Bienvenidos al "Instituto de Ciencias y Culturas Indígenas"
Consejo Editorial:
Luis Macas
Patricio del Salto
Ricardo Ulcuango
Alicia Vacacela
Fernando Sarango
Blanca Chancosa
Floresmilo Simbaña
Edición Electrónica: Marc Becker
Alejandro Moreano
Los resultados de la consulta Popular -con el affaire de “fraude mediático” del exit poll de Santiago Pérez- constituyen una clara derrota política del Gobierno. El propio Rafael Correa lo convirtió en un referéndum sobre su gobierno y el margen de diferencia entre los votos por el SI –a favor de Correa- y los del NO –en su contra-, son un severo golpe a su imagen y a su futuro político.
La derrota de Correa puede ser muy importante para debilitar aquella política de su Gobierno que no estuvo en la Consulta pero sin duda estimulo la votación por el NO: el proyecto minero, la arremetida contra los trabajadores y los pueblos indios. Espíritu de resistencia que estuvo presente de diversas maneras, una de ella en la valiente actitud de Luis Corral que enfureció al Presidente…
La votación de la Consulta muestra además una variación en la imagen del régimen que expresa su cambio de política general. Si antes Correa se apropió la tesis de la izquierda para lograr su éxito electoral tanto en la primera campaña Presidencial como en las votaciones por la Asamblea Constituyente, hoy recogió las tesis de la derecha –centrada en la Seguridad y en la represión policial y militar- constante de modo directo en la infame pregunta 1 y en la propaganda por la 4 y 5.
El viraje mediático obedeció a un cambio en la base electoral del régimen: derrota en la mayoría de las provincias de la Sierra y del Oriente, donde siempre triunfo la izquierda –trabajadores, pueblos indios, campesinos, intelectuales – y la centro izquierda. Y ascenso de la votación en la Costa, tradicionalmente manipulada por el populismo y la derecha, así Bucaram, Febres Cordero y Nebot: los dos últimos tuvieron porcentajes en la Cuenca del Guayas que bordeaban el 80%, mientras perdían en el resto del país.
En su primera fase, correspondiente a las reformas desarrollistas-, Correa se apropió de la votación “progresista” y obtuvo amplias votaciones en la Sierra. El cambio de política del régimen ha propiciado el retorno de esa votación a sus tradicionales fuerzas sociales y políticas.
En efecto, la altísima votación por el NO tuvo su origen y actor central en la izquierda y en las regiones campesinas e indias. El NO triunfo en 9 provincias de la Sierra y la Amazonia, La más alta se dio en la provincias en que los pueblos indios tienen una importante gravitación- De hecho la campaña realizada por la CONAIE, centrales de trabajadores, maestros, organizaciones ambientalistas bajo el slogan ¡ESTA VEZ NO! jugó un papel decisivo en el ascenso del NO.
Electoralmente, además del Gobierno, la gran derrotada es la derecha, cuya votación ha ido a parar al Gobierno. Es evidente que la votación de Nebot en Guayas se orientó esta vez a Correa, en la medida en que este recogió los planteamientos del Alcalde de Guayaquil de organizar la represión social bajo el slogan de lucha contra la delincuencia.
Sin embargo, la derecha anticorreista y los grandes medios de comunicación van a intentar apropiarse del ascenso del NO, sobre todo por la pregunta 9 referida a crear un Consejo de Regulación de la información, y que en este momento tiene un empate técnico entre el SI y el NO.
Lo real es que la gente voto NO en esa y las preguntas 4 y 5 para impedir que Correa concentre poder en sus manos y no para defender a los medios, a la libertad de expresión de los grandes negocios. Opinar lo contrario sería como decir que la votación del NO en las preguntas 4 o 5 fue una defensa de los actuales jueces.
Hay, sin duda, algunos matices preocupantes como la alta votación por el SI en la primera pregunta y la baja diferencia en la pregunta 3, referida a prohibir que los banqueros y grandes propietarios de medios tengan inversiones en otras áreas económicas.
En relación a la pregunta 3, hay, sin embargo que señalar que dado el carácter plebiscitario que asumió la Consulta, gran parte de la votación por el NO fue en general por todas las preguntas. Muchos de los que votaron NO en la 3era pregunta mantienen la tesis constitucional de prohibir que los dueños de los bancos y los medios de comunicación tengan inversiones en otras áreas.
Si embargo, declaraciones políticas de diversas figuras, las posiciones oportunistas de alguna organización de izquierda de brindar su apoyo al El Universo, contribuyeron a crear confusión.
Urge salir de la confusión: la lucha contra los grandes medios de comunicación que forman una cadena internacional directamente conectada al Pentágono –recuérdese los cronistas de la CNN que marcharon en los tanque de la invasión a Irak, televisada durante un mes para exaltar la potencia militar yanqui- es una de las tres grandes luchas del mundo actual. Las otras dos son contra las invasiones yanquis y de la OTAN, y contra las trasnacionales y sus organismos institucionales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC.
Alguna vez señale que si Marx hubiera nacido un siglo antes hubiera escrito una crítica de la religión y si hubiera vivido hoy escribiría una crítica de la semiótica y de la teoría del comunicación, utilizadas por el inmenso poder mediático que controla la imagen de la realidad en el mundo y funciona para favorecer la hegemonía norteamericana, la prepotencia imperialista, los intereses de las grandes trasnacionales, el discurso neoliberal. En Cuba, el gobierno revolucionario comenzó expropiando el Diario de la Marina y en el Portugal de los claveles, los periodistas y los trabajadores se tomaron los grandes medios y los declararon posesión del pueblo portugués.
El triunfo de la izquierda y de los pueblos indios en esta Consulta plantea algunas conclusiones y líneas de acción:
La nueva situación política se halla socialmente polarizada entre el Gobierno y la Izquierda.
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Blanca Chancosa
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Henry Llanes
En el supuesto caso, que gane el SI en las preguntas 4 y 5 del referendo, la reestructura de la función judicial, especialmente la selección de los jueces será igual o peor de lo que está sucediendo con la selección del ministro fiscal general del Estado, será un proceso cargado de trampas y componendas políticas de la peor especie.
La función ejecutiva al meter la mano en la función judicial, el país tendrá una función judicial mucho más atropellada de lo que ha sido hasta la actualidad, entraremos en un proceso de mayor caos y desorden, y los delincuentes seguirán haciendo de las suyas, cometiendo crímenes, robos, secuestros, violaciones, narcotráfico, etc.
En lo fundamental ¿para qué le servirá al régimen el control de la función judicial? Estratégicamente le servirá para implementar dos acciones específicas: a) Le servirá para meter presos a sus opositores, como ya lo ha hecho con varias personas que no han podido controlar el dedo central de su mano derecha, o que le han dicho fascista, como lo sucedido últimamente con una señora en la ciudad de Riobamba, que al encontrarse con la comitiva presidencial había movido su mano derecha por el NO, motivo por el cual la habían detenido de manera atropellada sin indicarle la boleta de detención, como si hubiera cometido un delito flagrante, robo, crimen, etc., es decir se violaron sus derechos constitucionales. El régimen ni siquiera ha leído lo que a escrito o poco le importa.
Según la Constitución de la República, del capítulo de los derechos, las personas tienen derecho a la resistencia. “Los individuos y los colectivos podrán ejercer el derecho a la resistencia frente a acciones u omisiones del poder público o de las personas naturales o jurídicas estatales que vulneren o puedan vulnerar sus derechos constitucionales, y demandar el reconocimiento de nuevos derechos” (Art. 98).
“la acción ciudadana se ejercerá en forma individual o en representación de la colectividad, cuando se produzca la violación de un derecho o la amenaza de su afectación…” (Art. 99).
“El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas y manifestaciones” (Art. 66, numeral 6). “en todas sus formas y manifestaciones” dice esta disposición constitucional, puede ser gritando, saltando, etc.
“Ninguna persona podrá ser admitida en un centro de privación de libertad sin una orden escrita emitida por jueza o juez competente, salvo el caso de delito flagrante” (Art. 77, numeral 2).
Sólo en el caso de un “delito flagrante” una persona puede ser detenida en ese momento, que no fue el caso de la señora de Riobamba.
“Toda persona, en el momento de la detención, tendrá derecho a conocer en forma clara y en un lenguaje sencillo las razones de su detención, la identidad de la jueza o juez, o autoridad que la ordenó, la de quienes la ejecutan y la de las personas responsables del respectivo interrogatorio” (Art. 77, numeral 3). De acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, ni el presidente de la república, ni su equipo de seguridad son autoridades judiciales, no son jueces, no son agentes, por lo tanto no están en capacidad legal para detener a las personas por más poder que tengan.
“En el momento de la detención, la agente o el agente informará a la persona detenida de su derecho a permanecer en silencio, a solicitar la asistencia de una abogada o abogado, o de una defensora o defensor público en caso de que no pudiera designarlo por sí mismo, y a comunicarse con un familiar o con cualquier persona que indique” (Art. 77, numeral 4). ¿se cumplió con todo este procedimiento constitucional para detener a la señora de Riobamba?.
Pero el régimen, no contento con todo esto, transmitió una cadena nacional en contra de la señora de Riobamba para decir su verdad, para desacreditarla, para indisponerla, sin permitirle su derecho a la réplica, a que haga uso de una cadena nacional, a la misma hora y con el mismo espacio de duración, pero esto no se cumplió, con lo cual se violaron sus derechos constitucionales como en cascada.
“Toda persona agraviada por informaciones sin pruebas o inexactas, emitidas por medios de comunicación social, tiene derecho a la correspondiente rectificación, réplica o respuesta, en forma inmediata, obligatoria y gratuita, en el mismo espacio u horario” (Art. 66, numeral 7). Esto no se cumplió con la señora de Riobamba.
“Los derechos se podrán ejercer, promover, y exigir de forma individual o colectiva ante las autoridades competentes; estas autoridades garantizarán su cumplimiento” (Art. 11, numeral 1).
“TODOS LOS PRINCIPIOS Y LOS DERECHOS SON INALIENABLES, IRRENUNCIABLES, INDIVISIBLES,…(Art. 11, numeral 7).
“El más alto deber del Estado consiste en respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución” (Art. 11, numeral 9).
“El derecho a asociarse, reunirse y manifestarse en forma libre y voluntaria” (Art. 66, numeral 13).
Las preguntas 4 y 5 violan los principios fundamentales de la democracia, como la independencia de poderes y la participación ciudadana en la reestructura de la función judicial, situación que ha dado lugar a la protesta ciudadana, respecto de la cual los ciudadanos de este país tienen derecho a manifestarse públicamente y de diferentes maneras.
Al controlar el régimen la fiscalía y la función judicial, le será más fácil instaurar juicios, sustanciarlos e imponer sanciones a sus enemigos políticos
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Luis Macas
Patricio del Salto
Ricardo Ulcuango
Alicia Vacacela
Fernando Sarango
Blanca Chancosa
Floresmilo Simbaña
Edición Electrónica: Marc Becker
Mariano Vázquez
Los poderes quisieron escarmentar a la clase trabajadora y estigmatizar a sus líderes. Aunque la historia los parió nuevamente como los “Mártires de Chicago”. Parson, Engel, Spies, Fischer, Linng, son nombres que iluminan la memoria obrera.
El 11 de noviembre de 1887 cuatros líderes obreros fueron ejecutados en Chicago. Las terribles condiciones en que los trabajadores de la época vivían hicieron que aquella ciudad se convirtiera en el epicentro de las huelgas, movilizaciones y resistencias de la clase trabajadora en los Estados Unidos y que su ejemplo se extendiera como reguero de pólvora a otros países.
“…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos… abajo, la concurrencia sentada en hileras de sillas delante del cadalso como en un teatro… plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora… los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable…”.
Así relató el héroe de la Independencia de Cuba, José Martí, entonces corresponsal en los Estados Unidos del diario argentino “La Nación”, uno de los hechos vertebrales de la historia del movimiento obrero: el de la lucha en reclamo por las ocho horas de trabajo diarias.
El 11 de noviembre de 1887 cuatros líderes anarquistas fueron ejecutados en la ciudad de Chicago. Las condiciones de extrema pobreza en la que la mayoría de su población vivía hizo que se convirtiera en la médula espinal de la movilización obrera en los Estados Unidos. Tres años antes, en Chicago, se había celebrado el IV Congreso de la American Federation of Labor que definió el 1 de mayo de 1886 como fecha límite para que la patronal respete la jornada de 8 horas y termine con la sobreexplotación. De lo contrario, se declararía la huelga general.
La presión obrera arrancó esta reivindicación de manos del propio presidente Andrew Johnson, quien promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo el tope horario. La decisión patronal de continuar con la explotación derivó en movilizaciones en todo el país. Estados Unidos se paralizó, literalmente. Las fábricas se vaciaron. Más cinco mil huelgas y medio millón de trabajadores reclamaron en las calles: “¡Ocho horas de trabajo!, ¡ocho horas de reposo!, !ocho horas de recreación!”. Dos organizaciones dirigían la huelga: la Asociación de Trabajadores y Artesanos y la Unión Obrera Central. Los periódicos obreros daban cuenta de la situación de miserabilidad de los trabajadores y exigían y reclamaban por sus legítimos derechos.
Como señala el historiador nicaragüense Ignacio Briones Torres: “En Chicago, los sucesos tomaron un giro particularmente conflictivo. Los trabajadores de esa ciudad vivían en peores condiciones que los de otros Estados. Muchos debían trabajar todavía 13 y 14 horas diarias; partían al trabajo a las 4 de la mañana y regresaban a las 7 u 8 de la noche, o incluso más tarde, de manera que jamás veían a sus mujeres y sus hijos a la luz del día: Unos se acostaban en corredores y desvanes, otros en inmundas construcciones semiderruídas donde se hacinaban numerosas familias. Muchos no tenían ni siquiera alojamiento”.
En Mayo de 1886 se montó el escenario del escarnio. Era perentorio un castigo ejemplificador: Durante uno de los cientos de actos obreros, casi cotidianos en la época, el parque Haymarket Square de Chicago fue eje de un episodio central en la historia del movimiento obrero mundial: una bomba provocó la muerte de varios policías. Aunque no se pudieron establecer responsabilidades por este acto era perentorio desactivar a la clase obrera y retirarla de las calles. Cuatro líderes anarquistas fueron acusados, juzgados y ejecutados.
Albert Parsons, tenía 39 años, había nacido en los Estados Unidos y era el director del periódico obrero “The Alarm”; August Spies también era periodista y tres veces por semana editaba el “Arbeiter Zeitung”, escrito íntegramente en alemán. Tenía 31 años. Adolph Fischer, un alemán de 30 años que también había elegido el oficio de escribir. Su compatriota Georg Engel de 50 años era tipógrafo. Aquel 11 de noviembre fueron cobardemente asesinados.
Otros cuatro trabajadores también fueron condenados por el episodio en Haymarket Square. Louis Linng -alemán, 22 años, carpintero- se suicidó en su celda. Michael Swabb -nacido en Alemania- de profesión tipógrafo, 33 años, y el pastor metodista y obrero textil Samuel Fielden, inglés de 39 años, fueron condenados a cadena perpetua. Para Oscar Neebe, un estadounidense de 36 años que sobrevivía como vendedor la pena fue de 15 años de trabajos forzados.
La justicia y el poder político-económico de los Estados Unidos decidió escarmentar a la clase trabajadora y estigmatizar a sus líderes. Aunque la historia los parió nuevamente y los nombró “Los Mártires de Chicago”.
Consejo Editorial:
Luis Macas
Patricio del Salto
Ricardo Ulcuango
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Fernando Sarango
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