Boletín No 59

ICCI

Editorial

EL INSTITUTO CIENTÍFICO DE CULTURAS INDÍGENAS
AMAWTA RUNAKUNAPAK YACHAY


A propósito de la inauguración de la sede del Instituto Científico de Culturas Indígenas, ICCI, Amawta Runakunapak Yachay, ARY, establezcamos una relación que nos ubique conceptual, histórica y políticamente en lo que ha significado el ICCI, para sus gestores, lo mismo que para los indígenas o no indígenas que hemos participado directa o indirectamente en la construcción de este espacio de discusión intercultural significativo –así lo muestran sus resultados- en el contexto del movimiento indígena en particular y del Estado ecuatoriano en general.

Habría que hacerse algunas preguntas, ¿cuál es su historia?, ¿quiénes lo dirigen?, ¿qué principios rigen al ICCI?, ¿cuáles son las actividades y los resultados alcanzados hasta la presente fecha?, ¿en qué consiste su propuesta conceptual?. Para ir deshilvanando este conjunto de principios y hechos es que dedicaremos un análisis pormenorizado de la institucionalidad, esperamos cumplir con este objetivo, pero principalmente acercarles a ustedes lectores del boletín a la propuesta del Amawta Runakunapak Yachay y básicamente a su manera de pensar y hacer las actividades cotidianas.

El Instituto Científico de Culturas Indígenas, ICCI, es una institución jurídica, reconocida por el Estado ecuatoriano, mediante Acuerdo Ministerial No. 2183; emitido por el Ministerio de Bienestar Social, el 12 de septiembre de 1986.

El reconocimiento jurídico es uno de los factores con los que se construyen la institucionalización de las ideas propuestas, se requiere que el Estado –en este caso el ecuatoriano- legalice la institucionalidad, pero los factores de legitimización van más allá, es en el hecho cotidiano, en el trabajo diario, en la rutina creativa, y fundamentalmente en el compromiso y entrega hacia un ideal, una meta, un sueño donde se forjan las instituciones.

Las instituciones reflejan lo que son sus integrantes, el ICCI en efecto responde a la concepción del mundo kichwa, este espacio es construido desde una expresa territorialidad, -aunque su sede se encuentre en Quito- desde un pensar, desde sus propios imaginarios, es como se va entretejiendo la trama en la que se expresa el conjunto de ideas, las intenciones, las prácticas que conjugan una manera de pensar y hacer. También es la expresión de los cómos el ser es reconstruido en espacios ajenos, entonces existe una doble intencionalidad reconocer lo propio como valedero, para luego ver en lo ajeno una lógica de entendimiento del mundo del “otro”.

Es dentro de esta comprensión que comienza a diseñarse el marco institucional, se declara la visión en los siguientes términos: “El Instituto Científico de Culturas Indígenas impulsa la construcción de una sociedad cultural, política, social y económicamente justa, equitativa y plural; basada en la armonía entre la comunidad y la madre naturaleza”. Su Misión: “El Instituto Científico de Culturas Indígenas es una entidad que se dedica primariamente a la documentación y sistematización de los conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas a través de la investigación participativa, con capacitación, socialización de la información que revitaliza la identidad individual y colectiva”.

La tarea del Instituto Científico de Culturas Indígenas ICCI, consiste en impulsar la continuidad a una línea de reflexión, análisis, difusión y formación, que apunte a dotar de organicidad teórica y el reconocimiento del pensamiento indígena.(1)

El Instituto, como una de las tareas fundamentales impulsa la creación de una línea de reflexión teórica, genera un espacio que sistematiza y estructura el pensamiento indígena desde sus propias experiencias y particularidades, en relación a la sociedad y al mundo contemporáneo. El Instituto ha implementado espacios de discusión científica, la reflexión teórica, el debate académico y el análisis de coyuntura desde el interior de sus protagonistas a través de conversatorios, foros, seminarios y otros, los productos de estos eventos se difunden y se socializa a través del Boletín ICCI-ARY Rimay y medios electrónicos hacia nuestras comunidades y otros medios de opinión pública.

La línea permanente de investigación, estudios y sistematización es la razón de ser del Instituto, una necesidad y condición para el fortalecimiento de las identidades locales y la construcción de la identidad nacional. Su papel es fundamental en la consolidación de los conocimientos y valores indígenas en el contexto del mundo moderno; así como, es importante rescatar y desarrollar la tecnología, la ciencia y los conocimientos identitarios, patrimonio de todos, hacia una convivencia armónica entre los seres humanos y la humanidad con la madre naturaleza.

La realización de talleres, seminarios y cursos permanentes, son espacios de formación de talentos, en función de las condiciones y necesidades de las comunidades. En este marco, se realiza una importante labor de cooperación interinstitucional con las organizaciones provinciales y regionales, como, es el caso de la implementación de la Escuela de Formación de Mujeres Líderes Indígenas, dirigido por la organización regional el ECUARUNARI, la Escuela de Formación de Jóvenes Líderes Indígenas, Formación de Maestros Bilingües; formación de promotores culturales en las nacionalidades AWA, CHACHI, EPERA, PUEBLO AFRO Y MEZTIZOS en Esmeraldas, provincia Noroccidental del Ecuador, y; una importante tarea en la reflexión política con líderes y dirigentes de organizaciones a todo nivel, quienes son actores importantes en los procesos organizativos y académicos de los pueblos indígenas.

Entre las principales líneas de acción, el Instituto procura el fortalecimiento institucional de las organizaciones e instituciones indígenas en distintos niveles, buscar la calidad y la eficiencia administrativa en los espacios técnicos, políticos y administrativos, afianzando el proceso de organización y unidad del movimiento indígena.

El tratamiento de los derechos humanos, los derechos colectivos, la socialización y difusión de estos temas en nuestras organizaciones y comunidades de base, son aspectos fundamentales dentro de las líneas de acción del ICCI. Dentro de esta línea de acción, el tema fundamental de la equidad de género y generacional, son considerados como principales, así como son ejes transversales en las demás líneas trazadas. Por otra parte, ha sido necesario plantearnos temas de la participación y propuestas desde los pueblos indígenas logrando el debate Nacional y consensos de temas indígenas como la administración de justicia indígena en el marco de los Derechos Colectivos.

El Instituto busca abrir un espacio de comunicación dentro del mundo indígena, el objetivo es el de responder y plantear alternativas a la coyuntura política, organizativa; así como, buscar mecanismos de solución estratégica a los problemas estructurales del proceso indígena y a través de sus propios actores. Dentro de esta acción, el ICCI ha logrado una importante cobertura en la reflexión y análisis a través del Boletín Mensual ICCI-ARY Rimay, que hasta la presente fecha ha publicado el boletín número 59 correspondiente al mes de febrero del 2004. Medio de información y formación que llega a los diferentes espacios y sectores organizados del país. El boletín cuyo contenido temático es el movimiento indígena, la situación nacional y el tratamiento de la problemática internacional, tiene una cobertura a nivel nacional e internacional.

En esta misma línea, la Revista Semestral Yachaykuna, es una revista cuyo espacio es de los intelectuales, profesionales, líderes y sabios indígenas y no indígenas. La producción de los contenidos de los dos importantes medios de comunicación y difusión de los pueblos indígenas, particularmente de la Revista Yachaykuna es el resultado de estudios realizados por indígenas a nivel individual o en los círculos y espacios de las organizaciones, en una actitud permanente de valoración a la producción teórica de los pueblos indígenas.

Desde el enfoque de la interculturalidad y el reconocimiento de la diversidad, el Instituto es el gestor de la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas, Amawtay Wasi, esta tarea se inscribe en la estrategia y dinámica del movimiento indígena y en los lineamientos de la educación intercultural bilingüe, en función de construir una propuesta alternativa de la educación superior con énfasis en las nacionalidades y pueblos indígenas. La estrategia del movimiento indígena contempla el componente cultural y académico, por lo que la propuesta de la Universidad Intercultural, responde a la fase terminal de la educación integral de los pueblos indígenas, a la crisis social, cultural, política, y a las condiciones actuales de la humanidad.

En la tarea inicial de este proyecto constituyen como insumos la acumulación de experiencias del proceso de educación intercultural bilingüe y el diseño, sistematización y elaboración de los contenidos y metodologías por parte del Instituto Científico de Culturas Indígenas, propuesta que responde a la necesidad urgente de sectores relegados y particularmente de las comunidades indígenas locales que han visto frustradas sus aspiraciones de desarrollar sus conocimientos y principalmente su aporte hacia el fortalecimiento del conocimiento y las ciencias universales.

El mundo andino ha trabajado su epistemología desde las “respuestas” a los planteamientos de la ciencia occidental, el Instituto Científico de Culturas Indígenas, Amawta Runakunapak Yachay, es una Institución que contribuye a la rupturación de esquemas establecidos por lo dominante y desde los imaginarios subalternos plantea nuevas maneras teóricas y prácticas de mirar lo indígena.

Notas

1. La relación que a continuación señalamos, es tomado del Perfil del Proyecto. ESCUELA DE JÓVENES LÍDERES INDÍGENAS. Año. 2003.


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EL ALCA Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

Luis A. Macas


¿Qué es el ALCA?

El Area de Libre Comercio de las Américas, ALCA, es una extensión territorial hacia el sur de la NAFTA. Sus siglas en inglés. En español el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN suscrito entre Canadá, México y Estados Unidos, que entró en vigor el primero de enero de 1994, cuyo propósito es proteger los intereses de los inversionistas y precautelar, liberalizar la inversión y la presencia de las transnacionales. Esto significa que un inversionista, por el sólo hecho de serlo, se halla protegido por cierto tipo de medidas gubernamentales de cualquier nivel. Estas exigencias son obligaciones de los gobiernos y limitan la capacidad de control del Estado, de mantener y proteger el bienestar de sus habitantes, generando polémicas y controversias de carácter jurídico.

El ALCA, es la imposición de un sistema de integración de los mercados en América Latina y la protección y liberalización de la inversión internacional en condiciones absolutamente desiguales entre los países del norte y los del sur.

El ALCA, es el dominio de la escena continental por parte de los EE.UU. desarrollando una agresiva política internacional desde una acción unilateral por sobre las instituciones internacionales y nacionales para cumplir con los designios de las corporaciones, quienes en realidad son los que mantienen la hegemonía en el mundo. Es decir, se trata de la apertura irrestricta de los mercados Latinoamericanos para ubicar los intereses y las ganancias de las grandes corporaciones en la región, (con preferencias estadounidenses).

El ALCA, por otra parte sería, el perfeccionamiento de una economía SUPRANACIONAL, en cumplimiento a los propósitos y una de las metas del neoliberalismo, cuyos resultados lo estamos soportando en la cotidianidad los ecuatorianos y latinoamericanos. Entonces, el ALCA en materia de acceso a los mercados es transformar a los demás países en apéndices de la economía estadounidense, dentro de la estrategia de las grandes corporaciones multinacionales.

En materia arancelaria, la propuesta del ALCA es eliminar progresivamente, se prevé una reducción del 40% a partir del acuerdo; una segunda ronda en 5 años, eliminaría los aranceles para un 30% de las importaciones y la siguiente para un 30% restante. Pero obviamente se desconoce la necesidad de un tratamiento especial para los países menos desarrollados.

En el tema de la competitividad, no estamos, ni estaremos en condiciones de competir por más que se impongan reglas y poderes transfronterizos. En materia agrícola, se debe distinguir entre los grandes grupos de países, según sean exportadores netos o importadores netos. Los grandes exportadores tanto de productos primarios como de los productos procesados están interesados en la apertura. Mientras que los del norte: EE.UU., Canadá, buscan acceder a los mercados del sur sin levantar las medidas de protección, los subsidios a la producción agrícola y la ayuda dentro y fuera de sus mercados en abierta agresión contra los pequeños productores de los países del sur y el dominio absoluto de los mercados locales en nuestra región. Esta situación desigual elimina la capacidad de producción de los alimentos básicos de la población, y por tanto liquidaría las posibilidades actuales de potenciar la generación de la seguridad y la soberanía alimentaria en nuestros pueblos, así como agudizaría el empleo y la desocupación de la población rural provocando una incontrolable descomposición social de nuestros pueblos.

En este mismo orden, los derechos de propiedad intelectual aborda el acuerdo desde el punto de vista comercial de las grandes corporaciones sin tener en cuanta el interés público, el propósito es patentar el patrimonio biológico y genético, es decir que los patrimonios cultural y natural, conocimientos colectivos y milenarios serán registrados por las corporaciones extranjeras y estos recursos estarán al servicio de aquellos. En definitiva, los impactos sociales, ambientales, económicos y culturales son incalculables.

En el mismo contexto, EE.UU. y los demás países desarrollados no están en condiciones de desmantelar el proteccionismo, como los subsidios. Los subsidios por parte de los estados desarrollados son a la agricultura y a las exportaciones de estos productos. Por otra parte, no se regula, ni se controla las prácticas desleales de comercio, como el llamado dumping, que significa vender un producto a un precio inferior a su costo de producción, como una forma de eliminar la competencia, en franca agresión contra la débil producción interna, una agravante a la desigual apertura de los mercados en la región.

Además, América Latina y Ecuador particularmente atraviesa la crisis social, económica y política más grande de la historia y es consecuencia de la aplicación irracional de los principios y la lógica del neoliberalismo. Las comunidades y familias en el país están afectadas por la pobreza aguda que alcanza el 85% de la población y un 35% de indigentes. Las cifras de desempleo son cada vez mayores, la migración es incontenible que supera ya los 2 millones de habitantes fuera del Ecuador. Nos preguntamos entonces, si existen las condiciones apropiadas para aceptar el tipo de tratado que propone los Estados Unidos, o cabe preguntarnos si este acontecimiento a su vez resolvería la crítica situación social y económica del país.

En el orden político, se vive la total vulnerabilidad de la soberanía nacional, caracterizada por una crisis generalizada de legitimidad de la actividad política y las políticas de Estado. Hoy por hoy, las políticas de Estado, los programas de Gobierno son las recetas del Consenso de Washington, la agenda del Fondo Monetario Internacional FMI y del Banco Mundial. Ello limita la capacidad de los gobiernos para tomar decisiones, medidas para fomentar actividades productivas; la aplicación de políticas sociales coherentes, como satisfacer las necesidades fundamentales de los pueblos: salud, educación y otros servicios que para el ALCA significa liberalizar y convertirlos en mercancía. Este tratado está por sobre la legislación y la soberanía nacional.

La seguridad alimentaria con soberanía e identidad

El sector agropecuario históricamente ha sido el pilar fundamental en el desarrollo económico y social del país, cuyo aporte es superado por las remesas enviadas por nuestros compatriotas migrantes y por las divisas producto de la exportación del petróleo.

La seguridad alimentaria implica priorizar la producción agropecuaria, para generar los alimentos de primera necesidad y satisfacer las necesidades internas de la población, así como, el consumo de productos alimenticios propios, que son parte importante de nuestra gastronomía y de nuestra identidad, garantizando que los hogares de los ecuatorianos encuentren alimentos, productos saludables, nutritivos y a precios accesibles. Sin causar descuido alguno de la agricultura de exportación, o la agroindustria que de algún modo significa divisas para el país.

Creemos que no solo es importante la representatividad política del sector en mención, ante todo es necesario una consolidación de las organizaciones de base de la producción y su innovación institucional en función de mejorar la productividad. Es necesario convertir a la reactivación del agro ecuatoriano en una prioridad de Estado y en una misión colectiva. En este marco el enfoque fundamental debe ser la atención a los pequeños productores, a quienes nos proporcionan los alimentos de primera necesidad. Los sectores pequeños y medios con una extensión de menos de 10 hectáreas de tierras, son los que producen el 75% de los productos de consumo masivo para la población.

Para su reactivación se debe promover una mayor participación de los sectores públicos y privados a través de la concertación de los diversos actores y sectores involucrados, el Estado, los productores pequeños y medios, las cámaras, las Universidades, y otros sectores y actores del sector agropecuario. Para ello es necesario tomar acciones y políticas consensuadas y superar el abandono del sector, o el asistencialismo y el paternalismo orientado por parte del Estado. Hoy por hoy debe ser una alta responsabilidad colectiva, es decir, aplicar y practicar en distintos niveles del Estado la institución de la Minga.

Las condiciones necesarias que se deben considerar en este proceso, son los componentes fundamentales como, la TIERRA Y EL AGUA.

Otros elementos fundamentales para la materialización de la soberanía alimentaria con identidad a considerarse son: la defensa de la producción nacional, bajo un control estricto de la importación especulativa y el negocio informal, generación de tecnología desde la participación de los actores locales y control de los paquetes tecnológicos nocivos para el ser humano y la naturaleza. En función de superar las dificultades de la producción y la comercialización es necesario una organización sólida del sector, estableciendo cadenas productivas, agroalimentarias, agroindustriales con miras a facilitar la ubicación directa de los productos en los mercados. En este contexto, sobre el criterio de consolidar el sector en cuanto a la producción, la comercialización y a la productividad ante todo, es necesario establecer la importancia de productos primarios a productos elaborados, es decir, que el abastecimiento de los alimentos no debe limitarse a la producción agropecuaria, sino a darle el valor agregado, a industrializarlos y a mejorar las condiciones del productor y del consumidor.

En esencia la situación del agro no tendrá mejorías si no consideramos importante la tierra para el pequeño campesino, convertirlo en sujeto de crédito, la infraestructura como las vías de comunicación, y el riego campesino o el agua.


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ACERCAMIENTOS HACIA UNA PROPUESTA EPISTEMOLÓGICA ANDINA

César Leonidas Ruiz


«Aquel que te preste sus ojos, te hará ver lo que él quiera»

Antes de empezar con este conjunto de ideas que hoy me permiten decir, porque siempre existirá la posibilidad de construir espacios en los que se nos permite decir algunas cosas y otros espacios en los que se prohibe decirlas, permítanme agradecer profundamente al Instituto Científico de Culturas Indígenas, más propiamente deberíamos conocerle como el Amawta Runakunapak Yachay, que me parece ya de hecho una ruptura epistemológica, formulada desde un espacio físico en concreto, como también desde un espacio histórico cultural determinado.

Vayamos por partes, definamos que entendemos por geopolítica, y propongo como partida conceptual mencionado por la Doctora Catherine Walsh, que la geopolítica no es únicamente «el espacio físico, sino también los espacios históricos, sociales, culturales, discursivos e imaginados…» (1), son precisamente en los espacios físicos y en los espacios concretos donde se desarrolla el ser humano en toda su integralidad, lo que se debe conocer como geopolítica, si a esto sumamos el conocimiento entonces estamos avanzado en una propuesta que rompe el discurso colonizador y estamos elevando a una categoría con diversos significados a nuestros espacios geográficos e históricos en el cual desarrollamos la vida.

Entonces, me arriesgaré (en el estricto sentido de comprometerme), a esbozar intuitivamente (advierto que la intuición pone al ser humano en una posición de ventaja, de alerta frente al aprender) lo que considero de fundamental importancia para comprender la existencia de una propuesta mito-simbólica al interno de las comunidades andinas, que nos facilita la confrontación simbólica con la sociedad occidentalizada y que construye analogías desde espacios subalternos emergentes con el propósito de dar respuestas contundentes e insurgentes a la propuesta hegemonizante de Occidente.

En realidad creo que hasta hoy vivimos con ojos prestados, y la cosa es sería porque evidenciamos muchas de las veces una ceguera total o en el mejor de los casos una ceguera parcial que nos vuelve cómodos y repetitivos. No establecemos incomodidades en nuestro discurso, vivimos del cuento y el cuento tiene variadas expresiones, una y que considero importante consiste en que: las teorías tienen que adaptarse a la realidad, esta deducción ridícula nos ha debilitado la memoria, y esto ha provocado un proceso amnésico colectivo.

La comodidad imitadora linda con la irresponsabilidad investigativa, claro, porque lo más fácil es repetir lo comprobado por la ciencia, o aseverar la verdad, con un conjunto metodológico deductivo o inductivo. O es mentira que nuestros estudios han significado únicamente mirar lo mirado por otros, muchas de las veces sin sentido crítico, sin cuestionarnos, no hemos intentado quitarnos por un momento la carga de significados con los cuales nos han colonizado y hemos gastado el tiempo haciendo «estudios» de textos que han engolosinado nuestro ego, porque no hemos ido más allá de la lectura mal hecha del imaginario de la colonialidad.

Por eso es que vivimos desgarbados, al borde de parálisis cerebrales, con cojeras e inhabilidades mentales que nos desgarran la memoria, no nos hemos reconocido a nosotros mismos, nos hemos dado vueltas y vueltas, sobre el mismo eje epistemológico con el que nos han colonizado y esto ha significado desconocernos, confundirnos, desarraigarnos. Puntualmente, sin atrasarnos un solo segundo hemos asistido «boquiabiertos» a la construcción hegemónica simbólica que nos ha desbaratado nuestro imaginario, convirtiendo lo real en utopías nuevamente occidentalizadas que nos han generado una especie de modorra conceptual que nos ha ocultado lo profundo de nuestra simbología.

Cuando Andrés Oppenheimer, el periodista laureado en este continente se preocupa demencialmente del porque nuestros centros de estudios superiores principalizan las ciencias sociales a las técnicas y discute del porque se dedica un presupuesto grande a las ciencias sociales, y reclama como propietario de la verdad, que no debería ser así, porque eso es estar en contra del desarrollo y en esa línea continúa en sus «qués y paraqués» y dice que para que se necesita tantos cientistas sociales si el progreso está profundamente vinculado con las ingenierías, a las administraciones, nos quedan dudas sobre si su comportamiento interrogador es parte del tinglado montado para hacernos ver que los cambios que comienzan a visibilizarse en el continente -sobre la revalorización de los conocimientos ancestrales- tienen que pararse de alguna manera, o también como con la retórica occidentalizada, eurocentrista, neoliberal norteamericanizada nos ponen diques, represas a la construcción simbólica que genera caminos para procesos amplios de profundo contenido liberador.

Antes de continuar con la exposición y expresamente no digo mi exposición, porque la presentación puede tener nombre, pero la construcción es colectiva y obedece a principios comunitarios, señalaré algunos datos que considero importante para aproximarnos a nuestras interioridades falsificadas: por ejemplo es más fácil que digamos que «sabemos leer (lo que me parece ya una tontería) y analizar filosofía que leer e interpretar un mito», conocemos más de medicamentos cuya base es lo químico, que los nombres de nuestras plantas medicinales, nos servimos más comida extranjera que nuestra propia comida, conocemos más de la simbología de la modernidad, que de la simbología andina, conocemos más de las contraculturas de occidente que de la diversidad cultural de nuestros países, todo esto sujeto a la posibilidad de embotarnos de conocimientos que nos han formado en la dependencia y en la inhabilidad.

Creo que se hace necesario en estos momentos señalar algunos datos sugerentes de la realidad:

  • El valor actual del mercado mundial para plantas medicinales derivadas de materiales utilizados por las comunidades indígenas se calcula en 43 mil millones de dólares al año. (2) Cifras increíbles, o, żno es así?.
  • El valor, para la moderna industria de las semillas de variedades de cultivos desarrollados por las comunidades indígenas se estima en 15 mil millones de dólares por año.
  • En los últimos 50 años han desaparecido aproximadamente 95% de las variedades nativas de granos, nueces, frutas y vegetales en los Estados Unidos.

żPor qué señalo estos datos?, simplemente porque si nos dedicamos a construir conocimientos desde nuestros espacios geográficos, culturales, sociales, políticos e históricos, estaremos contribuyendo a la descolonización de las ciencias y a la posibilidad de dar valor agregado al conocimiento subalterno.

Otro dato que me parece interesante señalar sobre las prioridades de ofertas de carreras en las universidades estatales en número de 26 y 9 privadas:

  • De las 675 carreras ofertadas por las universidades estatales 334 son Humanísticas y Sociales; 117 Técnicas y Tecnológicas; 213 Ingenierías y de la Salud.
  • De las 259 carreras ofertadas por las universidades privadas 165 son Humanísticas y Sociales; 11 Técnicas y Tecnológicas; 83 Ingenierías y de la Salud.

Nuestras universidades tienen como base a lo social, pero lastimosamente y como ustedes comprenderán el pénsum de estudio de las carreras humanísticas y sociales tienen como base, a Hegel, Kant, Marx; muy pocas consideran lo andino dentro de su curriculum.

Sobre qué principios se construye la lógica indígena sagrada recurrente?, -volver al sitio de origen en forma permanente- Javier Lajo ya señala dos principios a saber: «La dualidad complementaria es el principio conceptual del pensamiento andino y un segundo definido como la confrontación proporcional». (Javier Lajo, 2002; pp. 52) (3). Podríamos dejar señalado en forma preliminar tres principios más: «La relacionalidad del todoel principio de correspondencia y por último el principio de reciprocidad». (Josef Estermann, 1998; pp. 111-135). (4)

Dejo planteado algunos caminos para irlos tratando rigurosamente y en forma colectiva y comunitaria, ahora nos toca a todos nosotros o por lo menos para aquellos que se interesen en la búsqueda de la incomodidad, incomprensión, persecución y ruptura epistemológica, darnos a esta tarea; no es un reto únicamente para los «viejos intelectuales», sino de manera especial para aquellos jóvenes que en estos momentos se interesan en encontrarse con lo subalterno y que son capaces de vivir intensamente en los conocimientos fronterizos.

Notas

1. WALSH, Catherine y otros. INDISCIPLINAR LAS CIENCIAS SOCIALES. Ed. Abya-Yala. Quito-Ecuador. Año. 2002.

2. WALSH, Catherine y otros. INDISCIPLINAR LAS CIENCIAS SOCIALES. Ed. Abya-Yala. Quito-Ecuador. Año. 2002.

3. LAJO, Javier. QHAPAQ KUNA… MÁS ALLÁ DE LA CIVILIZACIÓN. Reflexiones sobre la filosofía occidental y la sabiduría indígena. Ed. Grano de Arena. Cusco, Perú. Año 2002. Pp. 52.

4. ESTERMANN, Josef. FILOSOFÍA ANDINA. Estudio intercultural de la filosofía autóctona andina. Ed. Abya Yala. Quito, Ecuador. Año 1998. Pp. 111-135.


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