Boletín No 129

ICCI

Editorial

Nuestro pensamiento y los derechos


Hablar del pensar en la sociedad moderna, tienen dos connotaciones de tipo epistemológico, la primera que se presenta como absoluta y universal, y la otra que aún permanece en las esferas de lo que el mundo moderno llama: lo cosmológico, lo mítico, lo exótico, o simplemente cosmovisiones originarias, que por ser originarias, no pueden considerarse válidas a la hora de ejercer varios Derechos, que inclusive están internacionalmente legitimados.

La sociedad moderna y capitalista; se sostiene y se legitima desde un pensamiento dicotomisado y fragmentado de los elementos y seres de la naturaleza, por ejemplo: dicotomiza al ser humano de la naturaleza, al trabajo del quehacer conceptual, al hombre y a la mujer, a las viejas generaciones de las nuevas; y cada uno de estos elementos, los fracciona: a la naturaleza la divide en seres vivos, seres inertes; y en el interior de cada uno de estos existen aún más divisiones; al ser humano lo divide en un ser compuesto por partes, órganos, articulaciones, huesos y músculos, hablando desde la fisiología, y desde la psicología, lo divide en un yo, súper yo y en el ello; y así con todo lo que existe.

La citada fragmentación y dicotomía, es necesaria según la Ciencia; esta nos ayuda a entender de mejor manera el mundo y la naturaleza; así nos dicen en los espacios formales de educación; por lo tanto entender el mundo y la naturaleza científicamente, supone necesariamente pasar por esta separación.

La necesidad científica de entender, de conocer y de hacer pensamiento; suma a sus requisitos, la experimentación y la comprobación de cualquier hecho, sujeto al proceso de pensamiento.

Frente a tales exigencias, nuestros procesos de conocimiento, que son parte de nuestros pensamientos, no podrían ser considerados como válidos, pues no partimos de dicotomías, partimos de complementariedades, por lo tanto el ser humano es parte de la naturaleza y la naturaleza es parte del ser humano; el trabajo o el hacer está íntimamente unido el pasamiento, al pensar; la sabiduría está ligada a la praxis; el hombre y la mujer no son extraños, ni competidores entre sí por naturaleza, son dos en uno, para hacer y reproducir la vida; y lo viejo con lo nuevo, es decir las generaciones que han vivido más y las nuevas generaciones son el nudo que sostiene el árbol del conocimiento; esto no quiere decir que perdemos de vista las diferencias, más bien miramos en ellas el nexo que hace posible la complementariedad; por lo tanto la vida.

Ahora, por qué la idea de la dicotomía y la fragmentación es necesaria en la sociedad capitalista, mejor dicho en toda sociedad basada en estratos o clases sociales, donde la diferencia fundamental es la acumulación de la propiedad privada; la dicotomía existente entre el ser humano y la naturaleza, hace posible que éste se presente como sujeto dominador de la naturaleza, y la naturaleza se convierta en cosa posible de ser explotada, vendida; acumulada, etc.; de la misma manera podemos entender como la dicotomía entre hombre y mujer hace posible, que estos puedan concurrir al mercado laboral como competidores, e inclusive competir como extraños en la propia casa, desde esta misma lógica, podemos entonces entender como lo viejo se torna en el tiempo que se deja, que no se desea y lo nuevo se presenta como lo más valido; solo desde esta forma de ver el mundo, podemos justificar que el ser humano, transgreda a su igual e inclusive a si mismo, porque no se mira desde su totalidad como ser y desde su complementariedad, que le convierte en un todo.

Y es, desde esta lógica, que se quiere limitar el ejercicio de nuestro Derecho a un territorio, solo desde esta forma de entender el mundo cabe la posibilidad de que este Derecho esté sometido a lo que el gobierno determine como Recurso Estratégico para el Estado, por lo tanto guardándose para sí la decisión de intervenir en un territorio, cualquiera que este sea.

Para quienes durante 500 años y más, no hemos perdido el hacer y el pensar ligado a la tierra, el Territorio es parte de nuestra vida, transgredirlo con explotación de minas, hidrocarburos e hidroeléctricas; es la muerte. El territorio no solo es la tierra donde sembramos la yuca, el maíz y la caña, son los ríos que corren libres, llenos de abundancia; es el aire que penetra en nuestros pulmones como penetra en los animales y en los arboles, el territorio son los animales, la plantas, los arboles; son los pasos y las voces que retumban en la selva, el páramo y el mar.

Decir que la explotación de un recurso estratégico en nuestros territorios puede ser considerado de prioridad nacional, sobre nuestra vida, que va más allá del simple hecho de respirar, es solo gobernar desde el pensamiento occidental.

Gobernar desde una práctica intercultural, desde lo que ya está escrito en la carta magna de nuestro país, “La Plurinacionalidad” es entender las otras formas de pensamiento y de vida que existen y que a pesar de 500 años de explotación y de sometimiento aún están presentes.

La historia y la lucha de los pueblos indígenas, por la tierra, por el territorio y por el trabajo, ha estado presente desde que los pueblos europeos llegaron a nuestras tierras, ha estado presente a lo largo de la historia republicana y hoy está presente para causar una ruptura epistemológica, política y productiva, donde el eje económico sobre el que se organiza la sociedad, sea la reproducción de la vida de todos los que hacemos el Ecuador, entendidos estos, como pueblos organizados y cohesionados en un territorio.

A partir entonces del reconocimiento del Estado Plurinacional es que seguiremos produciendo y gobernando en las comunidades y en los barrios; ejerciendo el Derecho a la determinación cultural, económica y política.


Coordinación General: José Luis Bedón
Consejo Editorial:
Luis Macas
Patricio del Salto
Ricardo Ulcuango
Alicia Vacacela
Fernando Sarango
Blanca Chancosa
Floresmilo Simbaña
Edición Electrónica: Marc Becker

Dudas necesarias sobre el discurso del presidente


Natalia Sierra

Los radicales de izquierda que no creen en las petroleras, las mineras, el mercado y las transnacionales que se vayan…

Esta declaración fue dada por el presidente Rafael Correa en su cadena radial del sábado 7 de junio. No quiero dar una opinión acerca de esta declaración sólo deseo hacer algunas preguntas para dejarlas correr y que encuentren respuesta en los lectores de este pequeño texto y de pronto también dejar correr ideas.

¿Desde cuándo y por qué la izquierda está fragmentada, digamos dividida entre la izquierda moderada o nueva izquierda y la izquierda radical?, ¿qué es lo que el presidente está entendiendo por radicalidad? ¿Cuál es la frontera, el límite, qué separa estas dos izquierdas y qué justifica usar el adjetivo de radical en oposición a moderado? Yo entendía que la izquierda es radical o no es izquierda, así muchos grupos políticos no radicales se hayan atribuido la nominación de ser de izquierda, ¿sabíamos que eso era la socialdemocracia? En fin… las cosas parecen cambiar dependiendo quien tiene el poder de la palabra.

Según entiendo para el Presidente Correa lo que define la radicalidad de la izquierda en este país es su oposición a un modelo productivo extractivo (petrolero o minero), al mercado y a las transnacionales. Antes de seguir, aclaremos que, si mal no entiendo, el mensaje del presidente acusa, juzga y condena a eso que él ha nominado la izquierda radical, con lo cual marca de forma definitiva la diferencia entre su ser político de “izquierda moderada” y su proyecto político de “izquierda moderada” con el ser político de izquierda radical y el proyecto político de la izquierda radical.

Hecha esta necesaria aclaración sería bueno preguntarse cuándo y dónde se forjó esa izquierda que proclama una revolución sobre la base de mantener un proyecto productivo extractivo y depredador de la naturaleza, de aceptar la economía de mercado y sobre todo, que defienda la presencia de transnacionales en el país.

Tampoco es fácil entender las contradicciones claramente visibles en el discurso que el presidente ha pronunciado desde la época de su campaña electoral. Es un gobierno que se ha declarado antineoliberal y yo suponía que una de las principales luchas en contra del neoliberalismo era aquella que se ha llevado adelante en contra del modelo extractivo.

La lucha antineoliberal en todo el mundo ha combatido la presencia de las transnacionales no solo en las economía nacionales de los países pobres, sino su presencia en todo el planeta; hemos sido testigos del daño que la presencia de estas corporaciones han hecho en los países pobres e incluso en los países ricos: pobreza, hambre, exclusión y expulsión social, o ¿acaso hay transnacionales buenas y transnacionales malas?, ¿transnacionales con rostro humano y otras inhumanas? ¿Y el asunto es saber escoger bien a cuales les permitimos entrar en nuestro país?

Entonces, de lo que entiendo la izquierda moderada, a la que el presidente representa, acepta la extracción de recursos naturales como el petróleo y los minerales, eso si de “manera limpia”, es una izquierda ecológica…. Como ecológicos son los consorcios transnacionales de agrocombustibles, al fin y al cabo no quieren contaminar el aire con combustibles tóxicos, o las empresas que compran servicios ambientales en un afán ecológico de cuidar el aire. De manera limpia o no, hay que preguntarse quién tiene la tecnología para la explotación de minerales y petróleo, ¿el Estado o las transnacionales?

O quizás se espera la presencia de las transnacionales ¿buenas? Quizá por eso no se piensa, por ejemplo, terminar las concesiones de agua hechas a inter-agua en Guayaquil, o quizás por eso se renegoció con PORTA, quizás son transnacionales con rostro humano propias de un capitalismo con rostro humano.

Con esto me pregunto: esta izquierda moderada que acusa, juzga y condena a la izquierda radical, por ser extremista, por pedir lo imposible, por querer otro mundo, por exigir que se vayan dando los pasos necesarios para una transformación real, ¿tiene la potestad de acusar a la izquierda radical de neoliberal, de ser parte de una estrategia de la Central de Inteligencia Americana, de ser conspiradora y desestabilizadora del orden social?

Es curioso que movimientos sociales, grupos sociales e individuos que toda su vida han estado bregando por la transformación social, que incluso han sido perseguidos, torturados y asesinados, sólo por querer un mundo distinto, ahora sean acusados de atentar en contra de la revolución. Resulta por decir lo menos irónico…

No se ha puesto a pensar señor presidente que de pronto ser radical no es ser estúpido, no es ser neoliberal, menos aún conspirador de la CIA, es quizá querer que los cambios realmente sean de raíz, que una revolución no sea una caricatura de revolución, no sea una simulación de revolución, sino que sea una revolución. Aunque usted no lo crea señor presidente la izquierda radical, como usted la define, y créame no es un insulto más bien un halago, no es imbécil, nunca ha pedido que por obra y gracia de una varita mágica se dé la transformación, pero si exige que el objetivo de la revolución sea el anticapitalismo, que el objetivo de la revolución sea trascender esta totalidad capitalista.

Es obvio que la revolución es un proceso harto complicado, difícil y largo, porque enfrentamos intereses demasiado poderosos, pero si el deseo de Otro Mundo, realmente otro es grande y si sabemos juntarnos en un proyecto de transformación real todos los sectores que nada tenemos que perder en este mundo y todo por ganar en otro, créame que la cosa se hace más fácil, pasito a pasito y con la paciencia andino-indígena que culturalmente nos caracteriza.

Por último, sería bueno saber, señor presidente ¿a dónde quiere que se vayan esos que según dice son radicales, esos que no quieren explotar la naturaleza, esos que no quieren transnacionales que succionen la riqueza del país, esos que quisieran vivir en una sociedad solidaria, equitativa, recíproca y no en una sociedad de mercado donde el valor supremo es el dinero y la competencia?

A dónde nos vamos a ir si ésta es nuestra tierra, aquí nacimos, aquí vivimos, aquí amamos, aquí luchamos, aquí sufrimos, aquí están enterrados nuestros muertos, todos nuestros antepasados, este es nuestro lugar; y créame que no somos neoliberales, no somos de derecha, no somos agentes, quizá muy locos, si, y créame no queremos boicotear la revolución, pero esa revolución suya es como dice el filósofo slovenio una revolución sin revolución, es algo así como tomar café descafeinado, pero al fin eso quizás se justifica por salud. Aún hay tiempo señor presidente para que deje de ser un moderado de izquierda y se haga un radical, seguro que todo el pueblo lo apoyará. Un radical que ponga con todo el pueblo, las bases sobre las que se levantará en el futuro el Otro mundo.


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Crónica de una movilización, desmovilizada desde la CONAIE, en Zamora Chinchipe


Celia Guaillas

Relatar los hechos, las percepciones y los sentimientos producidos en la movilización indígena, convocada por la CONAIE, para los primeros días de octubre, desde los hechos ocurridos en la provincia de Zamora Chinchipe, es de suma importancia para los que creemos que es necesario caminar evaluando nuestros pasos.

Además que es importante citar sobre que planeamientos, se convocó a una movilización de carácter nacional e indefinido:

1.- En defensa de la de ley de aguas, propuesta por el movimiento, rechazando a la vez la ley propuesta por el gobierno;

2.- Las instituciones indígenas, que han sido separadas administrativamente de las organizaciones indígenas;

3.- Los recursos naturales, que para el gobierno de la revolución ciudadana se han convertido en la mercancía estratégica para sostener su gobierno, sin importar los pueblos que vivimos en los territorios, donde existe esta riqueza;

4.- Las circunscripciones territoriales, como delimitaciones que nos permitirán nuestras propias formas de gobierno.

Con estos objetivos claros en las bases organizativas de Zamora, se planificó una reunión con todos los dirigentes de las organizaciones indígenas, para convocar a las bases a una movilización a nivel de la provincia de Zamora Chinchipe.

El presidente de la organización cantonal de Centinela del Cóndor, Abel Shunaula se comprometió a participar con 50 personas en la movilización, de la misma manera la coordinadora de las mujeres políticas apoyó la movilización con 10 compañeras de base, los migrantes del pueblo Puruwa, también se sumaron y juntos con otras organizaciones indígenas de las provincia y con la organización de afroecuatorianos que se encuentran asentados en nuestra provincia, preparamos la movilización.

Junto a esta alianza de pueblos originarios, se llegó a establecer una alianza estratégico política con la UNE, con toda esta fuerza y con todo el convencimiento político de las organizaciones sociales e indígenas decidimos salir a participar en las movilizaciones.

Todo el esfuerzo político de coordinación y toda la fuerza ideológica empeñada en la organización de la provincia para la movilización se derrumbó cuando nos enteramos por los medios de comunicación, que el presidente Marlos Santi, en su declaración vertidas a los medios decidía levantar la medida de hecho, sin considerar las decisiones o criterios de las organizaciones de base, quienes habíamos decidido por una movilización indefinida.

Por esta razón muchos compañeros desistieran de su participación en la movilización planificada; afortunadamente no todos tuvieron acceso a esta información, y otros a pesar de las declaraciones del presidente de la CONAIE, Marlos Santi, decidimos salir a las calles, pues ese era el compromiso de la bases.

Frente a este hecho la UNE decidió realizar una marcha por la calles de la ciudad y tomarse la Dirección de Educación Provincial de Zamora, marcha en la que algunos miembros de las organizaciones indígenas, salimos a las calles; habíamos decidido adherirnos a la UNE; cantando sus consignas y cantando la nuestras, marchamos por la ciudad, hacia la Dirección de Educación.

Una vez llegada la marcha a la Dirección, se entabló un diálogo con el Director de Educación Provincial, Fernando Prada y al no poder obtener respuestas positivas a los pedidos de este sector en torno a los procesos de evaluación y a la ley de educación que se ha propuesto desde el gobierno, decidimos tomarnos la Dirección.

La decisión tomada, provocó que las autoridades notificaran al intendente de policía, el cual al informarse de lo que estaba sucediendo, decide movilizar a la policía y dar orden de que se despeje la Dirección, para ello la policía utilizó gases lacrimógenos sin importar la presencia de los niños que se encontraban cerca del lugar.

Al mirar que la marcha no tenía una presencia masiva, los policías nos golpearon y muchos fuimos detenidos; con golpes, con heridas y en medio de preguntas acusadoras estuvimos en la cárcel; son en estos espacios donde la colaboración, la solidaridad, la militancia y las estrategias se hacen presentes.

Ejerciendo nuestro derecho a la determinación cultural, hablamos en nuestro propio idioma, frente a las preguntas de los policías, estrategia que nos permitió guardar silencio y proteger nuestros nombres, muy a pesar de que los gendarmes nos exigían hablar en español e inclusive nos quisieron obligar a escribir en español nuestros nombres. Mirando que su insistencia no tenía ningún resultado, nos pidieron que pagáramos una fianza para dejarnos ir, monto que reunimos todos haciendo una minga de solidaridad. Me atrevo a citar este detalle porque creo necesario visualizar que aún en nuestros pueblos existe el sentido de solidaridad comunitario.

Debo también anotar que los maltratos que pude constatar, no solo fueron para nosotros, los golpes se dieron también a los jóvenes estudiantes menores de edad que por casualidad estaban pasando por el sitio de la marcha; un ejemplo más del abuso de autoridad y de poder que los policía tienen para con el pueblo.

Una vez fuera, la decepción y la indignación por la decisión tomada por el compañero Marlon Santi, sin ninguna consulta hacia las bases, se sentía, se miraba; nos preguntábamos ¿Dónde está el respeto al mandato de la bases? ¿Dónde está nuestro principio de gobernabilidad del “Mandar obedeciendo”? Todos concordábamos que debió consultar con la bases para tomar ese tipo de decisiones. Situación que produjo varios reclamos hacia el presidente de la organización Zamaskijat, José Guamán.

Lamentablemente los reclamos no se direccionaban al compañero presidente de la CONAIE, pues el responsable en cada una de la organizaciones es el presidente de cada uno de ellas; son los presidentes los que convocan a toda la provincia, por lo tanto el reclamo se quedó en la provincia. Son ellos los que llevan la responsabilidad y deben dar explicaciones a sus bases.

Situación que no fue tomada en cuenta por el compañero Santi, presidente de la CONAIE, pero la lógica de nuestras organizaciones es de abajo hacia arriba, desde las bases hacia la dirección nacional. Estructura organizativa que los dirigentes a nivel nacional deben respetar.

Haciendo un análisis profundo, y con un tiempo de distancia de los hechos, es conveniente tener en cuenta en el ejercicio de la gobernabilidad colectiva y estructurada, los mandatos tomados en asamblea, como mandatos que solo se pueden rever bajo la consulta colectiva de arriba hacia abajo, y poner mucha conciencia política a la hora de defender los intereses colectivos que son el simiente de nuestro movimiento, sabiendo que al asumir esta responsabilidad es asumir un compromiso colectivo e individual, que implica no perder de vista estos parámetros.

La movilización convocada en este año nos deja lecciones, tanto para nosotros los jóvenes que estamos formándonos políticamente, como para los militantes y dirigentes que han hecho de este movimiento un referente a nivel nacional e internacional. Condición política que nos exige actuar con prudencia y sabiduría; no sabemos cuales fueron los motivos o las razones que empujaron al dirigente nacional de la CONAIE a deponer la medida, esperamos desde las bases, desde la juventud militante de los pueblos indígenas, las razones que hayan sido, aunque equivocadas desde los principios de nuestro movimiento y el proyecto político de los pueblos y nacionalidades


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El mariscal que fue derrotado por un caballo


Patricio Melo

Chillogallo es una de las Parroquias más antiguas de Quito, se ubica al Sur de la ciudad, a inicios del siglo XIX fue testigo de uno de los acontecimientos que  determinaría el nuevo rumbo de nuestros pueblos.

El  24 de mayo de 1822, el Mariscal Venezolano Antonio José de Sucre, al mando de las tropas patrióticas libraría la última batalla por la independencia del coloniaje español. Hecho acontecido al pie del volcán Pichincha, cuenta la historia que las tropas libertarias descansaron la noche previa a la batalla en la llanura de Chillogallo.

En la década del 70 del siglo XX, para perpetuar este acontecimiento histórico en la memoria colectiva, la República de Venezuela donó al Cabildo capitalino un monumento en el cual figuraba el Mariscal Antonio José de Sucre sobre un brioso corcel.

El lugar donde fue erigido el monumento fue el redondel de Chillogallo, y allí permaneció por varias décadas. Los habitantes del Sur de la ciudad  bautizaron cariñosamente a este monumento con el apodo de “el caballito”.  Con el pasar de los años se convirtió en un lugar simbólico del Sur, lugar de encuentro y referente especial para propios y extraños.

Por esas cosas insólitas y que no tienen explicación, sucedió que el héroe y su caballo se transfiguraron en uno solo, como uno de esos seres mitológicos que se describen en las leyendas de los pueblos, y así surgió en el imaginario de la gente la idea del “caballito”. Fue todo un símbolo tanto que los buses de transporte que partían de la Marín, tenían entre sus carteles uno de los destinos obligados el  caballito en Chillogallo; y los ayudantes de los conductores gritaban con sus voces destempladas al caballito, al caballito.

La ciudad creció y lo que antes fueron los límites pronto se convirtió en el centro de una nueva ciudad, para inicios del siglo XX, las autoridades del Municipio deciden construir un paso elevado para aliviar la congestión vehicular, es así que se construye junto al monumento esta obra que rompió la integralidad del paisaje y su entorno.

Y fue así que el Gran Mariscal perdió su primera batalla, frente a la vorágine de una ciudad en crecimiento, ganaron los autos y el monumento fue arrinconado, resultaba que ya no hacía juego con el nuevo paisaje, parecía como que una enorme boa de hormigón armado quería enroscarle al Mariscal y a su caballo, y ellos no podían hacer nada para defenderse.

Un buen día el Mariscal y su caballo desaparecieron, el Municipio había dispuesto una nueva morada para ellos en el parque central de Chillogallo, fueron colocados en un pedestal más alto que el anterior, como haciendo justicia al héroe, su heroísmo y su hazaña.

El antiguo lugar quedó desolado, y lo único que no había sido retirado fue el podio que alojó por décadas al Mariscal Sucre, los vecinos del Sur y los nostálgicos devotos del caballito, ni cortos ni perezosos colocaron un pequeño potrillo, que se lo ve como si quisiera salir volando, cuando los vientos y lluvias castigan con fuerza a esta parte de la ciudad.

En la inauguración de este último monumento, no estuvieron ni el Presidente, ni los Ministros, ni el Alcalde, ni su séquito de colaboradores, ni las autoridades diplomáticas, ni las civiles, tampoco los militares y los curas, al fin de cuentas no era ningún acto oficial, era simple y llanamente la expresión del cariño inmenso que la gente del Sur profesaba a su querido caballito.

Con inmensa paciencia el caballito que hoy está solo, pone gran atención a las conversaciones unas tristes y otras alegres, que mantienen los albañiles que de lunes a lunes, acuden a la plaza con la esperanza de conseguir un trabajo.

Es así como termina este cuento, donde un Mariscal fue derrotado por un brutito.


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