Boletín No 109

ICCI

Editorial

Las multitudes inteligentes y la guerra en red


El jefe del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos, almirante James Stavrides ha dicho que su país necesita trabajar más fuerte en “el mercado de las ideas para ganar los corazones y las mentes” de la población de la región. 

Esta declaración se la realizó en el contexto de la contraofensiva hemisférica que inician los EUA en contra de los gobiernos democráticos de América del Sur.

Esta comprende entre otras acciones, la reactivación de la IV flota norteamericana a partir de junio próximo y la integración del décimo portaviones (Nimitz), bautizado con el nombre del padre del actual Presidente de ese país “George Bush”, que contará con nuevas tecnologías, entre las que se menciona que será invisible para cualquier tipo de radar y contará con armas nucleares.

Esta nota informativa de actualidad que deja en evidencia que a pesar de la gran incorporación tecnológica y del poder terrorífico de las armas que posee la súper potencia militar, le apuestan “al mercado de la ideas para ganar los corazones y las mentes” de los pobladores del continente.

Es decir, siguiendo las clásicas doctrinas de la estrategia militar y al “arte de la Guerra”, la confrontación en las que piensan para sofocar los “conflictos de baja intensidad” corresponde al plano ideológico, cultural y sobre todo simbólico.

Probablemente la contraofensiva hacia el “patio trasero” se venga recreando en las sombras de las operaciones sicológicas, la propaganda, la desinformación y las “NetWare” o las denominadas “guerras en red” que se implementan para afrontar los diversos tipos de conflictos políticos, y sobre las que muy poco se ha dicho.

Horacio Castellini, que dispone de un blog en el Internet sostiene en uno de sus artículos que la NetWare se emplea en nuestros días para enfrentar los denominados “conflictos de baja intensidad”, con este recurso que proveen las nuevas tecnologías se pueden ensayar todo tipo de operaciones en diversos escenarios virtuales, que luego son llevados a la práctica con la ventaja de una minimización de costos humanos y materiales.

Conforme lo señala Howard Rheingold1 en “Las multitudes inteligentes: el poder de las multitudes móviles”, “Luces y sombras de la NetWare” la guerra en red es un modo emergente de conflicto, en las que se emplean formas de organización, doctrina, estrategia, táctica y tecnología en red en consonancia con la era de la información. A esta perspectiva creo que también se refiere el almirante James Stavrides, jefe del Comando Sur.
En este nuevo tipo de combate han entrado también los movimientos sociales alter globalización, mismos que han dado pruebas de actuar desde las tecnologías de cooperación y como multitudes inteligentes que cuestionan el neoliberalismo y la globalización del capital, inaugurando un activismo social en red que logró parar la reunión de la OMC en Seattle (el 30 de noviembre de 1999) tomando el ejemplo de la participación y la resistencia que se la denominó como “formas guerrilleras de comunicación” desarrolladas en 1994 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el Estado de Chiapas – México.

Experiencia, por lo demás, ampliamente conocida a partir de las cuál se han intensificado los estudios acerca de las “NetWare” o guerras en red, considerando que las redes de los movimientos sociales y de resistencia son, en apariencia, difíciles de combatir.

Por igual, se señala que estas redes actúan como unidades pequeñas, dispersas, capaces de desplegarse hábilmente en cualquier momento y lugar “saben congregarse en enjambre y dispersarse, penetrar y conmocionar, así como eludir y esquivar.

Las tácticas van desde las batallas de ideas hasta los actos de sabotaje, y muchas estrategias recurren al uso de Internet”, cita Rheingold.

Las manifestaciones de los movimientos sociales son pacíficas, movilizan a grupos diversos pero que confluyen en torno a objetivos comunes, movilizan a la opinión pública en su favor.

Sin embargo, movimientos separatistas y organizaciones guerrilleras de otra naturaleza han empleado las estrategias de guerra en la red, razón que ha llevado a los Estados Unidos a ubicarse en la vanguardia del desarrollo de las tecnologías de las “multitudes inteligentes”.

Por ejemplo el proyecto Land Warrior preveía para el año 2003 recrear la guerra en la red por medio de “ordenadores para llevar” por soldados que cuenten con sistemas de posicionamiento global (GPS) y otros instrumentos inalámbricos o programas como el de “Información Digital para Expediciones Conjuntas (JEDI) que conecta a las tropas en el teatro de operaciones, dotados de sistemas de telemetría por láser, sensores de localización GPS, teléfono directo por satélite y mensajería de texto encriptado, según refiere Howard Rheingold.
Recuérdese que el desarrollo de las nuevas tecnologías de Información y Comunicación (NTIC) y el Internet tienen sus remotos orígenes en las aplicaciones militares que se hicieron durante la segunda guerra mundial y mucho más después de ella, por eso no resulta extraño que la NetWare se desarrolle y se aplique ahora en escenarios reales de guerra como Afganistán e Irak.

Una antigua guerra viene desarrollándose antes de la aparición misma del Internet entre quienes consideran que las nuevas tecnologías de información y comunicación, y la red deben pertenecer a la colectividad en oposición a quienes piensan que debe ser privatizada o debe ser de acceso privado (hackers vs. empresarios). Los sistemas satelitales y por cable amenazan, el acceso hasta ahora democrático a la red, con nuevos desarrollos tecnológicos y mayor capacidad de memoria y velocidad. Frente a este peligro y desafío, que es múltiple, es que las “multitudes inteligentes” que se oponen a la mundialización del capital deben manifestarse desde similares escenarios, aunque no sean los únicos.

Las guerras en red; pacíficas o violentas constituyen tan sólo una variedad de las “multitudes inteligentes”. Los movimientos sociales desarrollan en este campo novedosas formas pacíficas de organización y resistencia social, guerra en red en beneficio público.

Si las aplicaciones son militares es difícil esperar que las tácticas de guerra en red puestas en marcha por las multitudes inteligentes puedan siempre mantener una posición de no violencia y sobrevenga como dice Rheingold “La próxima revolución social”.

Fuentes

Información extraída del artículo escrito por Joaquín Rivery Tur “Bolivia: El imperio contraataca” de la Agencia Cubana de Noticias, 6 de mayo de 2008.

El artículo completo “NetWare o el Terrorismo en red” de Horacio Castellini se lo puede encontrar en el blog de este autor de origen italiano; www. google. com ; 7 de mayo de 2008. 

Revisar para más detalles la publicación de León Oswaldo “Comunicación en Movimiento” de la Agencia Latinoamericana de Información, ALAI, Quito, 2005.

Rheingold, Howard, “Multitudes Inteligentes. La próxima revolución social (smart mobs) Editorial Gedisa, 2005. Para conseguir en digital acudir también a http://www.libreriapaidos.com/libros/

1. Pensador y escritor sobre las aplicaciones sociales de las nuevas tecnologías de información y comunicación, autor de la obra “Multitudes Inteligentes”. Señala que a pesar de todo lo más importante no son las tecnologías sino las relaciones humanas. Para mayores referencias acudir a http://www.uoc.edu/artnodes/esp/art/rheingold.html


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EIB en sus 20 años y el CECIB Yachay Wasi de Quito


Laura Santillan y Luís Fernando Chimba
Mediadores culturales

Tukuy shunkuwan kay chunka iskun watakunapi ñukanchik ishkay yachaykuna, asha asha purishpa shamushkami, ashtawan shunkumanta llankashpa katishunchik.  

Con respeto y cariño en los 20 años del transitar de la EIB en el Ecuador, es meritorio alegrarnos entre todos y todas del camino que se están haciendo, de la crianza desde la cosmovisión andina amazónico, y de los sueños incomprendidos de la sociedad occidental moderna.

La EIB ya es una «jovencita madura» con mayoría de edad, cariñosa, amable, soñadora y hermosa por los 4 suyus. Es el tiempo / espacio cuando esta joven madura necesita más «sentir» «vivir» «conversar» y «asumir» sus saberes locales, su cosmovisión andina amazónica criadora de la heterogeneidad, de la diversidad cultural y de la mega agrobiodiversidad.  

Esta Kuytza «EIB» camina hoy por hoy engalanada por su gente que le han visto crecer, y es en este contexto que desde el CEC Yachay Wasi de la ciudad de Quito queremos compartir o «yapar» algunas apreciaciones que nos (a nosotros) han ido descolonizándonos y a asumir cariñosamente en el diario vivir la cosmovisión andina «en contraste» con la cosmología occidental moderna, como dice el campesino indígena de la comunidad de Guayama, provincia de Cotopaxi, Joselino Ante: » Ishkay yachay, ishkay mikuy, ishkay kawsay…, o sea no queremos negar a occidente moderno, solo que tenga su lugar equivalente con nuestra cosmovisión andino amazónica criadora de diversidad milenaria.

La continua conversación con la niñez, sus familiares andina indígena y que en sus mayoría son de origen campesino chacarero indígena en algunas provincias de la sierra ecuatoriana nos ha ido «criando» y afirmando en nuestros «saberes locales andinos», somos pueblos con formas culturales «dialogantes sostenibles», que de manera natural cuestionamos las formas occidentales del racionalismo, la homogenización y la actual globalización como mecanismo de dominación material y espiritual que ha concebido la «crisis ecológica» a nivel mundial.  

Las comunidades campesinas indígenas andinas tienen su propia sabiduría milenaria expresada en las formas de criar los animales, su manera de cultivar y administrar la chakra y la propia organicidad de organizar el ayllu como estructura social, política, religiosa y cultural. Sin embargo esta forma de vida, ésta cosmovisión andina es violentada por la cultura del conocimiento occidental moderno mercantilista, y un aspecto que permite instrumentalizar ésta visión totalizante es la pretendida modernización de la agricultura (uso de fertilizantes, pesticidas, herbicidas, insecticidas, tecnologías, patente de las semillas, incluso la actual producción con modificaciones genéticas), erosionando las prácticas ancestrales de crianza de la chakra, en armonía con la naturaleza, desconociendo la sabiduría propia en el manejo de semillas, crianza de animales y la biodiversidad, propios de la cultura andina egocéntrica (debemos recordar que desde los andes amazónicos milenarios han aportado el 70% de plantas y comidas al mundo entero), sin esta megadiversidad, de su paisaje, climas diversos y las manos cariñosas de los pobladores andinos indígenas, hubiera sido imposible que occidente moderno se sostenga. Occidente moderno con su ciencia y tecnología, nos quebranta la vida, porque no conversa con el mundo vivo de los andes amazónicos.

En el CEC Yachay Wasi hemos ido pacientemente dejándonos criar no solamente por la comunidad humana sino también por la comunidad de la naturaleza y la comunidad de lo sagrado. Para esto hemos venido realizando y compartiendo algunas actividades y herramientas curriculares que en el caminar con los «wawakuna» (de toda edad) indígenas, nos van ayudando a afirmarnos culturalmente, algunos de ellos son: 

a) el calendario agrofestivo
b) las cartillas de saberes campesinos andinos indígenas y
c) la afirmación cultural en el comedor escolar a través de las comidas nutraceúticas (nutre y cura) propias de los andes amazónicos.

Aquí algunas diversidades que comemos en su variedad de platos en sopas y secos: La variedad de arrakacha (zanahoria blanca), uka, mashwa, mellocos, papas, jíkama, uvillas, kapulí, tunas, kinua, sangorache o ataco yura, yuca, plátanos, tomate riñón, piñas, yuyos y otros como habas, alverja, trigo, avena etc.  

Estos caminos amables nos están permitiendo afirmarnos culturalmente en los saberes locales andinos. Las compartimos porque creemos que los saberes andinos menester o es urgente «vivirlo», y quienes lo «viven o lo hacen todavía están haciendo chakra, son los campesino indígenas y sus hijos de quienes debemos aprender a relacionarnos con el entorno natural y el cosmos o dicho de otra forma el «rimanakuy» con la naturaleza y lo sagrado (deidades).

Esta EIBcita «joven madura», necesita del rimanakuy de los Runas, entendiéndose no solo los indígenas sino todos, todas, gente de todo color y esto incluye a los cerros, montañas, plantas, animales, astros, ríos, cascadas y lo sagrado. Ya que vivir la cosmovisión andina criadora de la diversidad no es el color o la sangre, lo que nos identifica, es por su afinidad y actitud de respeto y cariño mutuo con los otros mundos.

Puntualizaciones sobre las formas conceptuales del Saber Andino y conocimiento occidental moderno que a nosotros nos orientan como luz del amanecer en la penumbra de la noche oscura: 

COSMOVISIÓN ANDINO AMAZONICA

SABERES ANDINOS

CONOCIMIENTO OCCIDENTAL

LOCAL/ CONTEXTUAL  

UNIVERSAL  

SENSUAL /EMOCIONAL  

CEREBRAL  

INCLUYE A TODO EL AYLLU  

IMPERSONAL  

HOLISTICO MULTIPLES FORMAS DE ACCESO  

ANALÍTICO EL RESULTADO DE LA APLICACIÓN DEL MÉTODO  

ARTICULADO/ EXPLICITO  

IMPLÍCITO TACITO  

(Jorge Ishisawa, 2005) 

«Queremos un mundo donde quepan muchos mundos». «América profunda, los andes amazónicos profundos han sido siempre un territorio hospitalario, aun para la colonización más cruel e inhumana». «Añoramos que en la educación intercultural Bilingüe, la EIB, se puedan aprender y enseñar los saberes andinos o indígenas el conocimiento de occidente moderno en equivalencia» en cada instante, en el diario vivir».

Chasna kachun

Con afecto desde los docentes del CEC YACHAY WASI de la ciudad de Quito 


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“Desarrollo”, indignación y cambio social1


José de Souza Silva2

“La indignación es lo único que nos queda”, según el filósofo colombiano Freddy Álvarez. Después de cinco siglos de hipocresía organizada para facilitar el acceso a mercados cautivos, materia prima abundante, mano de obra barata, mentes obedientes y cuerpos disciplinados, desde el colonialismo imperial hasta el actual imperialismo sin colonias, sólo la indignación puede crear energía colectiva para el cambio social. La historia es una fuente de indignación colectiva; nos ayuda a entender el por qué, el quiénes y el cómo del presente que queremos cambiar.

Pero estar indignado no es estar molesto. Se molestan los que están incómodos por ser sacados de una normalidad que les beneficiaba. Estar indignado es estar en desacuerdo con la crueldad de la economía, la violencia de la globalización, las injusticias de la desigualdad, la arbitrariedad de las invasiones, el absurdo de las guerras, la farsa de la democracia representativa, la violencia de la exclusión, la privatización de lo público y la mercantilización de la vida. El indignado no se molesta con la ruptura de su tranquilidad: él reacciona a la normalidad que domestica nuestra voluntad de cambiar el mundo.

La ‘dicotomía superior-inferior’ y las técnicas de colonización

Sin indignación no habrá superación de la hipocresía organizada que, a partir de la “idea de desarrollo”, crea desigualdades e injusticias. Es hora de desnudar el régimen de falsas verdades que reproducen un proceso de dominación para la explotación cuyo número de víctimas se acerca a 80% de la humanidad. La “idea de desarrollo” fue concebida lejos de nuestro contexto y sin compromiso con nuestro futuro. Con distintos nombres (progreso, desarrollo), la idea tiene varios rostros (colonización, globalización), promete resolver problemas crónicos (hambre, pobreza), a través de estrategias atractivas (cooperación, préstamos), pero no cumple las promesas (paz mundial, Objetivos de Desarrollo del Milenio) que intentan legitimar sus consecuencias (desigualdad, injusticia).

La “idea de desarrollo” fue inventada por imperios occidentales para justificar su derecho a la dominación e imponer la obligación de la obediencia. Dichos imperios crearon la dicotomía del “superior-inferior”, a partir del criterio de raza, que en el pasado nos clasificó en civilizados-primitivos y que hoy nos jerarquiza en desarrollados-subdesarrollados.

Esta estrategia internacional tuvo apoyo nacional. Para eso, la primera técnica de colonización fue la creación de élites criollas guardianas de intereses externos, que pasaron a coincidir con sus propios intereses. Para crear élites dependientes, la segunda técnica fue la creación de deudas externas, que se transformarían en deudas eternas. Como el esquema no beneficiaba a la mayoría, la tercera técnica fue la creación de ejércitos para proteger las élites ante el potencial de revuelta de sociedades indignadas con las injusticias. Para mantener la institucionalización internacional de la desigualdad, la cuarta técnica fue crear una educación domesticada para formar inocentes útiles. Bajo la pedagogía de la respuesta que forma seguidores de caminos, nuestra educación existe para que memoricemos las respuestas que han establecido nuestro presente y no para construir las preguntas que pueden transformar nuestro futuro.

¿Época de cambios o cambio de época?

La génesis de la educación domesticadora es la colonización cultural. Estudiamos para aprender que nuestra inferioridad es “natural”. La “idea de desarrollo” asume que hay una forma perfecta de sociedad que todos pueden alcanzar, cuyo camino único nos eleva de lo bárbaro a lo civilizado, de lo tradicional a lo moderno, de lo malo a lo bueno, de lo imperfecto a lo perfecto, en fin, de lo inferior a lo superior. Desde que hagamos lo que mandan los poderosos generosos que imponen los supuestos “secretos” de su éxito, que hoy son: liberalización, desregulación, privatización, tratados de libre comercio.

Nos enseñan que el Estado y lo público son las fuentes de los problemas actuales, mientras el mercado y lo privado son las fuentes de las soluciones futuras. Pero no nos cuentan que el grado de industrialización como medida del desarrollo fue reemplazado por el grado de comercio. La época del industrialismo está en crisis. El símbolo del progreso ya no es la chimenea humeante de la fábrica sino la computadora. Información es ahora la nueva fuente de riqueza y poder. La coherencia productiva y de consumo de la sociedad industrial no está en correspondencia con los límites del Planeta, además de haber deshumanizado a la humanidad. La humanidad experimenta un cambio de época desde los años 60, a partir de tres revoluciones: tecnológica, económica y cultural.

La revolución tecnológica –biotecnología, nanotecnología, robótica, informática, nuevos materiales– establece un sistema de técnicas para transformar la realidad distinto del que prevaleció en el industrialismo. La revolución económica –revisión del papel del Estado, modernización del sector público, liberalización, desregulación, privatización– establece un régimen de acumulación de capital paralelo al de la época del industrialismo, y otra institucionalidad para su gestión. La revolución cultural –movimientos étnicos y sociales– intenta rescatar y sostener lo humano, lo social, lo cultural, lo ecológico y lo ético. En síntesis, la humanidad no experimenta una época de cambios sino un cambio de época.

Un cambio de época trae consigo malas y buenas noticias. Una mala noticia es la emergencia de nuevas contradicciones, que resultan en más desigualdades e injusticias. Una buena noticia es la oportunidad para construir un futuro más relevante. Otra mala noticia es que no se puede cambiar el presente. El presente es el futuro del pasado. Bajo ciertos valores, intereses y compromisos, ciertos grupos de actores tomaron decisiones y realizaron acciones que resultaron en el presente que tenemos. Otra buena noticia es que el presente es el pasado del futuro. Podemos cambiar el futuro. Debemos apoyar eventos históricos en curso si éstos son relevantes para la mayoría, boicotear eventos históricos actuales si son dañinos para muchos, y crear nuevos eventos históricos si ellos pueden influenciar ciertos aspectos del futuro que interesa a la mayoría.

Pero la construcción del futuro es un emprendimiento colectivo. Las “tendencias” de la globalización no son eventos naturales sino que reflejan las decisiones y acciones de actores que intentan construir un futuro que les interesa. Bajo otros valores, intereses y compromisos, otros actores pueden tomar otras decisiones y realizar otras acciones para construir el futuro que interesa a la mayoría. Sin embargo, un emprendimiento colectivo requiere una fuente de energía colectiva, como un sueño capaz de galvanizar la imaginación, capacidad y compromiso de la mayoría. Durante la dictadura militar en Brasil, don Hélder Cámara, el fallecido obispo de Olinda, ciudad de Pernambuco, nordeste del país, nos enseñó sobre el poder de los sueños colectivos: “cuando uno sueña solo, es apenas un sueño. Cuando el sueño es compartido por muchos es el inicio de la realidad”.

Nuestras sociedades necesitan volver a soñar. En Abya Ayala (América Latina) los sueños han sido aplastados por el asesinato de la esperanza. Durante el colonialismo imperial los “civilizados”, con el apoyo de nuestras élites criollas, amputaron nuestros sueños de libertad para realizar sus sueños de conquista a través de la colonización. En el actual imperialismo sin colonias, con el apoyo de nuestras élites modernas, los “desarrollados” amputan nuestros sueños de un mundo mejor para realizar sus sueños de conquista a través de la globalización. Sin embargo, ellos han amputado nuestros sueños pero no nuestros espíritus.

Elecciones, un tiempo para romper con la normalidad

Todavía podemos volver a soñar. Pero hace falta indignación colectiva. Tenemos un déficit de indignación. Son muchos los molestos pero pocos los indignados. Los líderes emergentes en el escenario político de la región deben cultivar fuentes de emoción colectiva, porque sin emoción no hay pasión, y sin pasión no hay compromiso. Como ya reconocía Bertrand Russel, la emoción es la fuente de nuestras acciones, no la razón. Una forma de crear indignación colectiva es interpretar colectivamente los acontecimientos injustos, pasados y actuales, porque la indignación nace en la bofetada del acontecimiento injusto.

La mayoría excluida está aplastada pero no enterrada. El momento de elegir un Gobierno es un buen momento para invitar a la mayoría excluida a romper con la normalidad que la mantiene rehén de la hipocresía organizada en nombre de la democracia representativa, que ha sido reducida a una democracia de un día, el día del voto. Lo que experimentamos en la práctica no es un gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, como promete la democracia, sino un gobierno de las corporaciones, para las corporaciones y con las corporaciones.

Este orden emergente crea un Gobierno mundial, sin Presidente ni elecciones, donde los que deciden no son electos para que los electos no decidan. El futuro de la humanidad ahora es discutido en espacios multilaterales cuya dinámica ocurre lejos del escrutinio público y de la participación ciudadana. Ahí se negocian reglas transnacionales, como los TLCs, que son institucionalizadas en arreglos institucionales supranacionales, como la Organización Mundial de Comercio (OMC), e implementadas por agentes internacionales de los cambios nacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Estos acontecimientos globales tienen serias implicaciones para nuestros modos de vida locales. Eso debe indignar a la mayoría, y de esta indignación podría nacer la solidaridad mínima para el compromiso hacia el cambio social. Todo empieza con un diagnóstico compartido por muchos, porque sólo los que están de acuerdo con un diagnóstico se comprometen con las propuestas que les corresponden. La indignación comienza con el descubrimiento de que la realidad insatisfactoria que queremos comprender para cambiar ha sido construida a partir de falsas verdades, que nos llegan desde la educación domesticada y a través de los medios de comunicación dominados. Son pocas las grandes falsas premisas que sostienen la hipocresía organizada, entre ellas:

  • No es verdad que lo relevante para el futuro de Abya Ayala existe siempre en ciertos idiomas, es creado siempre por ciertos actores y nos llega siempre desde ciertos lugares, que nunca coincide con nuestros idiomas, nuestros actores y nuestros lugares.
  • No existen desarrollados-subdesarrollados ni Primero, Segundo y Tercer Mundo; todos siempre fuimos, somos y seremos apenas diferentes. El desarrollo-subdesarrollo fue inventado por Harry Truman el 20 de enero de 1949, y el Tercer Mundo por el científico francés Alfred Sauvy, el 14 de agosto de 1952, con su artículo Trois Mondes, une planéte.
  • No es verdad que nuestra educación, diseñada bajo la pedagogía de la respuesta que reproduce la dicotomía superior-inferior y forma seguidores de caminos, necesita apenas tener más calidad. Si lo que tenemos es una mierda y le aplicamos calidad total, lo que tendremos será una mierda de alta calidad. Lo que necesitamos es una educación relevante, concebida bajo la pedagogía de la pregunta que forma constructores de caminos.
  • Ningún cambio social relevante acontecerá bajo el liderazgo del “Estado heredado” que tenemos. Cada Presidente en América Latina debe crear espacios de interacción intercultural e interinstitucional para el debate sobre la sociedad que queremos y sobre el Estado relevante para construirla. El Estado que tenemos no ha sido inventado por nosotros: ha sido heredado para reproducir la dicotomía del superior-inferior.

¿Quo vadis, cambio social?

Si depender de la indignación de la mayoría excluida, el cambio social caminará hacia la formulación de nuevas constituciones en todos los países de América Latina, para que nuestras sociedades se liberten de modelos globales que ignoran o violan nuestras historias y sueños locales. Sin embargo, en la ausencia de una ética de la indignación, lo que prevalece es la elección de gobiernos que usan la mentira como filosofía de negociación pública, como la que justificó la injusta invasión a Irak.

Hasta 1492 eran los caminantes autóctonos los constructores de caminos en Abya Ayala. Los caminos tenían el color, olor, sabor, sonido y textura de los modos de ser, sentir, pensar, hacer y hablar de los pueblos originarios. Desde 1492 caminantes foráneos construyen caminos con los colores, olores, sabores, sonidos y texturas de sus modos de ser, sentir, pensar, hacer y hablar, y los imponen sobre los modos de vida locales. Cinco siglos después, los caminos de los civilizados y desarrollados se asocian a desigualdades de diferentes órdenes, violencias de distintas naturalezas e injusticias institucionalizadas, que hacen de América Latina la más desigual región del planeta. Hasta aquí hemos llegado, siguiendo caminos ajenos. Para “ser como ellos”. ¿Hasta cuándo? ¿A qué costo?

1. Artículo invitado para publicación en la Revista ACCIÓN, de la Compañía de Jesús, en Paraguay, antes de las elecciones para Presidente en aquel país el 20 de Abril de 2008.

2. Gerente de la Red Nuevo Paradigma para la innovación institucional en América Latina, y en la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) investiga las relaciones Ciencia-Tecnología-Sociedad-Innovación (CTSI).


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