras manos. Con esfuerzo y sacrificio nos tenemos que levantar, enderezar nuestros cuerpos y levantar la cabeza, en principio será difícil, pero nada es imposible, con voluntad y esfuerzo lograremos ponernos de pie y caminar por nuestro propio camino.

“Sayarinanchis tian”, no para caer en los mismos errores del pasado o para seguir los mismos pasos de los opresores, sino para construir un nuevo camino, pero no solo debe significar un camino para los indígenas, por el contrario debe ser un camino para todos, con el firme propósito de invitar y encaminar hacia un camino de convivencia fraterna, de equidad y reciprocidad complementaria. Este construir significa un reto muy fuerte para todos, que de ninguna manera será inmediata o por arte de magia, puesto que aún corren por nuestras venas el rencor hacia nuestros opresores, aspecto que aún dificultará la convivencia de los encuentros, pero ante todo es un reto al cual debemos llegar y superarlo.

Nos levantamos no para oprimir o perseguir el poder, sino para construir un mundo más humano y de convivencia, apoyados en nuestros valores y conocimientos podremos transformar este mundo; para esto es que nos debemos levantar y volver a caminar.

5. Ñawisninchista Kicharinachis (Abramos nuestros ojos)

Si bien nos hemos puesto de pie, nos hemos levantado de la opresión y de la humillación, se hace necesario abrir bien los ojos, para poder mirar por dónde habremos de caminar; con los ojos abiertos podremos darnos cuenta que horizonte debemos de seguir, para no equivocarnos nuevamente. Abrir bien los ojos significará para nosotros un nuevo despertar, volver a sentir el calor y claridad de la luz, distinguir los colores y ver la realidad, es por eso que nuestros ojos son importantes, puesto que a través de ellos es posible encontrar el nuevo horizonte.

A pesar de tener los ojos abiertos, existen muchos obstáculos que nos cierran el camino, que no nos permiten ver con claridad la realidad o por el contrario nos engañan y nos muestran otras realidades; uno de esos obstáculos que nos enceguecen son el odio y el rencor, que de alguna manera sólo nos muestra lo que queremos ver, sin encontrar el verdadero sentido de la realidad; la venganza es también enceguecedor, puesto que las huellas del dolor y la opresión del colonizador nos encaminan a actuar de igual manera, cometiendo los mismos errores del pasado; el deseo de conquista y poder opacan nuestros ojos, llevándonos por caminos egoístas y ambiciosos; y de esta manera existen distintos obstáculos que no nos permiten abrir bien los ojos.

Si el abrir los ojos significa crear espacios de desencuentros y fragmentaciones, quizá sea mejor no abrirlos, por que en cierta forma destruye y entorpece los procesos de encuentros y convivencias interculturales, obstaculizando la construcción de un mundo mejor, en este sentido es preferible mantener los ojos cerrados. Pero los ojos se han hecho para poder ver mejor, que nos permitan encontrar nuevos caminos, no sólo para unos cuantos sino para todos, sin exclusiones ni opresiones, por el contrario para lograr un mundo solidario y recíproco en equidad.

Ante todo nuestros ojos se constituirán en instrumentos de liberación, de construcción y transformación, viendo hacia atrás y hacia delante, permitiéndonos reconocer que no todos somos iguales, sino diferentes y en estas diferencias podremos conocernos y reconocernos, procurando vivir juntos en un mundo de claridad y de verdad.

6. Tinkusta mask’ananchistian (Busquemos los encuentros)

Es verdad que nos hemos ido sumergiendo en un mundo de engaño, de individualidad y de egoísmo, cegados por el poder y el bienestar propio; luchando por tener algo propio mejor que el de los demás, sin importar el cómo lograrlo. Precisamente este deseo de individualidad y dominación nos ha encaminado a fragmentarnos cada vez más de los demás, recorremos caminos en soledad, buscamos encontrar el horizonte por nuestra propia cuenta, olvidándonos que vivimos en un mundo con los demás.

Todos los seres humanos nos hemos convertido en gestores de nuestro propio destino; no es momento de culpar a nadie, somos nosotros los que hemos iniciado y proseguido este camino de individualidad; aún existe en nuestros corazones este sentimiento, hemos aprendido a ser seres aislados y lo vivimos día a día, como una carrera que no tiene final. El ser humano de alguna manera se ha olvidado que junto a él, existen también otros seres que recorren el mismo camino y que tienen las mismas preocupaciones, pero a pesar de todo seguimos cegados en nosotros mismos.

Asumiendo la Ch’ampa o tiempo de confusión, el Wayrajina muyusanchis o que estamos dando vueltas como el viento, es tiempo de emprender el camino hacia un nuevo horizonte, un nuevo amanecer, que nos permita reconstruir este mundo, es por eso que ha llegado el tiempo de buscar los “Tinkus”, los encuentros entre unos y otros, que fundamentalmente se constituya en un principio de comunitariedad y convivencia reciproca. Los Tinkus adquieren una significación de reconocimiento, de identificación y de interculturalidad, donde sea posible la proyección en equidad y complementariedad.

Buscar los Tinkus o encuentros no para enfrentarnos los unos con los otros, sino para construir un mundo mejor, de armonía y de solidaridad, donde se haga a un lado los egoísmos y las individualidades, sin explotados ni explotadores, donde el encuentro sea un espacio de convivencia intercultural.

7. Allinta purikunanchespaj (Para que caminemos bien)

Venciendo todos los obstáculos y barreras que dificultan el encuentro y la convivencia intercultural, con los pies firmes en nuestro caminar, con los ojos abiertos y la búsqueda de los encuentros es que podremos caminar mejor, aún sabiendo que hemos perdido el horizonte, que estamos confundidos, perdidos y dando vueltas en un sin sentido, es que despertamos en un nuevo amanecer. No es que queremos ignorar el pasado, engañarnos de nuestra realidad o de nuestra vivencia de oscuridad, por el contrario, reconocemos lo que hemos vivido y eso hace que volvamos a despertar.

Si bien la ch’ampa ha surgido del empobrecimiento y caída de los modelos de vida de los sistemas de poder y colonización, que en su afán de conquista ha encontrado el final de su camino, precisamente esa caída se ha convertido para nosotros en un momento para despertar, para abrir los ojos y volver a caminar. El despertar y abrir los ojos nos encamina a buscar un nuevo horizonte, un nuevo amanecer, que se constituya en un nuevo principio de ser y existir, que nos permita descubrirnos y descubrir a los demás, incursionando nuestro caminar por senderos de bien y de equidad complementaria.

La pérdida del horizonte y la confusión se convierte en principio de reconstrucción, donde es posible proponer nuevos horizontes que sean caminos de encuentros y convivencia entre las distintas culturas. Es un tiempo y espacio para volver a caminar, pero caminar juntos y por buenos caminos, haciendo a un lado los sentimientos de rencor y odio, sin la pretensión de buscar o proseguir en un sentimiento de enfrentamiento doloroso y rencoroso.

Frente a todo sentimiento egocéntrico y de individualidad, se plantea un camino de reconstrucción social, en la que todos podamos encontrar un espacio de socialización y de humanización; desde nuestro ser andino, con el sentimiento y sabiduría de reciprocidad y de complementariedad.

8. Kayman Chayanchis (Hasta aquí llegamos)

Mosoj p’unchayman chayanchis, es decir que llegamos a un nuevo amanecer, desde el conocimiento de nuestro ser y estar en el mundo, con todas sus dificultades y atropellos que hemos vivido, no nos hemos quedado en el silencio y la oscuridad, sino que hemos abierto nuestros ojos y nos encaminamos hacia un nuevo horizonte. Estamos comenzando un nuevo amanecer, renovados por un largo tiempo de opresión y de esclavitud, en la que nuestros rostros estaban sumergidos en el tormento de la humillación y la confusión.

La estructura dominante denominada de modernización ha encontrado su final y decadencia y en cierta forma perdió el sentido de su ser y construcción; sumergiéndose en un laberinto sin salida y girando sobre sus propios ejes perdidos. Una ch’ampa que se convierte en una posibilidad para encontrar un nuevo horizonte del ser humano, que de una u otra forma sea fundamento para un nuevo amanecer desde el ser andino.


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